Personajes como Jason Voorhees y Michael Myers han superado durante mucho tiempo la fama de sus respectivas franquicias cinematográficas. En estos días, esos personajes y, lo que es más importante, sus máscaras, son casi tan icónicos como los rostros de Mickey Mouse y Ronald McDonald. Lo que antes era aterrador (ojos negros como de tiburón, armas homicidas desproporcionadamente grandes) ahora es kitsch.
Ahora vemos a estos terroríficos personajes más como iconos de la cultura pop que como el producto del trabajo actoral de quienes interpretan esos papeles. Lo que significa que colectivamente estamos ignorando las actuaciones de las personas detrás de las máscaras.
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“La gente en Hollywood ciertamente ha sido condescendiente conmigo en las reuniones”, admite Kane Hodder, el doble de acción que ha interpretado al asesino con las máscara de hockey, Jason Voorhees, más veces que cualquier otro dentro de la franquicia Viernes 13. “Piensan que solo porque no tenemos que recordar ningún diálogo, de alguna manera no estamos actuando, pero ¡ciertamente están equivocados!”.
La forma en que el Jason de Hodder ataca a sus víctimas en el campamento Crystal Lake (y luego en el espacio profundo, en Jason X de 2001) fue emocionalmente más compleja para él de lo que puede parecer.
Años antes de conseguir su fantástico papel como el Sr. Voorhees —Hodder ha interpretado a Jason cinco veces y “sueña” con hacerlo una sexta vez— hizo incursiones en el cine como doble de acción. En el primer año de su nueva carrera, Hodder tuvo una entrevista con su periódico local (“un chico local deja huella exitosamente en la historia de Hollywood”) y decidió preparar un truco con fuego para así impresionar más a su entrevistador. Casi muere en el proceso, pues, cuando el truco salió mal, el 48 por ciento de su cuerpo terminó con quemaduras de tercer grado.
Esto significó que, durante la escena en la que Jason, estando en llamas, acecha a Tina (interpretada por Lar Park Lincoln), la reina de los gritos en la película Viernes 13, Parte 7: La nueva sangre de 1988, Hodder no solo estaba actuando. Estaba conquistando también a los demonios del accidente que había sufrido.
“Creo que me identifiqué con Jason, ya que él también era una especie de intruso que volvió de entre los muertos”, dice Hodder. “Fue fácil para mí identificarme con su ira y dolor físico, porque de alguna manera yo también los sentía. En algunas de las otras películas de Viernes 13, Jason se parecía un poco a un maniquí, pero yo quería que se pareciera más a una persona real y que se moviera con un propósito. Desde la respiración hasta la postura del cuerpo, mi misión fue hacer que el personaje luciera mucho más amenazador. Debido a las circunstancias difíciles que atravesé en mi propia vida, sabía que podía explotar las emociones de Jason”.
Hodder encarnó por completo al personaje y fue entrevistado como Jason por Arsenio Hall, el presentador de un programa de televisión estadounidense, e incluso persuadió a Rob Hedden, director de Viernes 13, Parte 7, para que no filmara una secuencia en la que el asesino enmascarado pateaba a un perro que le ladra. “Simplemente sabía que ese acto no estaba en el carácter de Jason”, argumenta de manera convincente. “Jason no daña a los animales, solo quiere vengarse de los trabajadores del campamento de verano por haberlo dejado ahogarse cuando era niño”.
El actor cree que, fuera de la comunidad del terror, todavía hay una comprensión fundamentalmente equivocada acerca de lo que realmente implica dar vida a estos personajes (fwiw: Hodder es visto como un dios en las convenciones de terror). “A veces tardaban hasta tres horas y media en maquillarme”, dice. “Con la máscara de hockey puesta, solo puedes respirar el mismo aire que exhalas, así que es difícil que recuperes el aliento porque el oxígeno que respiras es muy limitado”. Filmar de noche detrás de esa máscara, significó confiar solo en su instinto en todo lo relacionado a sus movimientos.
Sin el recurso de la voz y los gestos en su actuación, los actores como Hodder están limitados en cuanto a lo que pueden lograr. “Quita esos dos factores y te será mucho más difícil trasmitirle algo al público; tienes que hablar efectivamente con tus ojos”, dice. “Solía ir a una habitación yo solo a golpear las paredes y tirar cosas para activar mi energía. A veces es necesario ir a lugares muy oscuros. Sí, estas son experiencias enormemente gratificantes, pero también pueden ser agotadoras”.
Aunque Nick Castle, quien interpretó a Michael Myers en la película Halloween original de 1979, minimiza su experiencia, calificándola como un “favor divertido” para un amigo de la escuela de cine, el director John Carpenter, reconoce que este tipo de papeles también pueden ser muy demandantes.
“Recuerda que la mayoría de las veces la persona bajo la máscara no solo actúa, sino que también recibe muchos golpes, ya que suele tener experiencia como doble de acción”, dice Castle, quien se convirtió en guionista y director. “Es como tener dos trabajos en uno”.
Interpretar a Myers fue un desafío único porque “no está claro qué lo motiva a matar”, lo que llevó a que Castle tuviera la tarea de convertirse en una fuerza elemental. “Para interpretar a Michael, tienes que anular toda tu humanidad y simplemente convertirte en una poderosa energía”.
Acerca de los posibles orígenes de su espeluznante actuación, Castle sugiere: “Lo que más me asustaba cuando era niño era lo que acechaba en las sombras. Entonces, podía ser la oscuridad del armario, caminar a casa o incluso perderme en el bosque; se trata simplemente del miedo a lo desconocido. En cierto sentido, Michael encarna ese tipo de miedo que solía sentir. En el guión se refieren a él como ‘La Forma’, ya que hay un vacío en él, y de alguna forma tienes que encarnarlo”.
Castle siempre ha sido amante de los felinos y regularmente presume a su gato negro Michael Meowers en las redes sociales. Mi comparación entre Michael y un animal depredador es algo que le complace: “La cabeza de Michael se inclina y su respiración se acelera cuando se acerca a su presa para matarla, del mismo modo que lo hace una pantera”.
El actor es responsable del infame terror del filme Halloween de Carpenter. Cuando Laurie Strode (Jamie Lee Curtis) derriba a Michael, pensando que ha puesto fin a su matanza, el asesino sin vida de repente se sienta e inclina la cabeza amenazadoramente hacia ella. Desde entonces, ese movimiento, que Castle dice que improvisó, ha sido adoptado por el luchador de la WWE conocido como The Undertaker y casi todos los asesinos de Hollywood supuestamente ya “derrotados”.
El actor de ahora de 73 años, quien tuvo un breve cameo en la brillante nueva versión de Halloween de 2018, dice a manera de broma que este movimiento acabaría con su espalda hoy en día. Pero sirve como un recordatorio de que los actores detrás de las máscaras crean idiosincrasias, ademanes y gestos únicos que ayudan a cambiar el curso de la cultura pop, incluso si no reciben el crédito por ello.
R.A. Mihailoff interpretó al notorio asesino con motosierra Leatherface en la película de 1990 Leatherface: La masacre de Texas 3, pasando así de un empleo en el rubro de la construcción a ganar $1,800 dólares a la semana por interpretar este papel. El actor y exluchador profesional insiste en que es “extraño” que a pesar de que los actores detrás de los asesinos enmascarados sean fundamentales para la comercialización de una película, sufren el rechazo constantemente de la crítica.
“Existe la creencia generalmente aceptada de que cualquier idiota puede ponerse una máscara y deambular por ahí para una película, pero no es cierto”, dice Mihailoff, haciendo con ello eco de lo dicho por Hodder y Castle. “Recuerda que si nuestras actuaciones no son convincentes, es más difícil hacer que la película sea un éxito comercial”.