Imagen vía Gabriela Pérez/cuartoscuro.com
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Para este estudio fueron encuestados 64.150 reos en 338 centros penitenciarios instalados de norte a sur. Algunos controlados por el gobierno federal y otros por los mandatarios estatales.De este total, al menos el 32 por ciento se siente inseguro y los penales donde la inseguridad se acentuó durante el 2016 fueron: el Centro de Reclusión Social de Tabasco; Topo Chico en Nuevo León; el Centro de Reinserción Social de Cancún y los de la Ciudad de México y Estado de México instalados en Tlanepantla, Nezahualcóyotl, Chalco y Ecatepec.Según lo que contaron los reos a encuestadores de INEGI, durante el año 2016 las agresiones fueron desde el robo de objetos personales (89 por ciento), otros fueron victimizados con lesiones (24.6), extorsiones (20.1), amenazas (18.3) y delitos sexuales (5.0).Otra fuga de reos en México, esta vez fue en Tamaulipas y se escaparon 29. Leer más aquí.
Ya en junio de este año la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) había lanzado un informe en el que alertaba que las condiciones de inseguridad en las prisiones estaba saliendo de control, ya que muchas de ellas eran controlados por cárteles de la droga y organizaciones delictivas.El 50 por ciento de los penales en México, decían, eran controlados por estos grupos delincuenciales. El mayor problema era que los jueces mexicanos frenaban el traslado de reos de alta peligrosidad a centros penitenciarios de máxima seguridad.
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