¿Sabe quién es Akapellah?

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Para el freestyle es un ilusionista y para rapear un peso pesado. Por su tamaño, su pinta y su tono de piel, muchos lo comparan con el gran Notorious B.I.G, pero Pedro Elías Aquino Cova, más conocido como Akapellah, se siente más influenciado por el rap de la costa oeste. “Hay una confusión”, dice. “Yo creo que la gente se toma muy a pecho mi sobrepeso y mi parecido físico, tienden a creer que lo tengo tatuado, que lo amo, que lo adoro, pero Notorious no era de mis raperos favoritos. Yo creo que soy más West Coast, admiro más a 2Pac… escribía más”, aclara para empezar.

Nació cerca al mar caribe, en Maracay, Venezuela. Antes de componer y grabar discos Akapellah hacía freestyle, muchísimo antes hacía canto coral y tocaba la tuba en una orquesta en un centro de atención al joven. Como allí también practicaban break dance, con apenas once años se acercó a los bailarines y a través de ellos conoció el hip hop.

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El primer disco que le regalaron fue del dúo M.O.P, pero el amor por el rap vino después de escuchar otros raperos como 2Pac, Cypress Hill, Psycho Real y Delinquent Habits. Pasó más de cuatro años sólo escuchando hasta que decidió hacer algo. Empezó como MC escribiendo algunas letras, intentó grafitear y luego quiso bailar, pero su peso no se lo permitió. Entonces encontró el freestyle que de inmediato
le llamó la atención por su irreverencia y se convirtió en su religión.

“Durante mi adolescencia lo fue todo”, recuerda y empieza a relatar. “Mamá es controladora, tiene un concepto errado del hip hop y aleja a Pedro de la casa. Pedro quiere este estilo de vida, la rebeldía de joven… y se va”.

Dejó su rol de hermano mayor y estudiante estrella y se convirtió en Akapellah, el que freestaliaba en los buses o donde lo invitaran… y así pasó varios años, esuchando beats, aprendiendo, rimando y rebuscándose la vida de batalla en batalla hasta lograr ser tres veces campeón del título nacional de la Knockout en Venezuela.

A punta de videos amateurs que montaba en la red, Akapellah fue ganando difusión y en 2012 decidió lanzar su primera producción Como antes, en homenaje a los años 90. El disco incluyó un cover de la canción Big Poppa de Notorious B.I.G, pistas de canciones de íconos como Mobb Deep y Rakim que aprovechó para soltar letras crudas dando muestras de habilidad y actitud de sobra; una canción dedicada especialmente al ídolo del basketball de la época, Michael Jordan, y hasta algo de reggea con “Today”, el corte #12 y uno de los más célebres de la placa.

Pero fue con el nacimiento de su hijo James (en honor a grandes del basket: Lebron James y James Harden) hace un año, cuando supo que era momento de estabilizarse y dejarle la espontaneidad al freestyle más que a la vida. “Cuando mi esposa sale embarazada yo en realidad no tenía nada. Tenía como dos años que me iba bien, pero todo me lo había gastado, jamás había pensado en ahorrar para nada”. Entonces llamó a Kiko, un amigo suyo a pedirle un préstamo, algo así como: “Ayudáme güevón, no tengo nada. Y el bicho respondió: Te voy a dar algo mejor, te voy a dar organización, o sea, voy a trabajar contigo pa’ que tengas un futuro. Y ahí empezamos”.

En 2014 lanzó su más reciente disco Como siempre, donde entran sus ya característicos sonidos noventeros y otros más actuales, demostrando una faceta más personal con temas como “Niño” (dedicado a su hijo) y “Shakty” en compañía de los chilenos Movimiento Originial. De este disco se han desprendido cinco videos, entre ellos “Rueda de prensa“, una descarga de seis minutos donde Akapellah, demostrando gran versatilidad, se muestra en el video disfrazado de diferentes personajes que le hacen preguntas, a las que responde sin dejar de rimar y aprovecha para hablar de la actualidad del creciente movimiento rapero venezolano.

En ese mismo año (2014) se coronó campeón en Chile de la competencia sudamericana de freestyle “God Level Fest”.

Final “God Level Fest”Akapellah vs Stigma – Chile 2014.

Tan espontánea como el freestyle, su música es fresca, entretenida para vacilar y pasar un buen rato. Un rap que casi siempre suena a fiesta, a verano, pero que también tiene tiempo para beats oscuros y letras crudas que se dejan oír de vez en cuando. Un rap melódico, fluido y caribeño. Sus canciones nacen de un tarareo sobre el beat y se van armando, armoniosas hasta convertirse en letras. “Yo produzco fonéticamente porque no se me da muy bien lo de la escritura. Tú me das un beat que contenga una melodía y sobre esa melodía yo tarareo, y hasta grabo el tarareo y en el tarareo me creo Whitney Houston pues, porque no significa nada, no hay parámetros, sólo estoy usando mi imaginación y después cuando me siento a escuchar lo convierto en letras”, explica. “Yo prefiero darle sentido a un ritmo fonético”.

Con apenas 23 años, la carrera de Akapellah va en ascenso. En apenas dos años de carrera, el chico que nunca antes había salido de Venezuela ha recorrido siete países y ha logrado posicionar varios videos musicales en la web. Pero sus retos son cada vez mayores: primero, aumentar el protagonismo del hip hop latinoamericano; y segundo, penetrar el mercado de arriba. “Ya ni siquiera dependemos de que un gringo nos lleve, de repente el mismo internet. Al haber tantos latinos allá yo creo que va a llegar un momento en el que no va existir una frontera, van a haber tantos peruanos en Nueva York que esto va a sonar igual a como suena en Lima. Y bueno, ahí sí vamos a estar creo que en nuestra cúspide”, sentencia.

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Por eso es bueno que de una vez lo conozca, lo escuche, lo siga y no le pierda la pista, porque su camino apenas comienza.

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