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Comida

Ahora los doctores pueden recetar frutas y verduras a sus pacientes

Por fin se tomó literal la máxima de Hipócrates: "Que tu alimento sea tu medicina, y que tu medicina sea tu alimento".
Foto von Squash Valley Produce via Flickr

Las frutas son buenas para ti. Las verduras también. Cómelas de cinco a nueve veces al día y no te vas a enfermar. Nunca.

Está bien, eso podría ser una pequeña exageración, pero la realidad es que comer la abundancia de vegetales es un componente clave para vivir una vida larga y saludable y minimizar el riesgo de padecer obesidad y diabetes. Sin embargo, para los millones de estadounidenses que viven en desiertos alimentarios, arrancar un durazno de un árbol no es una opción. Y tampoco, tristemente, lo son las frutas y verduras del pasillo en la tienda de víveres.

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Los desiertos alimentarios son zonas urbanas nutricionalmente áridas, vacíos de productos y poblados de comida barata y azucarada que convierten la alimentación saludable en algo casi inalcanzable. Pero ahora, gracias a un programa conocido como FVRx, los doctores de Estados Unidos serán capaces de "recetar" frutas y verduras a los pacientes en comunidades pobres, quienes podrán canjear las recetas —de forma gratuita— en tiendas participantes.

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Target concedió al programa un total de $1.2 millones de dólares, y está dirigido a desiertos alimentarios en Nueva York y Los Ángeles, con énfasis en la prevención de enfermedades como la diabetes y la obesidad.

"Ayudar a los estadounidenses que luchan contra la pobreza es algo de lo que el sector privado tiene hacerse cargo", dijo Michel Nischan, fundador y CEO de Wholesome Wave, la compañía detrás de FVRx. "No hay mejor manera de expresar el espíritu de nuestra gran nación, que a través de alimentar a quienes están atravesando por tiempos difíciles ayudando a los consumidores a llevar frutas y verduras frescas a la mesa".

Y la apuesta es realmente alta. En el Eisner Pediatric and Family Medical Center, un hospital de LA que participa en el programa, más del 98 por ciento de los pacientes están por debajo del 150 por ciento del nivel de pobreza, aproximadamente el 82 por ciento de ellos son latinos y 34 por ciento tienen menos de 12 años.

Es verdad, hay una empresa enorme financiando el programa y se beneficia del mismo, pero incluso un oasis empresarial es bienvenido en los desiertos alimentarios de Estados Unidos. Y debería ser un proyecto replicable en muchos otros sitios.