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Fui a la Fashion Week de Madrid y triunfé vestida de hippie

Y descubrí que la gente hace cola por una revista.
Todas las fotografías por Laura Oliva

Son las Fiestas de Barajas y, aunque sea domingo y tenga que ir a currar mañana, es tradición en mi grupo Scout acabar con las existencias de alcohol duro y cerveza durante toda la tarde y toda la noche. Lo hacemos para regular la resaca y porque, como buenos Scouts, no desperdiciamos nunca nada. Ni siquiera una botella de garrafón abierta.

Pero este año las fiestas parece ser que se solapan con otro superevento en Madrid al que VICE me ha propuesto ir: la Mercedes-Benz Fashion Week. Son las cuatro de la tarde, y este año cambio la resaca por la pasarela.

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LEE: Me vestí como una idiota en la Fashion Week de Madrid y engañé a todo el mundo


La Mercedes-Benz Fashion Week es lo que se conoce como la Pasarela Cibeles de toda la vida. Un evento al que no he ido nunca pero tampoco he tenido interés por ir. Mi noción de moda es nulo y por eso he decidido llevarme a Laura, mi compañera de piso, la cual tampoco tiene ni idea de moda. Elijo un modelo cómodo para la ocasión, el mismo que llevaría a las fiestas de Barajas.

Este era mi look para la MBFW

Llegamos a IFEMA siguiendo a unas chicas que vestían igual que las T.A.T.U en su vídeo mítico y que iban caminando muy ligeras junto a dos chavales que no eran chinos, pero iban vestidos con ropa tradicional china. Parece un cosplay de una convención de anime. Mi compañera se encoge de hombros y seguimos caminando hasta entrar en el pabellón.

Gente que iba vestido como las T. A. T. U y los chinos

La música electrónica inunda una enorme sala en la que están distribuidos diferentes stands de marcas de coches, revistas, maquillaje e, incluso, café. Es lo que se conoce como "El Cibelespacio", un nombre que me lleva directamente a recordar aquel show televisivo que veíamos antes de ir al cole: el Ciber, ciber, Ciberclub. Programón.

El glamour que yo esperaba en este "Cibelespacio" ha sido sustituido por enormes colas de jóvenes de 20 años vestidas bastante normal. Y, además, no parecen muy contentas. De hecho alguna tiene peor cara que yo con resaca. Me acerco a un grupo a cotillear: "¿Para qué es la cola, chicas?", les pregunto. "¡Para una revista!" Me responde una. "Pero… ¿es gratis o qué?" "¡Claro!" me dicen ofendidas mientras me escrutan de arriba abajo.

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Colas y más colas para recoger una revista gratis

Me voy un poco extrañada. ¿Tanta cola para una revista que costará tres euros, como mucho, en el kiosko? Pero las colas no sólo eran para conseguir revistas, también había eternas filas de gente para hacerse con café, botellas de agua, una camiseta con tu cara y la de tu amiga, un calcomanía, una bolsa de tela… Nada que no pudieras comprar con un billete de cinco en un chino cualquiera, vaya.

Entre las jóvenes una pareja de unos 50 años espera pacientemente a que les den una revista con un fular de regalo. Ambos sonríen más que sus compañeras de línea por lo que decido acercarme a ellos para charlar.

Yo, posando de nuevo

Es su sexto año viniendo a la MBFW y éste es, sin duda, el que más les ha decepcionado: "Antes daban Kellogs y cápsulas de café. Se movía más pasta", me reconoce el hombre con seriedad.

Les pregunto si ya han visto algún desfile y me dicen que no y que no creen que vayan a ir a ninguno. Entonces, ¿para qué han venido? me pregunto yo. La chica de al lado me resuelve la duda rápida: "Es que es muy difícil entrar, nosotras lo hemos intentado con el desfile de Juan noséqué y ha sido imposible. Pero ahora queremos entrar al de Teresa Gilbis". "¡Ilbig, idiota!" le increpa la amiga riéndose a carcajadas.

Miro en el programa y veo que se refieren a Teresa Helbig. Después le tocará el turno a Custo Barcelona. el desfile del que tengo una entrada y al que estoy deseando ir.

Laura Escanes, de rosa y rojo, dos colores que yo nunca he combinado

Aún me quedan dos horas para Custo y mato el tiempo dando una vuelta. En las zonas que rodean los stands están colocados una serie de cartones con imágenes bonitas impresas para que te hagas una foto frente a ellas. "Son photocalls", me apunta Laura.

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Unas chicas se acercan y se sacan 50 fotos posando extasiadas de felicidad, como si no les amargara llevar toda la semana haciendo colas. Al lado, un coche con la cara del experto en moda Josie, promete hacer una valoración de tu look si te subes a la plataforma que hay delante.

Chicos y chicas se van colocando frente al auto, estiran la espalda y esperan la crítica con confianza. La voz de Josie va destrozando uno a uno los corazones de los fashionistas: "Pitillos, no", "Ese lazo que llevas a la basura", "Qué fina, me aburres" "El traje blanco para Ana Blanco". El juego me divierte y decido participar.

En el podio en el que Josie me nombró Miss Ciberespacio 2017

Me subo a la plataforma mientras la gente se junta alrededor esperando con ilusión el hachazo que me va a meter Josie. "Qué hippie, qué rollazo, ¡Me encantas!" me dice. Levanto los brazos con euforia y bajo del podio como si acabara de ganar un campeonato de boxeo. El público me mira mal. Tengo que ir a abrazar al autor de tan buen ojo para la moda.

Gabo es creativo en la agencia de publicidad que ha llevado a cabo este proyecto y uno de los encargados de escribir las frases que luego los altavoces reproducirán con la voz de Josie. Junto a él, en su pequeño zulo de maldad está, casualmente, el propio Josie que no aparta la mirada del móvil. Les agradezco su buena crítica y curioseo acerca de los looks del público que acude al Cibelespacio.

Un chico muy moderno, vestido de Ari y Uzi Tenembaum y con las orejas pintadas de azul me observa de arriba abajo y me dice que si ese es mi estilo, que voy bien, pero no para Cibeles

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"Van como si fueran a una discoteca o a Coachella. El 35% están desubicados pero también hay gente con estilazo" me responde Josie con firmeza. "Lo mejor es que vengas con tu mejor look de día", sentencia.

Con el guapo y el ego subido, le digo a Laura: "Mira esa tía de ahí qué mal va: rosa y rojo, puñetazo en el ojo". "Es Laura Escanes", me responde. "¿Quién?" "La mujer de Risto. La de toelrato". "Ni idea. ¿Y toelrato viste así de mal?" "A mí me parece muy mona". Laura es una blanda.

Inma Cuesta y yo haciéndonos la pelota mútuamente por nuestros looks

Con la confianza y la certeza de que todo el mundo va mal vestido menos yo me acerco a preguntarle a alguien por mi look. Un chico muy moderno, vestido de Ari y Uzi Tenembaum y con las orejas pintadas de azul me observa de arriba abajo y me dice que si ese es mi estilo, que voy bien, pero no para Cibeles. Me piro indignada pensando que no tiene ni puta idea y que lo de pintarse las orejas es una gilipollez. Me acerco entonces al de seguridad del recinto y le formulo la misma pregunta. "Pues yo no sé de moda, pero te veo bien" contesta.

Al poco veo a Inma Cuesta a lo lejos andando con rapidez hacia la salida. No dudo en ponerme a perseguirla cual fan adolescente. "¡Inma! ¡Una pregunta!" Ella se para y me pide que sea breve porque la están esperando. "¿Qué te parece mi look?". Me mira y se ríe, se separa un poco para tener una visión global y dice: "¿te gusta a ti? ¿Estás cómoda con él?" Le respondo que sí, orgullosa. "Pues entonces vas estupenda". Le digo que ella también va muy guapa y se ríe más fuerte aún. Nos despedimos como si fuéramos amigas de toda la vida.

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El mismo chico con el que había compartido letrinas hace un mes me mira ahora con unos ojos pintadísimos de negro, el pelo amarillo con la raya en medio y una especie de camisa de pijama morado

De repente me doy cuenta de que tengo que entrar al desfile de Custo y voy corriendo a la cola. Una cola que no se parece a las de antes, la edad de los que esperan es un poco mayor. Incluso respiran diferente. Encuentro en la cola a las falsas t.a.t.u y me acoplo a ellos para colarme, pensando que puedo encajar en su grupo sin que nadie se dé cuenta. De repente uno de ellos me dice: "Te conozco".

"Mi fama ha llegado a lo más alto hoy", pienso. "Hemos pasado este campamento juntos, ¿te acuerdas? soy el novio de Diego". Casi me da un parraque, el mismo chico con el que había compartido letrinas hace un mes me mira ahora con unos ojos pintadísimos de negro, el pelo amarillo con la raya en medio y una especie de camisa de pijama morado. "Te veo fatal, tío".

Me hizo ilusión encontrarme con mi compañero de los Scouts. A él parece que no tanto

Entro en la Sala Bertha, todo el espacio es negro y las gradas a ambos lados están iluminadas con unos focos rosas, verdes y azules que, sorprendentemente, dan calidez a todo el panorama. Me toca en el peor sitio de la sala, arriba del todo, lejos de poder ver a las modelos de cerca.

Miro a mi compañera del asiento de al lado con complicidad: "Vaya, nos ha tocado en el gallinero". Ella me devuelve una mirada asesina como si la hubiera insultado a ella y a todas las que allí nos encontrábamos. "En el… last row, digo. No en el front. En el last" intento solucionarlo pero nos interrumpen los gritos de la primera fila.

Los fotógrafos disparan como locos sus flashes hacia una joven con el pelo recogido cuya cara, obviamente, no puedo ver. "¿Quién es?" le pregunto a mi nueva amiga. "Lindsay Lohan" me dice seria mientras saca su móvil del bolsillo. Los fotógrafos no paran de gritarla " ¡Linsi, plis! ¡Plis, Linsi, plis!"

La foto más decente que pude sacar desde mi posición

La pasarela se despeja, se encienden los focos blancos, la música empieza a tronar y las modelos a salir. Y os diré, haciendo un resumen de la colección porque no soy experta en moda, que mis pantalones con un poco de brilli brilli se parecerían mucho a lo que presentaba Custo para esta temporada. Así que me encantó.

Antes de salir del recinto me doy cuenta de que hay una zona a la izquierda, junto a la puerta a la que no habíamos ido aún: la de nuevos diseñadores. En ese espacio exponen una muestra de sus colecciones y te invitan a que te pruebes lo que quieras. Hay muy poca gente porque la mayoría está en la cola del stand de Vogue. Acaban de anunciar que tienen un nuevo lote de revistas para repartir. Me pregunto si Linsi estará haciendo cola para pillarse unas revistillas gratis.