Si este artículo ha llegado hasta sus manos (o, para ser exactos, hasta la pantalla de su celular) es porque logró sortear el no tan aleatorio algoritmo de Facebook: esa secreta ecuación que dirige (no por azar) casi todos los contenidos que vemos a diario en la red social. Lo que le llega a usted no es coincidencia. Y si usted es un gran creyente de ellas, olvídese, eso en Facebook no existe.
Esta época, como dice Juan Villoro, es desafiante para nosotros. Vivimos atiborrados por palabras. “En cualquier momento de distracción alguien baja la vista hacia su teléfono móvil y manda un mensaje de texto o lo consulta. Estamos rodeados de palabras. Mantener la vitalidad de estas palabras es una labor esencial”.
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El universo de mensajes y textos y comentarios que vemos a diario en la red social nos satura. Hay mucho de cochambre.
Por eso, le hemos pedido a tres editores y periodistas que escojan las publicaciones de más alta calidad literaria que les aparece cada tanto en su Facebook. Publicaciones de amigos, o no. Publicaciones de otros escritores, de otros periodistas y de otros editores que se distingan por la buena prosa. No importa la nacionalidad ni la edad del autor. Importa solo la calidad del texto.
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En este ejercicio nos ayudaron Luis Fernando Afanador, escritor, poeta y crítico de libros en Semana; Margarita Valencia, editora, traductora y crítica literaria, y Rodrigo Márquez Tizano, escritor y editor de la revista impresa de VICE México. También incluí algunas publicaciones de mi modesta selección personal.
Lean y disfruten.
Carolina Sanín
Escritora colombiana, profesora de la Universidad de los Andes
27 de abril de 2016
Ya que estamos en que soy antipática y arrogante y todo, aprovecho para pedirles un favor a los señores de la segunda y tercera edad a quienes apenas conozco y con quienes me encuentro en eventos culturales: no me toqueteen cuando se encuentren conmigo. Yo sé que ustedes están acostumbrados en Colombia a que cuando saludan a una mujer le dejan pasado el brazo por la cintura, o le agarran el brazo y mientras le hablan le acarician la espalda como si fuera la lámpara de Aladino, y eso, y pues no: no nos gusta. A veces nos hemos dejado por “educación” y para no herir las virilidades, pero como gracias a Dios ya se sabe lo maleducada que soy yo, entonces ya lo saben: la próxima vez que quieran comenzar con los palpamientos como quien no quiere la cosa, acuérdense de que, efectivamente, hay alguien que no quiere la cosa, y tóquense a ustedes mismos. Gracias. Y a ver si acabamos con esta “cultura” del abusito.
Mario Jursich Durán
Escritor colombiano, miembro fundador de la revista El Malpensante, traductor y editor literario
27 de mayo de 2016
Llamamos poesía a lo que nunca nos decepciona.
Juan Cárdenas
Escritor colombiano y traductor
18 de febrero de 2016
Para que las cosas se escriban solas hay que darles tiempo (no, pelotudo, no hablo de escritura automática, sino de sedimentación).
Alberto Salcedo Ramos
Cronista colombiano y miembro del grupo Nuevos Cronistas de Indias
26 de abril de 2016
Estoy muriéndome de la risa por una anécdota de Kid Pambelé que me contó su hijo José Luis. Una anécdota que demuestra lo bonachón e ingenuo que El Pambe ha sido siempre.
Cuando Pambelé fue campeón mundial entabló una relación cercana con Andrés Pastrana Arango, que entonces era un muchacho universitario. En esa época Pastrana hacía marchas por las calles y usaba a Pambelé como gancho para convocar.
Pero años después, cuando Andrés Pastrana se convirtió en Presidente de la república, Pambelé andaba tirado al desastre, consumiendo drogas y haciendo escándalos públicos. No era buena idea en absoluto que Pastrana se dejara ver al lado de él, y por eso lo evadía.
Un día Pambelé estaba borracho con sus amigos en el centro de Cartagena, y de pronto se enteró de que el presidente Pastrana iría a cenar en el Restaurante Nautilus. Los amigos lo azuzaron:
— Mira que él te usaba cuando no era nadie y tú eras el champion. Vamos a ese restaurante y le dices que te tire la liga (en lenguaje costeño, “la liga” es un dinerito para pasar el rato).
Todos fueron al restaurante a montar guardia para encarar a Pastrana por sorpresa.
De pronto se produjo el encuentro. Incómodo, nervioso, Pastrana saludó con una cortesía distante. Pambelé le reclamó:
— Tú no me saludabas así antes.
Entonces Pastrana lo llamó aparte. Le puso la mano en el hombro, se sacó algo del bolsillo y se lo dio a Pambelé.
Pambelé se despidió, efusivo. y regresó hacia donde lo esperaban sus amigotes de farra. Venía esgrimiendo por el aire, feliz, un billete de veinte mil pesos (equivalentes a unos seis dólares).
Uno de los amigos lo bajó de la nube.
— Eche, ¿eso es todo lo que te va a regalar el señor presidente de la república?
— Ajá, mi hermano —se defendió Pambelé —. Él me dijo que ahora está un poco mal de plata (y en este punto se deslizó el dedo índice por el cuello) porque todavía no han pagado la quincena en la Presidencia de la República
Juan Cárdenas
Escritor colombiano y traductor
9 de febrero de 2016
Si no se escribe sola no es literatura.
Kat Rios
Escritora colombiana y twittera
23 de mayo de 2016
Lo duro no es aceptar los prejuicios de los demás, es aprender a vivir con los propios.
Vivian Abenshushan
Escritora y editora mexicana
30 de mayo de 2016
7 min: pocos editores independientes piensan en organizarse con sus pares para resolver problemas comunes. asumen la precariedad como forma de vida
9 min: cada que la Tumboncita cumple años, me entra un dejo de amargor al mirar que las políticas de la edición en México no cambian, no cambian!!!
10 min: la edición independiente MX no se independizó ni del Estado ni del Mercado, simplemente no tiene acciones en la Bolsa como Planeta
11 min: la edición independiente en México perpetúa el clasismo hipstérico de la cultura neoliberal: lo importante es aparecer en los medios
13 min: para las editoriales independientes mexas, la autogestión es sinónimo de jipismo. lo cool es hacer una feria indi en la librería del Estado
14 min: deberíamos en consecuencia dejar de llamarnos editoriales independientes y pasar a la denominación más directa de editoriales aspiracionales
18 min: la Ley del Libro es letra muerta, los monopolios de librerías imponen condiciones inadmisibles, los editores se ponen de rodillas
19 min: no hay una red de editoriales independientes, tampoco una red de librerías, no hay colaboración, sino competencia para vivir del presupuesto
Lea también: La escritura como nacionalidad: Valeria Luiselli
Antonio Ortuño
Escritor y periodista mexicano
17 de junio de 2015
Mi escritor favorito es Iniesta.
Matías Candeira
Escritor y guionista español
20 de mayo de 2016
Ayer sufrí un stendhalazo con una camarera; luego tuve ganas de escribir sobre ello y llenar la página en blanco de “púber canéfora”, “frescor”, “ambrosía”, “cabello”; luego me lo pensé mejor y bebí como si tuviera un hijo en la cárcel.
Guillermo Núñez Jáuregui
Escritor y jefe de redacción de la revista La Tempestad
9 de noviembre de 2015
Hace, lo que se dice, “un día esplendoroso”. Allá afuera, en la calle. Pero, claro, regreso a la oficina donde soy recibido con este mensaje: “¡Buenas tardes, Guillermo! Gracias por estar aquí. Disfruta de Facebook hoy”.
Nico Fenkelman
Literato argentino
13 de marzo de 2016
anoche soñé con la maguita que me ghosteó el verano pasado. y también que un estudiante me decía que olía muy mal. estoy muy soltero y muy a punto de recibirme de “profesor”. #fuerzanico
Milton Läufer
Escritor, periodista y artista digital argentino
21 de septiembre de 2015
Indignado frente al hecho de que nuestro calendario comience con el nacimiento de Cristo, propongo iniciar la Historia con el gol de Maradona a los ingleses. Así, estamos en el día 30 del mes dos del año 29 DD (“Después del Diego).
Lea también: 30 años de ‘La mano de Dios’, ‘el gol del Siglo’ y el ‘barrilete cósmico’.
Fernanda Trías
Escritora uruguaya
17 de junio de 2016
Ahora Facebook te anima a que compartas una “foto divertida para el fin de semana”. Parece que para FB no es suficiente la imagen falsa de constante diversión que ya transmite.
Jacobo Cardona Echeverri
Novelista, ensayista, guionista e investigador académico colombiano
22 de enero de 2016
El colombiano, “el ser más feliz del planeta”. Entre el comentario de farándula y el misterio antropológico. Y como suele pasar con ambos, la explicación es obvia: la felicidad no está en la plata sino en la desgracia del otro. La idea de felicidad del colombiano promedio es como el crack, pura imposibilidad de imaginar un mundo distinto.
Julio Villanueva Chang
Escritor peruano y editor de la revista Etiqueta Negra
11 de septiembre de 2015
Un peruano chino en Pekín (sábado, 9 de la mañana) acabando de editar el texto de un ecuatoriano en París (sábado, 3 de la madrugada), aguardados por un judío argentino en Lima (viernes, 8 de la noche). Personaje de la historia: panadero francés. Actor de reparto: historiador estadounidense. Nuevo orden pan mundial: el eje Pekín-París-Lima.
Juan Esteban Constaín Croce
Historiador y escritor colombiano
13 de junio de 2016
Decían que un meteorito vendría a destruir la Tierra. Ya vino, es la especie humana.
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Santiago prefiere Facebook pero tiene Twitter por si acaso. Aparece por acá.