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vacaciones

Todas las vacaciones que vas a hacer a partir de los 20 años

Porque no está de más pensar en estas cosas.
Fotografía por Jamie Cliffton

Las vacaciones son geniales, ¿verdad? Yo acabo de volver de las mías. Me he abrasado bajo el sol, he bebido cervezas para aburrir y me he leído cinco páginas del libro que se suponía que iba a terminar. De todos modos, que me quiten lo bailado. Ahora ya está. Vuelvo a estar bajo la luz inclemente de mi oficina. ¿Y qué mejor modo de canalizar el hastío que escribir un cuaderno de observaciones maliciosas sobre la gente de mi edad que ahora mismo está disfrutando de sus vacaciones?

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Por desgracia, no cuento con ingresos suficientes para llevar a cabo todos los planes de vacaciones sobre los que he escrito aquí, pero eso no significa que no pueda hacer generalizaciones falaces basadas en poco más que mis prejuicios personales y fotos de perfil, ¿no?

UN GRAN FESTIVAL DE MÚSICA

Entre los veinte y los treinta años, pasarás muchos veranos intentando que la combinación de los costes inesperados de la itinerancia de datos y las grandes decepciones no te hagan llorar. Tu dieta consistirá en tabaco y bocadillos de queso procesado que parece plástico, y perderás la cartera en algún punto del trayecto de 280 minutos que hay entre la habitación de Airbnb en la que te alojas y el festival. A pesar del dolor y del agotamiento —y de solo haber disfrutado de verdad la sesión que Laurent Garnier hizo la primera noche—, no será la última vez que te encuentres en las mismas.

EL ABURRIDO PERO SALUDABLE VIAJE DE PAREJA A TAILANDIA

Está muy bien ver que la chica con la que salías en la universidad se ha vuelto a ir de viaje a Tailandia o Bali. Es mejor todavía ver que esta vez se las ha apañado para ahorrar tiempo haciendo malabarismos con un cóctel de coco en una mano mientras con la otra acariciaba la cabeza de un tigre indochino catatónico. Su enorme novio musculitos —un "entrenador personal" que parece un personaje sacado de una serie de adolescentes también lo está pasando en grande. No solamente tiene el título de la hostia, sino que ahora, gracias a un curso de PADI que estaba muy bien de precio, ¡también tiene el título de buzo!

Foto de Jamie Clifton

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EL GRAN VIAJE A IBIZA

Antes de cumplir los veinte ya tienes que haber viajado a Kavos o Napa. Nadie quiere ver a un montón de tíos de 28 años con barba y críos en casa sufriendo al cruzar un puente para llegar a una "fiesta de blanco" en Zante. Ibiza, por otro lado, tiene la apariencia de unas vacaciones de adulto. Hay un montón de clubes importantes con DJ a la altura y tienes la excusa tonta de que puedes irte a la otra punta de la isla para relajarte. Pero sabes perfectamente que llegarás a las vacaciones con el ímpetu de un elefante deslizándose por un tobogán, y la acabarás liando muchísimo.

Le comprarás a un tío en moto una cocaína tan mala que te llorarán los ojos, saldrás a "comer bien un día" y, el último día, alguien te dibujará la palabra "tonto" en la barriga con un toque artístico y crema solar.

EL TÍPICO VIAJE DE MODERNEO A LISBOA

A estas alturas, el 34 por ciento de la población de Lisboa está formado por creativos hípsters en bermudas y con tote bags.

Foto de Bruno Bayley

UNA ACAMPADA

En algún momento, el amigo que siempre sugiere hacer una acampada se saldrá con la suya, y para cuando quieras darte cuenta, estaréis todos metiendo un montón de tiendas Quechua, de esas que se abren automáticamente, en el maletero de un Opel Astra. Será divertido durante los 40 primeros minutos, pero luego alguien sacará las setas alucinógenas, otro alguien se comerá por error una caja de pastillas para encender el fuego y a otro le tocará pasarse el resto del fin de semana en Urgencias cuidando del resto.

VIAJE A LA NIEVE

Desde luego, no es posible hablar de vacaciones -aunque estemos en verano- sin mencionar el esquí. Nunca he ido a esquiar porque soy socialista, pero he oído hablar del tema y he visto fotos. Esta es la información que he conseguido recoger:

  • Los viajes universitarios a la nieve se resumen en montones de jóvenes veinteañeros cachondos comiéndose el culo unos a otros en bungalós.
  • El 70 por ciento del equipamiento de esquí se vende a padres que en realidad nunca esquían, pero a los que les gusta hablar con los jóvenes dependientes de la tienda.
  • Para poder esquiar tienes que llevar unas gafas que se puedan etiquetar estéticamente en una categoría llamada "Pierce Brosnan".
  • Todos los resorts de esquí son iguales. Si algún tío listo te pide que pagues un pastón para probar una nueva pista en Eslovaquia, no piques. Yo te voy a decir lo que vas a encontrar: una gran colina cubierta de nieve y un montón de gente de tu país bajando por ella.
  • El snowboard es skate para fumetas con pasta.
  • Es posible que te rompas el brazo.

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EL VIAJE QUE NO PODRÁS HACER A LOS 20: JAPÓN

Todos: "¿Cuál es tu destino ideal de vacaciones?".
Tú: "La verdad es que siempre he querido ir a Japón".
Todos: "No, no puedes: una vez estás allí, Japón es muy caro, créeme. He oído que es carísimo; no puedes ir a Japón".

Es bueno tener esta conversación cada dos meses hasta que llegues a los treinta.

UNA SEMANA EN CORNUALLES CON TUS PADRES

Cuando eras un niño, siempre estabas deseando que llegara el gran viaje familiar a la casa de la playa. Y nunca defraudaba: interminables días de sol, un helado de vainilla medio derretido sobre un cucurucho rancio, la posibilidad de encontrar cangrejos más pequeños que un átomo bajo una piedra, hacer amistad con el tío raro que se ha encontrado un perro muerto detrás del aparcamiento de caravanas… eso sí que era diversión de la buena. El problema es que te haces mayor, te vuelves más cínico y tienes menos ganas de arrastrar una tabla de poliestireno de Action Man a las agitadas aguas del Cantábrico.

Tus padres, por su parte, siguen pensando que reservar una casa en la costa durante dos semanas es una gran idea y, cada cierto tiempo, te acabarán tentando y se saldrán con la suya. Es seguro decir que la magia ha ido desvaneciéndose con el tiempo. En vez de gruesas patatas de bolsa al punto de sal o de castillos de arena, espera vino barato, una partida de Monopoly de ocho días y una discusión acalorada sobre los círculos de pederastas de la Operación Yewtree.

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Foto de Jamie Clifton

UN REPENTINO VIAJE POR TODO EL MUNDO QUE NO TIENE NADA QUE VER CON LA CRISIS DE LOS 25

No sabes del todo por qué, pero en el título del correo ("Amable recordatorio RE: facturas") había algo que te ha sacado de tus casillas. En el espacio de dos semanas, has pasado de ser gerente administrativo en una pequeña consultora de informática a intentar leer las instrucciones de una botella de repelente de insectos en una farmacia de Jiangsu.

El único contacto que tendrás con amigos, familiares y compañeros de tu antiguo trabajo durante el año que tienes por delante será a través de publicaciones de Facebook con fotos, en la mayoría de las cuales apareces con un moño, una camiseta de cerveza Singha y bebiendo de una pecera con una jovial chica australiana llamada Melanie. Es genial ver cómo tu vida cobra sentido.

EL ÚLTIMO INTENTO DE MANTENER ENCENDIDA LA LLAMA DEL GRUPO DE AMIGOS, COMO SI INSUFLARAS AIRE VICIADO CON UN FUELLE ROTO A UNA HOGUERA QUE YA NO CUMPLE SU FUNCIÓN DESDE HACE MUCHOS AÑOS

Después de catorce meses de duras negociaciones por el chat que tenéis, por fin lo has conseguido: una casa de vacaciones de cinco habitaciones en el sur de Italia. Hace calor, y lo único que sale del aire acondicionado es un ligero y molesto zumbido. Después, de nuevo, vuelve a oírse un ruido, algo más que el pesado silencio que compartes con tus cuatro colegas de la universidad —"Los de derecho", como fuisteis conocidos un tiempo atrás—.

La conversación en el taxi desde el aeropuerto fue una señal de cómo de mal iba a ir y, desde entonces —aparte de lo que habrá pensado el tío que te alquiló la casa—, la magnitud del error que has cometido ha impregnado la atmósfera. El problema de conseguir convencerlos para las vacaciones después de muchos años es precisamente la parte de los "años".

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En todo este tiempo, desde la época en la que pasabais una cantidad de tiempo significativa juntos hasta esta desacertada escapada, os habéis convertido en personas completamente diferentes. Ahora todos tenéis trabajo, y dos tercios del grupo ya no tienen PlayStation. Así que la única opción que queda es beber hasta volver a ser amigos. Literalmente bañarte en alcohol como hacíais en 2010.

Beber hasta que pienses que tienes algo interesante que decir sobre el fútbol. Beber hasta que litros de vómito beis contaminen el mar Tirreno. Beber hasta que vuelvas a casa y no tengas que ver a esta gente de nuevo.

Foto por Jamie Clifton

LA ESCAPADA PARA CELEBRAR VUESTROS SEIS MESES DE RELACIÓN

Claramente, "escapada por la ciudad" es básicamente un término impreciso para "hacerse fotos para Instagram en un puente". Sea un puente de Roma, Gdansk, Nimes o Ljubljana, asegúrate de pasar el fin de semana pateándote los monumentos conmemorativos de la Segunda Guerra Mundial, bebiendo cócteles y examinando las colecciones extranjeras de H&M para ver si son diferentes. Qué gozo, qué placer, y qué oportunidad tan maravillosa para crear un álbum de fotos que no serás capaz de mirar sin llorar dentro de un año.

UNA OBRA CARITATIVA MUY IMPORTANTE

Si tienes que viajar a Burundi para construir un pozo e introducir el mundo de Harry Potter a los niños autóctonos, adelante, pero por favor, no pidas que te financien el viaje por Kickstarter.

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UN CRUCERO POR EL MEDITERRÁNEO CON TODA LA FAMILIA

Es junio, y vas a tener que pasar el mes en un barco gigante con todos tus parientes como un pringado de campeonato. Normalmente sucede cuando alguien ha muerto o está a punto de morir. Así que a bordo del crucero hay abuelos, tías y tíos y todos los que falten para disfrutar de 26 días de bufés de marisco e incómodos amagos de conversación sobre la herencia. Pon toda la privacidad que quieras en Facebook: esa foto tuya con chaqueta de gala aprendiendo a bailar salsa con una yaya en el salón de baile Portofino acabará saliendo a la luz tarde o temprano.

VIAJES DE TRABAJO

Aunque no fueran vacaciones, técnicamente, tenías ganas de hacer ese curso de publicidad visual de dos días al que te han enviado en el curro. Habéis bebido montones de vino barato en vasos de plástico, habéis disfrutado de unas cenitas encantadoras en una cadena de restaurantes —que te paga la empresa, ¡no seas tonto!— y ahora intentas dormir mientras oyes los gritos y golpes del supervisor de tu departamento, que está en la habitación de al lado viendo porno en internet por enésima vez esta noche. Disfruta de la situación, que el desayuno no está incluido.

EL VIAJE DE TU VIDA POR TODO ESTADOS UNIDOS

El verano ya ha llegado, y el tío más guay de tu grupo de amigos —el tatuado que tiene el armario lleno de ropa Carhartt y a quien, por lo que parece, le sobran 5.000 euros— se va de viaje en coche por Estados Unidos. Te esperan un montón de fotos que subirá a Instagram haciendo poses semiirónicas delante de hamburgueserías y monster trucks tomadas en estados en los que Trump ganó y que el pasado noviembre dicho personaje describía en Twitter como "llenos de imbéciles salidos del culo del mundo". Probablemente acabe disparando un arma, también. Allá donde fueres…

SIMPLEMENTE ESTAR… JUNTO A LOS QUE QUIERES

Porque ¿no tienen que ser así unas vacaciones de verdad, gente? Alzad vuestras copas y brindemos. Vayáis donde vayáis de viaje, desde VICE, de parte de todos nosotros, tened cuidado y que Dios os bendiga. Besitos.