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Sir Alex Ferguson, la mayor leyenda del banquillo del Manchester United —y también el mayor coleccionista de chicle del Reino Unido—, vio la final de la Eurocopa desde el palco en el Stade de France. Tras el partido, el exentrenador escocés se acercó a las escaleras por las que los jugadores subían a recoger el ansiado trofeo y se esperó hasta que pasara Cristiano Ronaldo. Para hacer tiempo, disimuló abrazando a Nani… pero en realidad él solo tenía ojos para Cristiano. Esto hizo cuando finalmente apareció:
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El abrazo dura pocos segundos, pero la cara de Ronaldo es de alegría. Cuando se va, a Ferguson le queda una amplia sonrisa de emoción y orgullo: algo similar al padre que ve a su hijo triunfando en su papel de árbol en la obra de teatro del colegio.
Bueno, más o menos, ¿no?