Abu Bakr al-Baghdadi habría sido gravemente herido y su vida corrió serio peligro en un ataque aéreo el pasado mes de marzo. Según apuntan fuentes consultadas, el líder del autoproclamado Estado Islámico (EI) ya no controla de forma absoluta las actividades diarias del grupo extremista.
El mundo se ha familiarizado con al-Baghdadi a través de un puñado de fotos tipo carnet y por su aparición en vídeo en julio, cuando lideró la expansión territorial de este grupo terrorista a través de Irak y Siria, autoproclamando un califato islámico en la región. A pesar de sus limitadas apariciones en público, el clérigo de larga barba ha sido el líder en la sombra detrás de las acciones de uno de los grupos insurgentes más sangrientos y violentos de los últimos años. Las guerras en curso en Siria e Irak han dejado decenas de miles de muertos y millones de desplazados, según cifras de la ONU.
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Informaciones sobre las graves lesiones o la muerte de Baghdadi han circulado en los últimos meses a través de las redes sociales y los medios de comunicación, mientras las milicias kurdas y los rebeldes moderados sirios, apoyados por la aviación de la coalición liderada por Estados Unidos, continúan la batalla contra el grupo yihadista.
Esta semana, un diplomático occidental y un asesor iraquí, confirmaron por separado a The Guardian que un ataque aéreo alcanzó a un convoy de combatientes yihadistas el 18 de marzo, en la provincia iraquí de Nínive, cerca de la frontera con Siria. Los líderes militares de la coalición decidieron bombardear el convoy sin saber que al-Baghdadi viajaba en uno de los coches. El líder del EI resultó herido de gravedad en el ataque, según dichas fuentes.
Al-Baghdadi se estaría recuperando de las lesiones provocadas en el ataque. En este sentido, los líderes de EI habrían mantenido una reunión de emergencia para discutir el nombramiento de un nuevo líder al temer por la vida de al-Baghdadi, según éstas fuentes.
Hisham al-Hashimi, un funcionario de Bagdad, que asesora al gobierno en la lucha contra Estado Islámico, dijo a The Guardian que al-Baghdadi fue herido en al-Baaj, una zona tribal suní situada a unos 200 kilómetros al oeste de Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak y bastión de los yihadistas, donde según se informa habría pasado la mayor parte de su tiempo.
“Él escogió esta zona porque recordaba que durante la invasión iraquí los norteamericanos no tenían demasiada presencia y era desconocida”, dijo otra fuente no identificada. “A partir de 2003 [el ejército estadounidense] apenas tuvo presencia militar allí. Era la única parte de Irak ajena a su control”.
Informes no confirmados sobre al-Baghdadi herido y en estado crítico habían salido a la luz en noviembre después de que un ataque aéreo de la coalición bombardeara una casa cerca de la ciudad iraquí occidental de Quaim, donde los líderes de Estado Islámico se habrían reunido. Ese ataque presuntamente habría matado al líder local de EI y su adjunto en la provincia iraquí de Anbar, según dijeron residentes locales a Reuters.
En diciembre, los ataques aéreos de la coalición acabaron con la vida de Abu Muslim al-Turkmani, el segundo de al-Baghdadi, cerca de Mosul, mientras que en el mismo mes, al-Baghdadi supuestamente estuvo de nuevo cerca de la muerte cuando los ataques aéreos alcanzaron un convoy en el que viajaba matando a un cercano colaborador, Auf Abdulrahman al-Efery.
Washington ha emitido una recompensa de 10 millones de dólares por la cabeza de al-Baghdadi.
El Estado Islámico. Ver más aquí.
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