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Comida

Comer mucha carne roja en realidad te dejará más hambriento

No tienes que ser un gaucho amante de la carne para saber que la carne roja se ha enfrentado a tiempos difíciles últimamente, independientemente de la horda paleolítica.

No tienes que ser un gaucho amante de la carne para saber que la carne roja se ha enfrentado a tiempos difíciles últimamente, independientemente de la horda paleolítica. Así que con dolor anunciamos otra huelga contra la soberanía real de carnívoros del mundo.

Resulta que ahora podemos agregar esto a la letanía de ataques contra la carne roja: Tiene la capacidad de hacernos querer meter más comida en nuestras bocas rabiosas.

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Un estudio del Wake Forest Baptist Medical Center, publicado recientemente en el Journal of Clinical Investigation, descubrió que una dieta alta en hierro –lo equivalente a comer muchísima carne roja– suprime la leptina.

La leptina, como probablemente no sepas, es la hormona encantadora que te indica que estás lleno. Si la leptina se suprime, desearás más y más comida. Hasta que, de pronto, te estés involucrando en una orgía de carne recubierta de médula. ¿Te ha pasado? Ahora sabes por qué.

El estudio se basa en un modelo animal. "Hemos demostrado que la cantidad de ingesta de alimentos aumentó en los animales que seguían una dieta con altos niveles de hierro", dijo el autor principal del estudio, Don McClain, quien también es el director del Center on Diabetes, Obesity, and Metabolism en el Wake Forest Baptist.

Una dieta rica en hierro –estimado Dr. Atkins, ojalá que lo condenen– no es, evidentemente, buena para ti. McClain dice: "En las personas, el alto contenido de hierro, incluso en el rango normal-alto, se ha establecido como un factor que contribuye a muchas enfermedades, incluyendo la diabetes, la enfermedad de hígado graso y el Alzheimer, por lo que ésta es otra razón para no comer tanta carne roja, debido a que el hierro en la carne roja se absorbe más fácilmente que el hierro de las plantas".

Claro, otros productos alimenticios tienen hierro –como los frijoles y las espinacas. Pero la carne es una fuente principal de hierro.

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En el estudio, dos grupos de ratones machos fueron alimentados con diferentes dietas: Uno con alto contenido de hierro y el otro con contenido bajo/normal. Los consumidores de la dieta alta en hierro sufrieron un incremento de 215 por ciento de hierro en su sangre ratonil. Y, ¿adivina que? Los niveles de leptina en la sangre de los consumidores de la dieta rica en hierro fue 42 por ciento menor que el del grupo de contenido de hierro bajo/normal.

¿Menos leptina? Más hambre. Los ratones que tenían niveles más altos de hierro y niveles inferiores de leptina deseaban más alimento. Por lo tanto, determinar el nivel adecuado de hierro en la dieta humana se ha convertido en un objetivo importante, pues los americanos necesitamos controlar nuestras ansias por atascarnos.

"Todavía no sabemos cuál es el nivel óptimo del tejido de hierro, pero esperamos hacer un gran ensayo clínico para determinar si la disminución de los niveles de hierro tiene algún efecto en el peso y en el riesgo de desarrollar diabetes", dijo McClain. "Cuanto mejor comprendamos cómo funciona el hierro en el cuerpo, mayor será la oportunidad que tendremos de encontrar nuevos caminos que puedan ser los objetivos para la prevención y el tratamiento de la diabetes y otras enfermedades".

Así que, mientras tanto, si descubres que eres voraz, dile adiós a la carne roja y tal vez tu leptina tendrá la oportunidad de decirte que, de hecho, ya estás lleno.

Eso, o simplemente disfruta tu maldita carne. Y entiende que gracias a la leptina, tu deseo de devorar puede ser difícil, muy difícil de controlar.