Artículo publicado por VICE México.Casi nadie sobrevive después de lanzarse a las vías del metro de la Ciudad de México. No obstante, de agosto del 2016 al día de hoy, 132 personas lo han hecho y vivieron para contarlo. Eva Rivera es psicóloga, trabajó un año y medio tratando este tipo de casos y considera que esas vidas son como milagros.Las razones que llevan a estas personas a pensar que la mejor forma para morir es arrojarse a un tren de 40 toneladas, que va a cerca de 80 kilómetros por hora, son muchas. Pero, según la especialista, casi siempre se reducen a decepciones amorosas, deudas, trabajos perdidos, exámenes reprobados.
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Rivera cuenta que el número de estos suicidios depende mucho de la temporada del año. Que el Día del amor y la amistad, Navidad o Año nuevo son las fechas en que más ocurren.Hay semanas en las que no reciben ningún reporte; otras, en las que de las instalaciones del Sistema Colectivo de Transporte salen cuatro o cinco cadáveres.
Alta tensión
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“Generalmente, estos sobrevivientes llegan en shock, o en pleno ataque de nervios. Nosotros los que hacemos es tranquilizarlos, escucharlos, intentar darles un consejo sin juzgar sus decisiones”, dice la terapeuta.Pero no siempre lo logran. Muchos de ellos son pacientes psiquiátricos, o la situación los pone muy agresivos, y se le tiene que pedirle a un oficial que resguarde también la integridad de quienes los atienden.Uno de los primeros golpes de realidad que le llega a alguien que se lanzó al metro, es el de las repercusiones jurídicas de lo que hizo. “Inicialmente, se les llevaba ante un juzgado civil después de la intervención psicológica. Casi siempre les asignaba una multa de cerca de 28 mil pesos. Pero ahora eso cambió. Hasta donde sé, ahora el juez toma mucho en cuenta todo el contexto y ya no les hacen pagar nada”, asegura Rivera.
Paisajes antisuicidio
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Incluso los mismos vagones han tenido que ser modificados para evitar en lo posible más muertes. La experiencia dicta que cuando se lanzan, lo hacen al principio o al final de los andenes. Por eso, en dichas zonas se desactiva con frecuencia el paso de corriente.En muchas estaciones la electricidad pasa por encima del tren. Otras ya fueron diseñadas de tal forma que, en caso de que un cuerpo caiga entre las vías, quede completamente lejos del contacto con la pesada máquina en movimiento. Incluso se echó a andar una campaña para la que se pegaban en la estación paisajes tranquilizantes, de distintos destinos turísticos de México.“Me consta que se han tomado medidas para ayudar y proteger a estas personas. Sin embargo, el hecho de continuar o no con la vida es una decisión personal. Si tienen la plena convicción de acabar con su vida, lo van a hacer dentro o fuera del metro”, afirma Rivera.Sigue a Ollin en Twitter e Instagram:@ollinvelasco.