“Es complicado”, se resigna Peppermint. “Los actores con talento, los directores de casting y las personas que forman parte de las creaciones artísticas deberían sentirse libres de actuar de la manera que crean más conveniente. En un mundo perfecto, todos deberíamos poder tener la oportunidad de interpretar a cualquier personaje”.
Hemos hablado con Peppermint, la primera mujer transgénero en crear un papel importante en un musical de Broadway, Head Over Heels, porque, una vez más la polémica de la elección de actores cis/heteros para interpretar a personajes de la comunidad LGBTQ ha vuelto a acaparar portadas. Esta vez, quien ha avivado el fuego ha sido el cómico inglés Jack Whitehall, que va a formar parte del elenco de Jungle Cruise (parece que no es una película porno gay), donde va a interpretar al primer personaje gay importante de Disney, a pesar de ser heterosexual.
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No es la primera vez que Hollywood o el cine español toman una decisión de este tipo. Sin ir más lejos, Antonio Banderas ha interpretado a personajes gays en pelis de Almodóvar como La Ley del deseo, y otro español. Miguel Angel Silvestre, hace lo mismo en Sense 8.
El mes pasado, se anunció que Scarlett Johansson iba a interpretar el papel de un hombre trans en la película Rub & Tug, al que renunció posteriormente. Prácticamente todos los personajes homosexuales de Mi nombre es Harvey Milk, una película biográfica de 2008 sobre un famoso activista que luchó por los derechos de los homosexuales, están interpretados por hombres heterosexuales. Por otra parte, en La chica danesa, Eddie Redmayne interpretó el papel protagonista de una mujer trans… y la lista continúa.
La comunidad homosexual se suele escandalizar con ciertas decisiones, pero la gente que lo ve desde fuera no cree que los motivos de esos enfados sean siempre tan evidentes. Por definición, actuar consiste en transformarse en un personaje, independientemente de cómo sea el actor en la vida real. Esta semana, YouGov ha realizado una encuesta en la que el 70 por ciento de los británicos no ven ningún problema en que se haya elegido a una persona heterosexual para interpretar al primer personaje gay protagonista en un éxito de Disney.
“En un mundo ideal, creo de verdad que cualquiera debería poder interpretar el papel perfecto, pero, en la actualidad, las personas homosexuales y trans necesitan participar en el relato de sus propias historias. Históricamente, Hollywood ha ganado dinero con películas sobre experiencias de personas marginadas sin que formaran parte del proceso”, continúa Peppermint.
Para Peppermint, es una cuestión de autenticidad ante todo. No se trata solo de saber quiénes consiguen los papeles de los personajes homosexuales, sino de cómo están escritos, desarrollados, presentados e interpretados. “Tenemos que reconocer que el arte influye en la manera en la que la sociedad trata y percibe a las personas marginadas. Muchas veces, las historias de Hollywood sobre homosexuales, trans y otras minorías cuentan con material ofensivo, argumentos trágicos y personajes simples, estereotipados y poco profundos” (ver la película de 2015 Stonewall como prueba).
El actor Nick Westrate opina lo mismo: “Por el mero hecho de serlo, los homosexuales tenemos una gran riqueza en cuanto a comportamiento, historia cultural y experiencia. En cambio, los heterosexuales se pueden perder muchas cosas y eso es algo para lo que nadie se puede preparar ni con años de investigaciones. Los gais crecemos aprendiendo a adoptar características heterosexuales y, para nosotros, cambiar el chip se convierte en un modo de supervivencia. A veces, todas nuestras vidas están premeditadas para que interpretemos a un personaje heterosexual. Las personas heterosexuales pueden hacer un buen trabajo de investigación y ver Ru Paul’s Drag Race, pero jamás podrán llegar al mismo nivel de conocimiento”.
Preocupa mucho la forma en la que los personajes homosexuales son interpretados en pantalla, pero cada actor con el que he hablado cree que este asunto va más allá del arte. Los personajes LGBTQ suelen ser las únicas cabezas visibles en los medios de comunicación, por lo que la responsabilidad es enorme.
Cuando eligieron a Rebecca Root para que protagonizara la sitcom Boy Meets Girl, tanto la serie como ella hicieron historia. Cuando se estrenó en 2015, fue la primera serie británica de comedia o drama en la que había un personaje transgénero importante interpretado por un actor trans. “Soy consciente de que no todo el mundo se siente cómodo con la idea de ser un modelo, pero a mí no me importa. Es una cuestión de visibilización: ‘esta soy yo y tú también puedes hacer lo mismo’. La representación real no se basa solamente en ver a un personaje con el que te puedas sentir identificado, sino en ver a gente real trabajando en los niveles más altos de la industria”.
Un hombre cis que hace de una mujer trans y que aparece en la alfombra roja como un hombre barbudo sin la peluca del personaje lo único que hace es reforzar la idea peligrosa de que las mujeres trans son hombres, no mujeres
“La mayoría de la gente no ha conocido nunca a una persona trans y muchos niños no habrán conocido de manera consciente a ninguna persona gay”, asegura Peppermint. “Inspirar a los jóvenes cuando te sientes aislado, marginado o diferente tiene un valor incalculable y poder ver a gente como tú progresar es muy importante tanto para las personas homosexuales como para sus amigos y familiares”. Además, para Peppermint, un hombre cis que hace de una mujer trans y que aparece en la alfombra roja como un hombre barbudo sin la peluca del personaje lo único que hace es reforzar la idea peligrosa de que las mujeres trans son hombres, no mujeres.
Un actor gay podría usar el escaparate que supone una película de Disney para hablar de sus propias experiencias y de la igualdad de la comunidad LGBTQ, y para ser una personalidad homosexual para muchos jóvenes. Jack Whitehall, aunque no tenga ninguna culpa, no puede hacerlo.
Al mismo tiempo que existe una lógica a la hora de seleccionar personas homosexuales para interpretar papeles de personajes gais, también hay que tener en cuenta la realidad práctica de la industria. Los directores de casting tienen la presión de contratar a quien creen que es la persona adecuada para el papel y preguntar a alguien por su sexualidad al comenzar una prueba no parece que sea una señal de progreso. “Mi trabajo es conseguir la persona adecuada para el papel adecuado”, explica Amanda Tabak, una directora de casting de Londres. “Jamás preguntaríamos la sexualidad de alguien que cruza por la puerta porque nos parece irrelevante”.
Amanda tiene claro que sería ridículo elegir a un actor que no fuera chino para interpretar a un personaje chino (aunque a los que ficharon a Scarlett Johansson para interpretar a un personaje japonés en Ghost in the Shell no les pareció un problema). “La gente no lleva su sexualidad tatuada en el pecho”, señala Amanda. “Esa no es la razón que decide quién consigue un papel”.
El actor Giovanni Bienne, la cabeza visible del comité por la igualdad de la comunidad LGBT+, simpatiza solo a medias con esta perspectiva. Giovanni tiene la sensación de que las expectativas de los actores LGBTQ en las audiciones son diferentes a las de sus homólogos cis y heterosexuales. “No me suelen interesar mucho los romances heterosexuales, pero mi representante me dijo que sería positivo para mí que no me saliera del personaje durante la valoración posterior”, admite. Además, a los directores de casting les gusta cómo lo hace, pero le preguntan si puede “disimularlo”. “Esto no les pasa a los actores heterosexuales. Sean Penn no pasó ninguna prueba para el papel de Harvey Milk, pero, si lo hubiera hecho, no le habrían obligado a deslumbrar a los miembros del casting ni le hubieran dicho que disimulara su homosexualidad”.
Giovanni admite que, con actores menos conocidos, los miembros del casting no conocerían su sexualidad, pero los actores que no forman parte de la comunidad LGBTQ también pueden ayudar a que exista una mayor igualdad. “Hace poco , me llamó un amigo mío diciendo que lo estaban probando para interpretar a un personaje gay, pero no se sentía bien. Le dije que fuera a por ello porque de eso se trata, de que todos tengamos las mismas oportunidades, pero, al final, decidió no hacerlo para apoyarnos”.
“Contratar actores de primera línea para que interpreten a los personajes LGBTQ crea conciencia y hace que la gente vaya en masa a ver la película” —Amanda Tabak
Otra cuestión planteada muy a menudo por aquellos que intentan comprender la polémica de Whitehall es el hecho de que el entretenimiento es un negocio. “Contratar actores de primera línea para que interpreten a los personajes LGBTQ crea conciencia y, a la vez, hace que la gente vaya en masa a ver la película”, afirma Amanda Tabak. Sin embargo, después de que se perdiera toda una generación de actores gais debido a la crisis del SIDA, es posible que la industria sea responsable de ayudar a que las nuevas estrellas triunfen y hacer de Hollywood un lugar menos hostil para los homosexuales. “Si nos enteramos de que una persona heterosexual consigue un papel de una persona homosexual porque es una estrella rentable, habremos perdido otra oportunidad para que alguien se haga famoso como homosexual”, puntualiza Nick. “Es muy sencillo”.
Evidentemente, la elección de Jack Whitehall como el primer personaje gay de Disney no es un problema por sí mismo, sino que parece a simple vista una oportunidad perdida o una decisión poco meditada. Los problemas vienen en el momento en el que los actores heterosexuales no se benefician de la experiencia que los homosexuales tienen a la hora de interpretar un papel homosexual, a los que no se les deja contar sus propias historias y se contribuye a la triste falta de visibilidad de la comunidad LGBTQ en el mundo real de Hollywood.
Ni un solo actor con el que haya hablado piensa que deberían ser solo los homosexuales los que deberían interpretar los papeles de la comunidad LGBTQ (o viceversa), pero sí que todo el mundo debería hacer un esfuerzo consciente para ayudar a que la balanza se equilibre. Es decir, asumir que se ignora a algunos homosexuales a la hora de tenerlos en cuenta para papeles heterosexuales y se contribuye a la desigualdad, comprender que las personas LGBTQ son una minoría que necesita modelos de referencia, no decir simplemente que no hay una estrella homosexual que pueda conseguir el papel y después crear una, y, por último, significa que si Disney va a dar importancia a la creación de un personaje gay, deberían dar importancia también al hecho de que el actor sea gay.
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