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Sexo

En este concurso de belleza masculina, las juezas se acuestan con los ganadores

Los hombres pasan hasta seis horas arreglándose para competir en el festival anual de intercambio de parejas.

Los hombres de la etnia wodaabe, del norte de Níger, pasan hasta seis horas arreglándose para competir en el festival anual de intercambio de parejas.

Todos los rituales de apareamiento de este planeta se reducen a intentar impresionar a la potencial pareja. Ya seas un macaco de cola larga exponiendo los cuartos traseros o un ser humano colgando fotos en Tinder, la cosa va de enseñar la mercancía.


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Sin embargo, a nosotros, los británicos, no se nos da tan bien eso de vendernos, sobre todo en el mundo de las citas. En lugar de ensalzarnos a nosotros mismos, nos ponemos nerviosos e infravaloramos nuestras mejores capacidades porque no queremos que nadie piense que estamos alardeando. Por eso creo que deberíamos fijarnos un poco en los wodaabe, un pueblo nómada de África que se desplaza por Níger, Camerún, Nigeria y Chad.

Los wodaabe son un pueblo de guapos y no tienen reparos en lucir su belleza. No en vano se les ha llegado a considerar “el pueblo más vanidoso del mundo”. No sé si “vanidoso” es la palabra adecuada, pero lo que sí es cierto es que la belleza es un elemento central en la cultura de los wodaabe.

A lo mejor creerás que no es tan especial, ya que nuestra propia cultura está saturada con imágenes de cuerpos esculturales, pero la peculiaridad está en que los wodaabe ensalzan la belleza masculina por encima de la femenina, por lo que son ellos los que se pasan horas acicalándose. Las mujeres, por supuesto, también dedican mucho tiempo a su imagen, pero no es nada en comparación con el que consumen los hombres.

Wodaabe man applying make up in preparation for dancing at the Gerewol festival in northern Niger. Photo: Via Alamy

Mette Bovin ha estado documentando al pueblo wodaabe desde 1965. “Lo primero que hace un joven wodaabe por la mañana es mirarse en un pequeño espejo para arreglarse la cara… Nunca iría ni a ver a las vacas sin haber hecho este ritual matutino”, escribió. A diario, los hombres wodaabe se aplican una capa de maquillaje negro en el contorno de los ojos para hacer que parezcan más blancos y grandes. Se engalanan con intrincadas alhajas y perfumes dulzones, y se arreglan las largas cabelleras con trenzas y cuentas. Los hombres con una melena larga y abundante se consideran especialmente hermosos. A un wodaabe que goza de esa consideración se le llama kayeejo naawdo, que se traduciría como “hombre que hiere”, de lo guapo que es.

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Wodaabe significa “pueblo de los tabúes”, nombre que hace referencia a las numerosas normas que regulan la vida diaria de sus miembros. Por ejemplo: los wodaabe nunca llaman a sus seres queridos por su nombre, por lo que encontrar a alguien en medio de una multitud debe de ser un infierno para ellos. Asimismo, se considera respetuoso no mostrarse excesivamente cariñoso con la persona que amas, y esto incluye lo de no usar su nombre. También tienen una serie de reglas muy estrictas respecto a la higiene personal, los modales a la hora de comer y, por supuesto, el sexo.

El primer matrimonio de cualquier hombre o mujer wodaabe suele ser pactado por sus padres desde que son muy jóvenes. Sin embargo, los woodabe no practican la monogamia y no está mal visto que los hombres y las mujeres casados tengan amantes, si bien las rígidas normas de su sociedad prohíben tener más de un cónyuge a la vez. Aunque la wodaabe es una sociedad patriarcal, en lo referente al sexo son las mujeres las que están al mando. Esto queda perfectamente reflejado en el festival anual de la fertilidad Gerewol, que se cierra con un concurso de belleza en el que los hombres son los aspirantes y ellas, las juezas.

Los participantes pasan días preparándose para este acontecimiento, y el día de la celebración dedican hasta seis horas a acicalarse. Se afeitan la parte de delante de la cabeza y se adornan las trenzas con conchas. Además del maquillaje en los ojos, los hombres se embadurnan la piel con arcilla teñida de azafrán u ocre para conferirle tonos amarillentos y se pintan los dientes de negro para resaltar el blanco de los dientes. Se aplican maquillaje blanco en las mejillas y a lo largo del puente de la nariz (sí, los wodaabe llevan definiéndose el contorno desde mucho antes de que empezaran a hacerlo las Kardashian). Una vez se han puesto sus mejores galas, llega el momento de bailar.

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El baile que los hombres interpretan en Gerewol se llama yaake. Aunque la temperatura ronda los 40 °C, los aspirantes bailan durante horas, enseñando los dientes y poniendo los ojos en blanco con la esperanza de impresionar a las juezas con su blancura.

Acompañan el baile cantando en voz muy alta y saltando para demostrar su energía. Los hombres y mujeres más ancianos se pasean a un lado y a otro, alentando a los bailarines y animándoles a realizar movimientos todavía más enérgicos y elaborados.

La competencia para hacerse con el título de hombre más deseado del Gerewol es encarnizada, y no es para menos: las juezas son mujeres de alto estatus, como por ejemplo las hijas de los ganadores de la anterior edición.

Más que una banda y una corona, el ganador recibe el honor de acostarse con la jueza que lo ha escogido, incluso si alguno de ellos o ambos están ya casados. Además, la jueza puede consentir ser “secuestrada” por uno de los ganadores y casarse con él. Sea como sea, la mujer no tiene por qué decidir si dejar o no a su marido de inmediato, y simplemente puede limitarse a acostarse con el ganador esa noche.

Foto: Via Alamy

Cuando una mujer se ha decidido por uno de los aspirantes, lo anunciará mediante un leve gesto de la mano. Tras la puesta de sol, la pareja desaparecerá silenciosamente entre la maleza, donde pasarán la noche juntos, haciendo el amor sobre un lecho de hojas de palma que el hombre habrá llevado a cuestas durante todo el festival.

Debido al gran honor que supone que un hombre sea escogido como el más guapo, las parejas tanto de él como de las juezas esperan que sus cónyuges lleguen a tener un nuevo encuentro sexual. Eso es motivo de honor y celebración. Por supuesto, es inevitable que de vez en cuando surjan los celos. En la cultura wodaabe, se dice que la mejor cualidad que una mujer puede poseer es munyal, que significa tener paciencia en todos los aspectos, pero especialmente con las amantes del marido. Pero bueno, al margen de los amantes, imagino que realmente hace falta mucha paciencia para aguantar que tu pareja se meta en el baño durante días para arreglarse para salir.

Seguramente la idea de animar a tu pareja a que se acueste con una persona extremadamente atractiva en un festival no te seduzca demasiado, pero para los wodaabe, tener múltiples parejas es un termómetro del atractivo de uno. La confianza y el sentimiento de orgullo por el propio físico se deben a la franqueza con la que tratan el sexo. Mientras a nosotros nos cuesta horrores escribir una bio decente para una aplicación de citas, los wodaabe la confianza suficiente para elegirte o descartarte en persona. Tal vez deberíamos aprender de ellos y ser un poquito más orgullosos.

La doctora Kate Lister es historiadora sexual, escritora y profesora en Leeds Trinity University. También es autora del blog Whores of Yore. Puedes seguirla en Twitter.