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El problema de tener un ‘rostro’ para el MMA femenil en peso gallo

La idea de que una sola mujer de alguna manera debería personificar el deporte por completo y por ende hacer que el MMA femenil sea más popular ha existido desde los 90. ¿Pero qué pasa cuando esa mujer ya no es la campeona?
Photo by Jayne Kamin-Oncea-USA TODAY Sports

Desde su inicio en los 90, varias mujeres fueron consideradas como el "rostro" del MMA femenil. Los medios deportivos promocionaron la idea de que de alguna manera una mujer debía personificar el deporte por completo y así, llevar el MMA femenil a ser reconocido. Sin duda, Ronda Rousey es la peleadora más famosa en la historia del deporte, pero no es la primera en ser considerada el rostro del MMA femenil. Como consecuencia, la idea ha hecho que las demás peleadoras se queden relegadas, con los medios concentrándose en una peleadora a la vez. El día de ayer, CBS Sports publicó un artículo declarando que la división peso gallo femenil s "un desastre" debido a que el cinturón ha cambiado de manos cuatro veces en ocho meses. Lo que algunos fanáticos ven como la emoción de un deporte con una enorme cantidad de peleadoras en busca de capturar el cinturón, aparentemente CBS considera una decepción. Una distracción del espectáculo de Ronda Rousey.

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Muchas mujeres ocuparon el papel de "rostro" a lo largo de la historia: Elizabeth Stokes en la década de 1720, Hattie Leslie en 1880 y Christie Martin en los 1990 son ejemplos de boxeadoras a quienes los medios promocionaron como si hubieran sido la única peleadora de su momento. Claro, esta insistencia es ridícula: si Christy Martin hubiera sido la única boxeadora, ¿a quién estaba enfrentando entonces? En los primeros días del MMA, Gina Carano ocupaba el centro de atención de la división femenil, convirtiéndose en la primera peleadora de MMA en volverse popular fuera del mundo del UFC y Strikeforce. Incluso cuando UFC introdujo otras peleadoras peso gallo a sus listas, Ronda se ha mantenido en el centro, tal vez debido a que el presidente de UFC ha continuado declarando que Rousey es la única razón por la que permitió que las mujeres pelearan en UFC.

Pero proclamar a Ronda, o a cualquier otra mujer como el "rostro del MMA femenil" es un problema ya que refuerza la idea de que las mujeres siempre son representadas por un ideal singular. Y se vuelve aún más problemático debido a que las atletas son juzgadas no sólo por su desempeño atlético, sino por su apariencia.

Gina Carano era considerada el rostro del MMA, pero la mayoría de las personas comentaban sobre su belleza antes de sus habilidades como peleadora. En 2009, Carano enfrentó a Cris "Cyborg" Justino por el título de Strikeforce. La pelea fue considerada como la "Bella contra la Bestia" por algunos medios. Cris era una peleadora increíblemente talentosa, pero le fue impuesto el desafortunado apodo de "Bestia" en la pelea. Tanto comentaristas como expertos en Internet parecían disgustados por Cyborg debido a que lucía "demasiado masculina" y no hacía nada para promover su feminidad. Incluso después de su devastadora derrota ante Santos, la popularidad de Carano excedía por mucho la de su oponente. En 2012, Cyborg dio positivo por drogas para mejorar el rendimiento, dando pie a que muchos pronto declararan "¡Sabía que era hombre!" en sus conversaciones y bien pudo haber puesto fin a su carrera. Pero más allá de la confirmación del uso de drogas, los fans del MMA parecían más perturbados por su apariencia.

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Cris no aparecía en las mismas listas que Carano. Desafortunadamente, una atleta debe ser hermosa para recibir publicidad y patrocinios o apoyo. De hecho, las atletas no sólo deben ser hermosas, sino que deben ser sexys también. Muchas de ellas posan para fotografías provocativas para promover su imagen como atletas y mujeres. Para muchas de ellas, su popularidad como atleta está invariablemente ligada a la presentación de su sexualidad. La piloto Danica Patrick recibió atención pública después de posar para la revista Playboy en 2009. Para las mujeres que participan en deportes históricamente masculinos, posar en bikini en revistas para hombres es una manera de asegurar a los espectadores que aunque compiten en una arena varonil, también cumplen las expectativas de la feminidad convencional.

Cuando UFC presentó la primera pelea de MMA femenil en 2013, Ronda Rousey ya era considerada como la estrella de la organización. Fue coronada campeona antes de que sucediera la pelea. Entonces la división originó un modo "rey de la colina" donde todas esperaban en fila para enfrentarla. Es el modelo de cualquier división de peso: los peleadores esperan en línea por una oportunidad de título. Pero en la división femenil, el resto de las peleadoras no parecían importar a menos de que enfrentaran a Ronda, la campeona predeterminada y adorada por los medios. Su posición aún más problemática cuando después de ser entrenadora en la primera temporada de The Ultimate Fighter en incluir hombres y mujeres las peleas femeniles que no la incluían eran programadas en la cartelera preliminar, recibiendo menos atención de los medios. Si Ronda no estaba en la jaula, entonces el MMA femenil no era lo suficientemente interesante para que los medios lo cubrieran o para que los fans lo vieran. Esto fue el desafortunado resultado de crear una división basándose en una sola persona.

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En muchas divisiones varoniles, las peleas que no son de título aún son promovidas y analizadas con base en un interés por la división en lugar de un peleador en particular. Y esto no hace que Ronda sea menos influyente o importante como peleadora, sino que destaca la manera en la que UFC promovió a Ronda Rousey para desgracia del resto de la división.

Foto por Mark J. Rebilas-USA TODAY Sports

La división peso paja no tuvo el mismo problema debido a que cuando se creó, introdujo a muchas peleadoras emocionantes en lugar de una peleadora con sus oponentes. La reciente pelea entre Joanna Jedrzejczyk y Claudia Gadelha en la Final de TUF fue Pelea de la Noche, y las potenciales retadoras al cinturón sin duda tendrán otra pelea emocionantes. Pero como notó Bleacher Reporte, UFC ha fallado al impulsar la división paja debido a que a excepción de las dos temporadas del programa que presentaron la división, ha habido pocas oportunidades para que las peleadoras de tal peso demuestren sus habilidades. Si la pelea del viernes demostró algo, fue que el atractivo de la división no depende de una sola peleadora, sino de la acción que emociona a la mayoría de los fans de UFC.

Foto por Joshua Dahl-USA TODAY Sports

La victoria de Amanda Nuñes el sábado por la noche demostró que la división gallo está llena de peleadoras que merecen el reconocimiento y la oportunidad de pelear en una cartelera estelar, incluso si Ronda no es parte del combate. La siguiente pelea de Nuñes, ya sea contra Holly Holm, Julianna Peña o Ronda Rousey, debería energizar la división y darle otra oportunidad de defender su título. Para que las divisiones femeniles de UFC tengan éxito, UFC debe darles tiempo en la jaula.

Cuando una peleadora domina una división, los fans y analistas se deleitan fantaseando sobre que peleador usando determinado método podría derrocarlo. Pero la división no perecería si esa persona perdiera. Peso mediano existe sin importar quien tenga el título, ya que no hay alguien que personifique por sí solo la división. Y al final, es el problema con la división de peso gallo femenil —para muchas personas, existe sólo como el patio de juegos de Ronda Rousey. No tiene que existir un rostro para la división peso gallo femenil, y tampoco debe haber un hombre que encapsule por completo la división peso pluma.