Cuando estrenaron “Mi mundo” en diciembre del año pasado, Jerva, miembro de Agorazein y uno de los tres componentes de Antifan junto a I-Ace y Hartosopash, publicó un manifiesto que arrancaba con un ataque a los universitarios guapos, a los que saben inglés y a los que quieren ser Sid Vicious. A la vez, reivindicaba la catástrofe, el mesianismo y a la gente de su barrio.
Eran tres o cuatro párrafos que condensaban mejor que cualquier entrevista la pretensión y el espíritu de un proyecto que surgió de “la inquietud de dejar de hacer música urbana o lo que cojones fuera que hacíamos”, en palabras de Jerva. Así que puedes dejar de leer y ponerte a buscar ese texto.
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Pero ayer estrenaron “La Última Generación”, un tema junto a C. Tangana con vídeo dirigido por Nicotine que forma parte del 7″ que preparan, así que hablamos con ellos sobre qué es ser un antifan, lo que vino tras el éxito de AGZ, si sale más a cuenta reformar el sistema o destruirlo o qué habría pasado si Robert Smith hubiera ido al instituto en Colmenar.
VICE: Acabáis de estrenar ‘La Última generación’, un tema que nos hace imaginar qué ocurriría si fuéramos los últimos de la historia, si la civilización o el mundo se destruyeran. En el 87, RIP compuso un tema que se llamaba igual y que hablaba de que ya no queda más vía que la destrucción. ¿Por qué creéis que sigue vigente esa sensación, ese afán de demolición?
Jerva: En lo que pensaba cuando escribía esta letra era en que todo el mundo que me rodea está hasta la polla de no saber muy bien qué va a pasar. Parece que a poca gente le importa ya dejar un legado, algo que permanezca, mantener el universo o el mundo, y a la poca que parece importarle es porque tiene resuelto ya el trozo de vida que le queda.
A la gente que está jodida le está empezando a costar pensar en alguien más allá de sí mismos y en si va a haber algo más después de esto, así que me pareció gracioso plantear qué pasaría si la nuestra fuera la última generación de la Historia. Si de repente el mundo se acabara y llegara dentro de 10 000 años aquí otra peña, ¿qué se encontrarían? Antes dejaban putas pirámides, templos a los dioses, pero, ¿qué se encontrarían de nuestro tiempo? McDonalds enterrados. O igual no encontrarían nada, porque casi todo se hace para que dure una mierda. Va por ahí la idea por un lado, y por otro el otro, por el qué harías si supieras que no solo tu vida sino todo lo demás se va a acabar.
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Leía en una pieza de Aleix Mateu una cita vuestra: “Un Antifan es quien no admite crítica pero no busca halago tampoco” ¿Qué es Antifan, aparte de Isidro y Jerva, de AGZ, y Hartosopash? Jerva: La movida viene de Agorazein. En el proceso de hacer “Siempre” al principio había muchos ritmos de Isidro y la movida iba más por otro sonido. Eso fue cambiando porque éramos muchos y había muchas ideas, pero nos quedamos con las ganas de sacar algunas de las cosas que descartamos entonces, así que fuimos pensando en el sonido.
El concepto de Antifan también se generó ahí. Estábamos muy quemados de aguantar a peña en los bolos, de la imagen de AGZ de chavales que son súper majos con la peña cuando la realidad es que me daba bastante asco la mayoría de la gente que nos seguía. Así que llegó un punto en el que estaba muy harto de todo, de la música, de la gente… Visto en perspectiva, casi seguro que era un problema mío, pero salió de aquello.
Aunque se intuían por dónde iban los tiros, del primer trabajo que sacáis, Un daño (2017) a lo que estáis haciendo ahora que tira más al post-punk y que algunos han asemejado a The Durruti Column, PIL o Séptimo Sello hay un giro. ¿Cómo es la evolución?
I-ACE: Al final era una inquietud que teníamos, una evolución que se dio así. Tampoco me parece que Un daño estuviera tan alejado de lo que hacemos ahora, sino más bien como una primera declaración de intenciones de lo que era Antifan.
Jerva: A mí hay una parte que me gusta reivindicar de lo que hacemos que es la estupidez y la ingenuidad. Sacar esto no era parte de un plan. No era algo premeditado ni preconcebido el cambiar de rollo ni el hacer una cosa distinta por romper con lo de AGZ. Son cosas que van pasando, la gente tiene inquietudes, prueba cosas, es algo que no tiene más explicación.
I-ACE: Hay muy poco pensado en esta evolución.
Jerva: Es así. Nuestro biógrafo tendrá que pensar cómo rellena esa parte e inventarse una explicación superguapa que no existe (risas).
Cuando escucho vuestros temas o veo vuestros vídeos me da la sensación de que hay, de manera implícita y muy sutil, un manifiesto, una invitación a una cosmovisión o a un estilo de vida. ¿Hay una intención por vuestra parte de que sea así, de que lo que hacéis trascienda lo artístico, lo musical?
Jerva: Yo la verdad que siempre he sido muy idealista. A veces he estado más significado políticamente, pero realmente creo que todas esas organizaciones no funcionan para cambiar el mundo. Lo que sí creo es que el mundo no es un sitio que esté bien hecho. Lo sé, vamos, partiendo de que yo me siento un privilegiado y eso me hace sentir fatal.
He nacido en un sitio que me ha dado la oportunidad de poder plantearme estas cosas, así que creo que sí, que de alguna manera está la intención de plantar un poco la semilla de que cada uno puede cambiar el mundo desde su parcela, que sin hacerse político ni meterse en tal o cual organización se puede hacer una revolución desde abajo. O eso o mandarlo todo a la mierda, que es una opción muy divertida.
“El mapa que estáis usando tiene el camino marcado/ estáis corriendo todos juntos hacia un barranco/ estoy oyendo vuestras risas mientras caéis”. Así arranca “Mi mundo”. ¿Es una crítica al sistema o a los que tienen una única visión sobre cómo reformarlo o acabar con él?Jerva: En realidad no critica al sistema sino a las personas que lo componemos. La mayoría de la gente critica lo que hace otra gente y su forma de vivir, y con esta letra lo único que quería decir es que cada uno haga lo que le de la gana, que a mí me parece perfecto que todos vayan hacia el barranco, que igual soy yo el que está equivocado, pero que me dejen en paz con mi equivocación.
Cuando publicáis “Mi mundo” Jerva hace un manifiesto para explicar un poco de qué va la movida. En él dice lo que no sois —guapos universitarios que hablan un inglés de puta madre, yonkis guays como Sid Vicious o Eskorbuto— y a lo que quizá si sois —Perros Callejeros, Arrebato, Tres Cantos, Colmenar, Alcorcón, “el del Deker, que vendía pajucha”…
Jerva: Sí, de hecho creo que iba un poco borracho cuando lo escribí. Ese manifiesto no tenía la intención de crear una estética ni de llevar a la gente para ese sitio o para el otro. Fui sincero, conté cosas que son parte de mi identidad. Cuando vi Arrebato me quedé loquísimo. Lo único que quería dejar claro con el es que el punk inglés mola mucho, el post-punk también, todo esto está genial, pero en realidad nosotros no somos eso ni venimos de ahí. Con lo que nos hemos criado que es con Hermanos Herméticos, con Perros Callejeros, con el rap, con pelis españolas, cine quinqui y cosas así. No me da vergüenza decir que me he encontrado con toda esa música de mayor, pero es que tampoco tengo una cultura musical que te cagas. Y creo que no pasa nada.
I-ACE: De hecho, nuestra cultura musical probablemente es mucho más negra, y ha sido recientemente cuando nos hemos encontrado con todas estas cosas y nos han flipado.
En ese mismo manifiesto escribes que “Robert Smith mola, pero si hubiera nacido en Colmenar o en Tres Cantos o Alcorcon el notas sería otra cosa fijo”
Jerva: Claro. Me imaginaba a Robert Smith yendo a mi instituto en Colmenar con esas pintas y hubiera acabado en el psicólogo o en otro pueblo fijo, no habría podido sobrevivir. Yo personalmente me he tenido que liberar de muchas cosas que he ido acumulando durante mi adolescencia o juventud un poco para defenderme, para pertenecer a un grupo. Al final el ser una persona individual y tener tus ideas propias lleva un tiempo, es un proceso largo.
Conozco gente que ha vivido siempre en Madrid y que ha tenido un ambiente cultural más propicio que yo para los cuales es mucho más fácil ser un artista. Lo tienes todo más sencillo según de dónde vengas. Pero realmente mola un montón cuando ninguno de tus colegas hacían música, tus padres no hacen música ni arte ni nada y tienes esa inquietud y que sacarla de alguna manera. Ahora que ha pasado, ahora que pasa y me siento más libre para hacer lo que me gusta veo que también me gusta llevar esa mochila de esas cosas que he ido acumulando durante tiempo y que también me han enseñado. No sé, al final es el resultado de estar ligado a un sitio o a un círculo que no era propicio para ser artista y tener por otro lado inquietudes y ganas de hacer arte.
Si en 2011, cuando Jerva e Isidro sacáis el Kind of red con Agorazein, os hubieran dado la posibilidad de mirar por una ventana espacio/temporal y ver el vídeo de “Última Generación”, ¿cómo habríais reaccionado?
Jerva: Habría empezado a tocar la guitarra antes, me habría puesto a aprender a cantar… me habría preparado mejor para este momento, seguro (risas).
Hartosopash: Yo me habría cortado el pelo. En esa época tenía el pelo largo, hasta que me di cuenta de que era un error.
I- ACE: Supongo que en ese momento, como estaba tan engorilado con esa cosa, con los samples y andaba loco con eso, seguramente hubiera renegado. Habría pensado “joder, que mal te tiene que estar yendo para hacer esta mierda”.
Sigue a Ana Iris Simón en @anairissimon.
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