Sexo

A tranquear el zorro: Porno amateur cien por ciento mexicano

A riesgo que una banda de cuchilleros irrumpa en nuestro humilde departamento para cobrar venganza, nos hemos propuesto reseñar El Gran Casting (Año 1, Volumen 3), la película que Tlahuicole Films y Producciones Matlarock han enviado a nuestros editores de Vice México.

El video comienza en una sala convencional, de esas que tanto gustan a los amateurs, sobre todo porque el único lugar de sus casas donde hay algo de espacio. El director del video (un señor que aparece en los créditos con el nombre de Héctor, pero por cuya identidad no meteríamos las manos al fuego) está platicando con la inocente Yuly:

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—¿Has visto nuestras películas? —pregunta él.

—Ahorita ya —responde ella. (Ojo, chicas: en el porno están permitidas algunas respuestas que no serían convenientes en ninguna otra entrevista de trabajo).

En una maniobra narrativa sin precedentes, a media conversación se presentan los nombres del reparto. La propuesta, como puede verse, es de corte minimalista (cuatro personajes, como en Closer). 

El director llama a su asistente Yaki, quien será encargada de verificar las condiciones anatómicas de la aspirante. Sale una señora con gorrito de enfermera. La señora empieza una inspección táctil que hubiera herido la sensibilidad del espectador en caso de haberse grabado en HD. Por fortuna, esto no es así.

—¿Qué tal está? —duda el director.

—Muy, muy bien —dictamina Yaki.

Enseguida aparece un hombre indudablemente feo, que se integra con rapidez a la acción.

—¿Está rica Yuly? —pregunta el director, muy preocupado por el tipo de gente que suele fornicar en su sala.

—Tiene cualidades, tiene cualidades —responde el recién llegado (al parecer, aquí todo mundo habla como gerente de Recursos Humanos). 

Como fondo musical se escucha: “Y la banda me dice que todo lo que hago, que todo lo que hago, que todo lo que hago ¡está mal! Y yo no sé por qué”. De hecho, la música forma parte importante de esta película: alguien, por ejemplo, olvidó llevarse su guitarra (hasta este momento, albergábamos la esperanza de que tuviera alguna participación importante en la historia).

Una de las principales perversiones al ver porno amateur es adivinar un poco sobre la vida de los involucrados. Por ejemplo: el dueño de la casa. ¿Es un hombre culto o por qué tiene un cuadro del Quijote y un estante lleno de libros en su sala?

Pusimos un minuto el mute para imaginar esta escena:

—Soy Steve-O y esto es Jackass.

* Ingresa a una orgía mexicana *

—¡No me pegues tan duro, no manches! —dice una de las chicas. A estas alturas ya no sabemos cuál de las dos.

(Al fondo se escucha el transporte urbano que, por cierto, pasa con demasiada frecuencia).

Pese a los diversos problemas que tienen que enfrentar los personajes, la historia tiene un final feliz (y los muchachos hacen bromas muy divertidas en referencia a un consolador y al marido de Yuly).

Como extra, la película viene acompañada de un material impreso, en el cual se nos ofertan diversos servicios de grabación por parte de Matlarock.

Y por si eso fuera poco, una considerada promoción en apoyo a nuestra economía.