Las fuerzas de seguridad israelíes acusadas de maltratar a niños palestinos presos

Las fuerzas de seguridad israelíes han estrangulado, pegado y sonsacado confesiones a la fuerza a cinco niños de entre 11 y 15 años — sus aberrantes relatos están corroborados por fotos, vídeos y por testigos presenciales. El informe redactado por la ONG internacional contiene múltiples denuncias de abusos. Sus responsables serían soldados y policías israelíes. Los abusos van desde interrogatorios a niños sin que medie la presencia de sus padres o de sus abogados; a lluvias de puñetazos, patadas y de abusos verbales.

"Me pusieron un bolsa de trapo en la cabeza y empezaron a gritar 'te vamos pegar, nos vas a decir quien estaba contigo tirando piedras", contaba Rashid, un niño de 11 años del barrio de Silwan, al este de Jerusalén, a los entrevistadores de HRW. "Luego me empujaron y me empezaron a insultar en árabe. Me pegaron patadas en la espinilla y me salieron hematomas de todos los colores por toda la pierna. Me estaba congelando de frío. Me metían dentro de un coche y luego me sacaban. Una y otra vez". El padre de Rashid contó que su hijo había padecido pesadillas durante días después de ser arrestado.

Otro caso es el de Ahmed, también de 11 años. A Ahmed lo amordazaron mientras era detenido a la salida de su escuela en el barrio de Al-Tur, al este de Jerusalén. El chaval, que fue grabado en vídeo, se meó encima. Un testigo adulto, que fue detenido después de intentar detener el atropello, fue sometido a un registro integral mientras estaba desnudo delante de Ahmed. Y, mientras Ahmed lo observaba, los soldados aprovecharon para meterle una paliza. Sucedió en la comisaría del casco antiguo de Jerusalén.

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Según relataron los padres de los menores a HRW, las autoridades israelíes no les informaron en ningún momento de las detenciones, e interrogaron a sus hijos sin que mediara la presencia de un abogado o de un guardián. Tres de los hijos de los entrevistados dijeron que firmaron sus confesiones en hebreo, un idioma que ni siquiera entienden.

Otros niños entrevistados por la ONG describen cómo eran despertados en mitad de la noche, en pleno arresto, y eran sometidos a interminables interrogatorios. Los niños que confesaron los crímenes — de los cuales uno fue sentenciado a cadena perpetua y el otro a arresto domiciliarios — aseguran que solo habrían confesado después de haber sido amenazados o directamente maltratados por las fuerzas de seguridad israelíes

"Había siete policías. Me dijeron: 'Si no hablas te pegaremos". Yo me negué y entonces ellos me soltaron puñetazos y patadas", contaba el adolescente Fares Shyukhi, de 15 años a HRW. "Se me llevaron a una celda y me retuvieron hasta la tarde del día siguiente. Había tres chicos más, de 16 y 17 años. Entonces el interrogador me dijo que tenía que firmar los papeles. Estaban en hebreo. No los entendía, pero no dudé.

Khaled Sheikh, por su parte, dice que le vendaron los ojos y le pegaron mientras estaba detenido. Sheikh cumplió una condena de 110 días en prisión por arrojar piedras y quemar un neumático. Sheikh firmó varios papeles en hebreo cuyo contenido ignoraba. Entre ellos había una confesión. Su padre, Hossam Sheikh, relató que su hijo estaba esposado y que tenía sangre en la cara cuando le fue a visitar a comisaría. "Tenía sangre en la frente y un bulto en el dorso de su cabeza y un moretón en la mejilla Se podía ver incluso durante la audiencia ante el tribunal, contó a los investigadores de HRW".

Los niños habían sido detenidos bajo sospecha de haber tirado piedras — se trata de una forma de protesta abrazada por las juventudes palestinas durante la primera Intifada que ya se cobrado la vida de 14 personas que fueron entrevistados por HRW —, mientras que los otros dos jóvenes se enfrentaban a sanciones más severas: llevar un cuchillo y arrojar un cocktail molotov contra un asentamiento judío.

La ley de menores y las ordenanzas aplicables en la franja de Gaza exigen que los padres reciban la debida notificación del arresto de sus hijos y disponen que los menores tienen que poder consultar a un abogado. La ley estipula también que no se permitirá la presencia de los padres cuando los interrogatorios discutan cuestiones de "amenazas a la seguridad" - una categoría que contempla el lanzamiento de piedras.

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Ésta no es la primera vez que se acusa a Israel de maltratar a menores durante su arresto.

En 2013 UNICEF informó que: "el tratamiento enfermizo a los niños que han padecido las detenciones del sistema militar están extendidas, son sistemáticas e institucionalizadas, y se producen desde el momento del arresto hasta el momento del juicio y de la posterior sentencia".

Según cuenta Addameer, una ONG que protege los derechos de los niños encarcelados en Ramallah y Jerusalén, actualmente hay 164 niños arrestados en prisiones israelíes. 17 de ellos son menores de 16 años.

"La mayoría de los niños de los que se informa han sido sometido a vejaciones y sus confesiones han sido arrancadas a la fuerza durante los interrogatorios", señala la organización en su página web. "Las vejaciones empleadas por el ejército israelí durante el encarcelamiento y e interrogatorio de niños, incluyen habitualmente, abofeteamientos, puñetazos, patadas y empujones violentos. Los niños palestinos también son insultados constantemente".

La publicación de los hallazgos de HRW se produce después de la muerte del adolescente Mohammed al Kusabah, a manos de un alto cargo del ejército israelí a principios de julio. En su declaración inicial el coronel Israel Shomer aseguró haber disparado a Kusbah, que había arrojado una piedra contra el parabrisas de su vehículo, porque estaba "en peligro de muerte". Sin embargo, a pesar de que nadie discute que se hubiese arrojado la piedra, la versión relatada por el agente de lo sucedido después del lanzamiento, han sido contradichos por un informe médico y por el metraje de un vídeo que indica que el chaval huía desarmado, cuando fue disparado por la espalda.

Después de haber presentado las pruebas preliminares, las fuerzas de defensa de Israel y el ministerio de Justicia del país judío "no han conseguido demostrar ninguna prueba que desmintiera que hubiesen incurrido en abuso de fuerzas y en trato vejatorio, pese a insistir en que las autoridades se habían ceñido a la ley en todos los casos" señala el informe del lunes de HRW.

"Desde hace años, se ha advertido que las fuerzas de seguridad israelíes han abusado de los derechos de los niños palestinos en el territorio ocupado. Pero los problemas continúan", declaró en un comunicado Sarah Whitson, directora de HRW en Oriente Medio y África del Norte. "No se trata de nada que no hubiese podido impedirse si el ejército israelí hubiese puesto algo de su parte".

"Como aliado más grande que es de Israel, Estados Unidos debería de tomar medidas para detener las prácticas abusivas y reformarlas", añadió.

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