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Música

Ajo para los labios

San Miguel Music: Kokoshca presentan el Club del Single este fin de semana, junto a los grupos Microcosmos y Coraje.

Lo primero que me dijo Amaia de Kokoshca es que prefería hablar de tonterías porque las conversaciones de música y datos le abruman y desconecta. Bien. Lo primero que me dijo Iñaki de Kokoshca es que le gusta la revista VICE porque siempre esconde un mensaje lúcido. Bien también. Este sábado viajan con su grupo a Madrid para la presentación oficial del Club del Single junto a Microcosmos y Coraje. Ese día quiero estar atento al concierto así que ya lo hemos hablado todo por adelantado.

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Vice: ¿Hay algo que os preocupe últimamente?

Iñaki: Yo pienso en que para las herpes labiales es mejor usar remedios naturales, como por ejemplo frotarse ajo por la zona afectada.

Amaia: Las herpes nunca se curan, una vez que lo tienes siempre esta ahí dormido… esperando a que te debilites.

Ya pero es que a mí el ajo me sobra incluso en la comida.

I: Pues el ajo es fundamental.

A: El ajo es el rey de la comida

I: Exacto.

A: Todo es mejor con ajos. Besos de dragón.

I: De hecho parte de la Corte española se trasladó a Corella, un pueblo navarro del sur, para curar la tuberculosis de la reina gracias a sus ajos. La reina murió. Pero el ajo es antibiótico natural.

Me estáis aturullando.

I: Yo quería hablar de Moon Duo.

A: Moon Duo han ido a Corella a comer ajos y curar su herpes.

I: El de Moon Duo puede ocultar las herpes tras su gran barba.

Debe ser horrible tener herpes. Yo ya tengo bastante con morderme los labios.

I: Es un gesto muy erótico lo de morderse los labios. Por ejemplo Paz de la Huerta mordiéndose los labios.

A: A mí me gustan las heridas en los labios. Los labios secos y agrietados siempre me han gustado.

Algunas veces se me agrietan sí.

A: ¿Grietas de esas que no te dejan sonreír? Después se hinchan y están más bonitos.

I: Yo me hinco cosas en la encía.

Me das miedo Iñaki.

I: Pero no digo en plan faquir.

A: El dolor que te da al abrirse la grieta mola.

I: Ligeramente. Aunque yo veo más nocivo morderse los labios.

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A: El dolor a veces es gozoso.

El único dolor placentero es el de los pequeños moratones. Apretar ahí.

A: ¡Quitarse postillas!

I: Rascarse las postillas.

Pero si rascáis las postillas os quedarán cicatrices.

I: Sí.

A: Las cicatrices no son feas. De mi varicela tengo muchos recuerdos.

I: Mi pediatra y vecino me arrancó una postilla en el ascensor y aún tengo la marca.

Me pasó eso mismo en el oculista. Me lesioné con una máquina vieja y aún tengo la cicatriz.

A: Cicatrices por todo. Yo siempre tengo moratones. Soy patosa y me pego con todo.

I: Soy miope.

A: Yo tengo astigmatismo.

I: Mira, Amaia tiene una historia bonita de gafas. Fingió ver mal.

Cuéntame Amaia.

A: Me encantan las gafas desde pequeña. Mi madre me llevo al oculista y fingí. Dije mal las letras aposta para que me pusieran gafas. Me las pusieron y conseguí ver mal. Ahora las necesito pero apenas las uso.

Yo llevo años con ellas. Si me las quito al principio se me quedan los ojos extraños.

A: Ojos de Snoopy. Chiquiticos.

Vosotros vestís muy normal. ¿Acaso no llega a Navarra la ropa técnica vasca?

A: En el País Vasco está de moda ponerse el pelo como el predator de la peli.

I: Pelos angulosos.

A: Cortados con hachas. Se visten como si fueran al Everest para ir a por el pan.

I: Ciclos Iturgaiz lo saben.

A: Esa ropa es carísima por cierto. Y feísima. Con lo bien que vestían los vascos en los 70 y 80.

I: Como tu padre Amaia.

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¿Cómo vestían los vascos en los setenta?

A: Como un moderno de Barcelona de barbas y jersey de lana de colorines. Mi padre vestía genial. Le encanta el País Vasco. Ahora viste como Steve Jobs.

Un amigo se disfrazó de Steve Jobs en carnaval pero en vez de jersey negro se puso uno beige. Le confundían con el protagonista de Mar Adentro.

I: Jajaja.

A: Jajaja.

Otra cosa muy importante ¿qué vais a comer hoy?

I: Lentejas y ensalada de tomate.

A: Yo como en casa de mis padres. Mi madre ha hecho alubias rojas. No sé cocinar. Me gusta que me cocinen.

Siento lástima por vosotros:

A: ¿Por qué?

Porque no vais a comer mi puré de calabacín. No será fácil, pero intentad ser felices sin eso.

A: Vale lo intentaremos.