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Los altibajos en nuestras amistades durante la pandemia

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Benjamin y su compañero de la universidad, Joe *, eran del tipo de amigos que son como hermanos. Se conocieron cuando tomaban el mismo curso hace dos años y medio y fuera de clases pasaban la mayor parte del tiempo juntos. Luego, en marzo del año pasado, llegó el coronavirus. Benjamin y sus compañeros de departamento decidieron que durante algunas semanas no aceptarían visitantes, incluido Joe, basados en las pautas que dio el gobierno. A medida que la pandemia se extendía y separaba a amigos y familiares, las tensiones entre Benjamin y Joe comenzaron a crecer.

“Le dijimos que no lo podríamos recibir durante una semana o dos por lo que estaba pasando, y se molestó un poco”, me dice Benjamin por teléfono. “Luego hice un retuit acerca de cómo una pandemia puede hacer que te des cuenta de quiénes son tus verdaderos amigos. Asumió que era una referencia a él, se enojó mucho y me reclamó. Luego me bloqueó en todo y no me ha vuelto a hablar desde entonces”.

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La pandemia de coronavirus se ha convertido en un inconveniente proverbial en todos los aspectos de nuestras vidas, ya sea en nuestro trabajo, familia o relaciones con las personas con las que vivimos. Esto también es cierto cuando se trata de nuestras amistades. Las reuniones grupales en el pub fueron reemplazadas por reuniones programadas vía Zoom, hasta que se convirtieron en una carga excesiva. Los cafés casuales y los encuentros con amigos ahora son inexistentes u ocurren de manera enteramente digital. En algunos países como el Reino Unido que tienen un confinamiento bastante estricto, el gobierno cambió sus pautas para permitir lo que se conoce como “burbujas de apoyo”; es decir, autorizaron que pequeños grupos de personas que viven cerca se reúnan afuera de sus hogares, otro cambio que afecta la interacción entre amigos, pues si alguien no vive a una distancia que se pueda recorrer fácilmente a pie o en bicicleta, su capacidad para socializar con sus amigos se reduce considerablemente. Si a este tipo de factores le agregas todo el estrés que trae consigo el confinamiento, tristemente el drama entre amigos parece ser inevitable.

Para Benjamin, se hizo más difícil sobrellevar su pelea con Joe al estar encerrado en casa todo el día. “Fue realmente perturbador”, dice Benjamin. “Fue aún más molesto debido a las redes sociales y esas cosas. Él comenzó a contárselo a la gente, así que mientras yo estaba confinado en casa sin poder alejarme de todo eso, había mucha gente que me enviaba mensajes preguntando al respecto, y eso me hizo sentir un tanto atrapado”.

La pandemia no solo provocó la ruptura de la amistad de Benjamin, sino que también anuló la posibilidad de una reconciliación en persona. “Antes de la pandemia, Joe y yo estábamos obligados a vernos debido a amigos y actividades universitarias y sociales en común, y si la pandemia no existiera, ya habría ido a verlo”, dice Benjamin. “Si la pandemia no hubiera ocurrido, nos habríamos visto en persona y lo hubiéramos resuelto. Realmente no se puede resolver nada en línea, es necesario estar frente a frente para aclarar y entender las cosas”.

Sin embargo, no todas las amistades se han deteriorado durante la pandemia. Yazz James y su amiga Alesha se habían seguido en las redes sociales durante años, pero nunca se habían conocieron en la vida real. Durante el confinamiento, su amistad en línea floreció.

“Desde que comenzó el confinamiento y debido a que ambas tuvimos que mudarnos de vuelta a nuestra respectiva casa familiar, nos volvimos mucho más cercanas entre nosotras, pues realmente ninguna de las dos conocía a nadie en nuestras ciudades de origen”, me dice James por teléfono. “Ahora nos enviamos mensajes de texto todos los días, incluso si salimos y vemos algo que nos recuerda a la otra. Nos reunimos vía FaceTime una vez a la semana o cada dos semanas. No hay mucho que informar durante el confinamiento, pero eso no significa que no tengamos temas de conversación, tal vez simplemente tenemos mucho en común”.

Como una joven de 21 años que creció con el internet, James dice que no le resulta extraño desarrollar una amistad con alguien a quien no ha conocido en la vida real. De hecho, cree que el confinamiento ha reforzado este tipo de amistades.

“Creo que debido a que todos estamos pasando mucho tiempo en los celulares, y si además tenemos alguna amistad que solo se ha establecido a través de internet, mensajes y redes sociales, creo que entonces es natural darle más continuidad a ese tipo de relaciones”. explica James. “Con mis amigos que hice en la universidad todavía chateo, pero nuestra amistad nunca se ha basado en enviarnos mensajes de texto constantemente, así que se siente raro intentar hacerlo”.

“Sé que probablemente todos los jóvenes han crecido con internet”, agrega, “pero yo he tenido cuentas de fans y ese tipo de cosas desde que tenía 13 años, así que tengo muchos amigos que he hecho en línea”.

Sin embargo, la conectividad cada vez mayor que se requiere para mantener una amistad durante la pandemia (más mensajes de WhatsApp, más llamadas telefónicas, más videollamadas) puede representar un problema para otras personas. Marcus*, de 26 años, había sido amigo íntimo de Simon* durante más de tres años, hasta hace poco, cuando dejaron de hablar.

“Hacíamos todo juntos: salíamos juntos de vacaciones, nos ayudábamos con nuestras mudanzas, salíamos de fiesta, íbamos al cine y a restaurantes”, me dice Marcus por teléfono. “Ese tipo de cercanía generaba bastante tensión. De vez en cuando, necesitábamos reconciliarnos y hablar las cosas cara a cara, y eso simplemente ya no fue posible en esta situación. Esto ha llevado a una ruptura irreparable en nuestra amistad, lo que es realmente triste”.

Marcus cree que la ansiedad que sintió a causa de la pandemia aceleró la ruptura de su amistad con Simon. “Siento que fui un poco más intenso de lo normal porque me preocupaba lo que estaba pasando en el mundo y mi reacción fue tratar de acercarme aún más a las personas más cercanas a mí, y eso no fue bien recibido”, dice Marcus. “Fui demasiado intenso y demasiado comunicativo, y se trató de un caso de, ‘Oye, esto es demasiado’. Y como no fue posible resolverlo en persona, simplemente nos condujo a un colapso total”.

“Sientes una especie de duelo ante eso”, agrega Marcus. “Pasé por diferentes etapas de negación y finalmente aprendí a aceptarlo. No hay posibilidad recuperar esa amistad”.

Las amistades siempre tienen momentos buenos y malos, y la pandemia solo ha intensificado esos dos polos. Aunque algunos pudieron hacer la transición a Zoom y WhatsApp sin dificultades, para otros el no poder leer el lenguaje corporal de un amigo o escuchar su voz ha conducido a grandes malentendidos.

Marcus no cree que haya ninguna esperanza de que él y Simon vuelvan a ser amigos, pero dice que la experiencia le ha ayudado a tener una visión más honesta de sus amistades.

“Me hizo notar a las personas que han hecho un esfuerzo y reflexionar al respecto”, dice Marcus. “Me hizo cambiar mi perspectiva con respecto a cómo manejo mis amistades y lo que es importante”.

“La gran mayoría de la gente tiene muchas conexiones, pero por lo regular pocas de ellas son verdaderas”, añade. “Se necesita algo como esto para darse cuenta de ello”.

* Se han cambiado los nombres.