“Desde el punto de vista biológico el concepto de familia, bueno, es el único que hemos conocido hasta la fecha… entonces eso me causa un poco de conflicto”, me dijo Jenny Delgado, quien se ostentó como bióloga, y se reunió en la Explanada de los Héroes, Monterrey, con otras cinco mil personas (12 mil, según sus cuentas) vestidas de blanco porque, dicen, familia solo hay una.
La bióloga considera que la finalidad del matrimonio se limita a la procreación. “Lo que me hace ruido exclusivamente es que quieran ver el concepto de familia con sexos iguales cuando tú sabes que una familia es para procrear hijos”, detalló.
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Y como la familia es la “base de la sociedad”, como apunta Carlos Fuentes (no, no el escritor, solo se llama igual), pues es necesario que, cual mandato bíblico, la Tierra sea constantemente poblada. “Sin la familia no hay hijos, y sin hijos no hay sociedad”, agrega. Y dada esta lógica aplastante, las uniones igualitarias atentan contra esta naturaleza.
“Creo que debemos respetar lo natural si queremos vivir en un perfecto orden”, fue la explicación que me dio Ana María, otra de las asistentes, sobre su rechazo a los matrimonios igualitarios y que puedan adoptar niños. “Porque a ellos no los puedes meter a un concepto que no es natural cuando ellos no tienen derecho a elegir porque están muy pequeños”, argumentó al asegurar que aunque se puedan tener hijos por inseminación artificial y la propia Suprema Corte reconozca el derecho al matrimonio para las personas del mismo sexo no es lo normal.
“Eso de cambiar la ley de lo que es algo natural, pues por eso nosotros estamos aquí”, dijo Esther luego de presenciar un performance del estudiante de la Facultad de Artes Visuales, Alejandro Gómez. “No conocemos otro tipo de familia solamente sabemos que hay uno, hombre-mujer y nada más”.
Aunque “los niños” son la bandera de la mayoría de las personas que se oponen a los nuevos modelos de familia, la Organización de las Naciones Unidas reconoce al menos seis tipos: nuclear, extendida, monoparental, homoparental, ensamblada y de hecho.
Biología, no ideología
“Tengo entendido que está haciendo unos libros que los quieren repartir libremente, gratuito para todos los niños en las escuelas. Tienen imágenes gráficas que te incluyen material que no es adecuado para cierta edad entonces puede dificultar que los niños no entiendan bien qué es una familia”, dijo Santiago Espino, otro de los asistentes, luego de firmar en una hoja que se presentará a los legisladores para que se conserve el concepto de familia tradicional.
Me acerqué a David López, quien portaba una pancarta que decía “No a la ideología de género”, para que me diera más detalles sobre este concepto que acuñó el Frente Nacional por la Familia para reclamar la enseñanza de educación sexual e inclusión en las aulas.
“Pues lo que es el hombre y la mujer, no queremos que se impongan los matrimonios igualitarios”, respondió y también lo consideró una imposición porque “es algo nuevo para uno y para la sociedad el matrimonio es entre hombre y mujer”.
“Lo que tenemos es que el gobierno quiere implementar este cambio en los libros y meter cosas así a los niños a edades que no son aptas, que no deberían de ser y metiendo esa ideología en los niños que no nos gusta” me respondió Verónica Aguirre quien iba acompañada por su esposo y otra pareja amiga.
Lo mismo teme Belinda Cueva con la “ideología de género”; ya que de acuerdo con ella aparte de confundir sus “mentes pequeñas e inocentes” atenta contra su personalidad, contra las familias y su decisión sobre cómo hablar de educación sexual con sus hijos, pero sobre todo a qué edad hacerlo. Aunque por su parte, la Asociación Mexicana para la Educación Sexual desmintió hace meses que en preescolar se utilicen libros de texto con estos temas.
Todos quieren una familia
El movimiento LGBT quiere demostrarle al Frente por la Familia que ellos también pueden formar una, por eso realizaron paralelamente la Jornada Cultural por la Equidad y Diversidad NL, para además recordarles que es un derecho cívico reconocido por la Suprema Corte de Justicia.
Ambos movimientos estaban separados por una escalinata adornada con la bandera del arcoriris; el popular estandarte de la diversidad sexual. De un lado se coreaban frases y porras hacia la familia como “yo con el diseño original”, en el otro se cantaron canciones populares y de Juan Gabriel.
Ahí también había familias, aunque no cómo las que defiende el Frente Nacional. Madres orgullosas de sus hijos independientemente de su preferencia sexual.
“Una de mis hijas decidió vivir su vida de esta forma, respeto lo que piensa, la apoyo en todo lo que ella decida y si ella es feliz, yo soy feliz”, me dijo Graciela González al preguntarle sobre su playera de “mamá orgullosa”.
También me dio su definición de familia “somos cualquier persona pensante y que forme parte de un grupo donde se demuestre el amor. A eso le llamo familia, no tiene que ser hombre-mujer o mujer-hombre”, explicó. “El género sexual no tiene nada que ver con el amor que la familia debe demostrar”.