Artículo publicado por VICE México.
Más de 6 mil piezas de cristalería, porcelana y cubiertos, ornamentados con emblemas e inscripciones del Poder Ejecutivo, son algunas de las pinceladas de exquisitez que el gobierno de Enrique Peña Nieto dio al avión presidencial Boeing 787-8 “José María Morelos y Pavón”, que ahora pretende vender el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
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Vasos tipo highball, old fashion, copas, platos para tres tiempos, para café, para postres; cuchillos y tenedores para mesa, para pescado, para ensalada, pala para mantequilla –éstos últimos con las insignias oficiales del Poder Ejecutivo mexicano–, troquelados en acero inoxidable de alta manufactura.
En total, son 6 mil 480 piezas para el servicio de comedor aéreo –sólo 350 sin las inscripciones presidenciales– que fueron compradas a ProEpta, de Jonathan Klip Berdichevsky, quien además es dueño de la marca “Habla bien de México”, lema de una campaña publicitaria del Consejo de la Comunicación.
El entusiasmo por la llegada del avión derivó en otros contratos. Se renovó el guardaropa del personal de la coordinación General de Transportes Aéreos Presidenciales (CGTAP) y se ordenó la confección de cobertores individuales, almohadillas y fundas con el escudo del Estado Mayor Presidencial (EMP), para su disposición permanente en el hangar del Poder Ejecutivo en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, de acuerdo con distintos contratos revisados por VICE.
Estos detalles añaden confort a las adaptaciones solicitadas en el pedido original a Boeing, por ejemplo, extensión de oficina, dormitorio con las comodidades más aproximadas a las de una habitación en tierra, cuarto de baño, equipo para que el mandatario no interrumpiera sus rutinas de ejercicio si se hallaba en un vuelo prolongado, sala de descanso, etcétera.
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“Un auténtico búnker aéreo”, según la descripción elegida por Boeing para la aeronave. Un búnker que la futura administración obradorista prevé rematar.
Pero ni el confort proveído al avión presidencial, ni el preciosismo del menaje elegido, pueden ofrecer una ventaja financiera en su venta y, de hecho, podría significar pérdidas de por lo menos 137 millones de dólares a las finanzas públicas, de acuerdo con la firma especializada Ascend Flightglobal Consultancy.
De hecho, el pasado 23 de agosto, Gustavo Jiménez Pons, dueño de GBS Air Enterprise, firma de aerotransportes ejecutivos, ofreció a Obrador mil 900 millones de pesos por el avión presidencial; mil millones menos del costo original. La adquisición costó al gobierno de México dos mil 952 mdp., en conversión de 2013, a 13.50 pesos por dólar.
El empresario entregó la oferta por escrito al equipo de Obrador, pero días después se desdijo. Argumentó que esa cifra no había sido una oferta, sino lo que él creía que había sido el precio de adquisición del Boeing.
Lo cierto es que la eventual operación entraña un posible conflicto de interés: Rogelio Jiménez Pons, tío del interesado en la compra, está anunciado como director del Fondo Nacional del Turismo (Fonatur) de la gestión obradorista. El empresario desestima el hecho, arguyendo que con su tío ni se habla.
Pero, sobre todo, negó que la aeronave tuviese algún valor agregado por haber sido avión presidencial. Más bien, aclaró, habrá que descontar del precio las horas de vuelo.
Old fashion
En junio de 2017, la CGTAP del EMP seleccionó a la empresa Proepta S.A. de C.V. para que le proveyera de lozas, cristalería y utensilios de mesa para el servicio de comedor del “José María Morelos y Pavón”. El monto del contrato, con número de referencia de Compranet 463048, fue de 741 mil 946 pesos.
Según consultas efectuadas por VICE en registros del Instituto Mexicano de Propiedad Industrial (Impi), el representante legal de Proepta es Jonathan Klip Berdichevsky, quien también tiene registrada la marca “Habla bien de México”, lema de una campaña publicitaria del Consejo de la Comunicación, lanzada en septiembre de 2016, y que devino movimiento “Somos mexicanos”, o “¿Qué tan mexicano te sientes?”, y que dirige además la agencia de marketing digital Recrea Producction Co.
El pedido para el Boeing 787-8 consistió en 500 vasos de vidrio tipo high ball con capacidad de 290 mililitros (ml), 14.3 centímetros de alto y 6.2 de diámetro; 500 más del mismo tipo, pero con capacidad para 150 ml., 10 centímetros de alto y 5.5 de diámetro; 150 vasos de vidrio tipo old fashion con capacidad para 300 ml., 9.3 centímetros de alto y 7.9 de diámetro. Esos mil 150 vasos fueron ordenados con las inscripciones presidenciales: “logotipo y filo dorado, Poder Ejecutivo, Avión Presidencial”.
Además de esas piezas, el proveedor surtió 150 copas de cristal para agua, con capacidad de 450 ml., sin mayor ornamento.
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La mesa del águila
El pedido incluyó dos mil 100 platos trinche de porcelana, modelo actualite, mil 500 de 20 centímetros de diámetro y 600 de 27; 730 tazas de porcelana para café, apilables, 600 de ellas para café normal, en dos tamaños; y 130 para café exprés, en dos tamaños.
Se surtieron para la aeronave 200 platos para taza de café de 15.5 centímetros de diámetro, modelo actualite; 400 platos para pan, de 15 centímetros de diámetro; y 100 platos soperos o compoteros.
Estas 3 mil 530 piezas de porcelana llevan también los filos, emblemas e inscripciones presidenciales en los tonos áureos solicitados. Complementariamente, se dotó al avión de 200 platos asimétricos, de porcelana, modelo elegance, de 25 por 14 centímetros, sin grecas ni grabados.
También fueron manufacturados para el servicio de la nave, en brillante acero inoxidable de alta calidad, 300 cucharas cafeteras, 150 tenedores para mesa, 200 tenedores para ensalada o postre, 100 tenedores para pescado, 100 cuchillos para pescado, 200 cuchillos para ensalada o postre, y 100 palas para mantequilla.
En las mil 300 piezas de acero fue troquelado el emblema y las inscripciones presidenciales.
Blancos
En septiembre posterior, la CGTAP ordenó la compra de distintos blancos para su disponibilidad en el Hangar presidencial.
Bajo contratación con número de referencia 1577508 en Compranet, le fueron comprados a Colchones, Tecnología y Descanso S.A., de C.V., mil 500 servilletas para pierna, 600 manteles para charola, 800 manteles individuales, 80 manteles rectangulares de 90 centímetros por un metro, todos en tela avantgarde color blanco, con dobladillo imperial de dos y tres centímetros, y festón, sin uniones; 128 manteles más de iguales características, en color beige; 128 manteles rectangulares para mesa y 120 más, individuales, en color beige.
Además, en color blanco, 90 manteles redondos, 18 cubremanteles en tela premier con diseño de flor calada, 24 fundones tipo bambalina y 100 almohadillas para frazada en color chocolate, por 105 mil 392 pesos.
Con Manteles Finos de México S.A de C.V., referencia 577534, fueron adquiridos 300 cobertores individuales, en tela polar; 30 manteles con dobladillo imperial y festón beige, sin uniones; 1 mantel rectangular en tela avangard; 200 fundas para almohadilla con el emblema del EMP grabado en color dorado; y 780 cubresillas tableadas en colores azul marino, verde bosque y color vino, por 102 mil 753 pesos.
A Grupo Habers S.A. de C.V., a través del contrato con número de referencia1577540 en Compranet, le fueron comprados 100 frazadas o cobertores individuales color chocolate, manufacturados en tela de borrego, por 65 mil 100 pesos.
Guardarropa
En julio de 2017, la CGTAP también decidió renovar guardarropa de su personal del aire, que adquirió a la desconocida E+E Eventos S.A. de C.V., bajo contrato referenciado en Compranet con el número 1515522.
El pedido consistió en 48 vestidos negros, en 65 por ciento de poliéster, 32 por ciento de rayón y 5 por ciento spandex; 48 más, de igual manufactura, en azul marino; 24 trajes sastre negros, 24 rojos, y 24 en azul marino, de los mismos materiales; 24 juegos de chaleco y falda, 24 negros; 24 chalecos rojos; manufacturadas con distintos porcentajes de algodón, poliéster y spandex, 48 blusas de manga corta, 48 de manga ¾, 48 de manga larga; y 24 batas en poliéster y lana australiana. Todo por 407 mil 520 pesos.
En picada
Todos esos gastos podrían haber sido superfluos, pero más aún si se concreta la venta del avión. De acuerdo con un análisis de Ascend Flightglobal Consultancy, firma especializada en aviones ejecutivos de amplio fuselaje que asesoró al gobierno de México en la adquisición del Boeing 787-8, de haberlo vendido en enero de 2016, cuando el precio del dólar rondaba los 13.50 pesos, el gobierno ya hubiera perdido el 50 por ciento de la inversión, pues lo adquirió en 218.7 millones de dólares (mdd) –2,900 mdp.–, y no habría podido sacarle más de 128.2 mdd.
Para enero de 2019, se estimaba un posible precio de venta de 142.4 mdd., 76.6 mdd menos que el monto en que fue comprado a la armadora, pero calculado con el precio del dólar de enero de 2016. Ahora, que la paridad alcanza alrededor de los 18 pesos por dólar, la pérdida podría ser mayor.
En cualquier caso, lo más difícil de vender serían los utensilios con sus las inscripciones alusivas al Poder Ejecutivo mexicano, pues no servirían de nada a un eventual nuevo dueño.
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Tampoco le serán útiles los uniformes del personal de CGTAP del EMP. Las prendas quedarán obsoletas, pues esa dependencia militar será borrada de los organigramas oficiales, según ha anunciado López Obrador. Un guardarropa que será aún más difícil comercializar que las vajillas.
En total, el “microderroche” en el menaje del avión y los uniformes suman 1 millón 422 mil 11 pesos, dinero que ingresó a las cajas registradoras de cinco empresas: Proepta S.A. de C.V. ($741,946.00), Colchones, Tecnología y Descanso ($105,392.00), Manteles Finos de México S.A. de C.V. ($102,753.00), Grupo Habers S.A. de C.V. ($65,000.00), y E+E Eventos S.A. de C.V. ($407,520.00).
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