Amnistía Internacional ha señalado a varias empresas tecnológicas, así como a gigantes de la industria automovilística, el hecho de cerrar los ojos ante el trabajo infantil. En un informe difundido el martes, la organización dejó al descubierto a grandes marcas, incluyendo a Apple, Samsung, Sony y Volkswagen, diciendo que permitían en sus productos el uso de cobalto extraído por niños.
El cobalto —un elemento metálico que se encuentra en algunos minerales— es un componente clave en las baterías recargables de litio que alimentan dispositivos electrónicos como computadoras portátiles, smartphones o carros eléctricos.
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La República Democrática del Congo (RDC), en África Central, es el principal productor de cobalto en el mundo, y provee al planeta de más de la mitad de su suministro. De acuerdo con el Gobierno de RDC, el 20 por ciento del cobalto exportado en el país es extraído de las minas de la provincia sureña de Katanga.
Gran parte de la región minera de cobalto ha sido vendida a la Congo Dongfang Mining International (CDM), una compañía que es propiedad de la empresa china Zhejiang Huayou Cobalt Co Ltd (Huayou Cobalt). El informe de Amnistía describe a esta última como una de las manufactureras de productos de cobalto líder en el mundo.
Según Amnistía, los componentes producidos por Huayou Cobalt son vendidos a empresas productoras en China y Corea del Sur, que, a su vez, suministran a algunas de las empresas electrónicas más importantes del globo.
Informes de UNICEF descubrieron en 2014 que cerca de 40,000 niños trabajan en las minas en el sur de la República Democrática del Congo, y que muchos de ellos están implicados en la extracción de cobalto.
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Amnistía dijo, asimismo, que la investigación se llevó a cabo junto a la ONG basada en la RDC African Resources Watch (Afrewatch). El informe está fundado en entrevistas a mineros que trabajan en cuatro sitios en la República. Como parte de su investigación, los investigadores hablaron con 17 niños, de entre 9 y 17 años. Uno de ellos aseguró que trabaja en la mina desde los 7.
Muchos de los niños entrevistados por Amnistía trabajaban bajo tierra, extrayendo oro y clasificándolo a través de las rocas, que después lavan en riachuelos y lagos alrededor de las minas.
Los niños describen el trabajo como agotador, de extenuantes turnos de 12 horas seguidas bajo un calor extremo. O, en otras ocasiones, bajo la lluvia, muchas veces por menos de 1,000 o 2,000 dólares congoleños (uno o dos dólares estadunidenses) por día. Algunos de ellos cuentan que hay días de clase que están reservados para turnos en la mina, y que también deben trabajar algunos fines de semana y en vacaciones.
Paul, de 14 años, dijo a los investigadores que también trabajó bajo tierra en las minas; a veces pasaba más de 24 horas seguidas en sus túneles inseguros. “Llegaba por la mañana y me iba a la mañana siguiente”, afirmó.
Los investigadores descubrieron que una amplia mayoría de trabajadores en las minas de la RDC extraían el cobalto sin ningún tipo de protección a pesar de que son conscientes de los daños crónicos que implica la exposición al polvo del cobalto.
El Centro para el Control de Enfermedades y la Prevención (CDC) estadunidense ha afirmado que una extensa exposición al polvo de cobalto puede resultar en “sensibilización respiratoria, asma y acortamiento de la respiración”, así como dermatitis y una seria enfermedad conocida como “dolencia pulmonar por metales pesados”.
Amnistía sostiene que los niños entrevistados sufren enfermedades de manera frecuente. “Hay un montón de polvo, es muy fácil resfriarse, y nos duele todo”, dijo Dany, un niño minero de 15 años, a la ONG.
Amnistía también ha descubierto que muchos de los trabajadores menores de edad están malnutridos y sujetos a “abusos físicos, explotación sexual y violencia”. Varios de ellos reciben palizas de los guardas de seguridad regularmente o extorsiones que amenazan con su salario futuro.
“Ellos nos pidieron dinero, pero no teníamos nada… Cogieron a mi amiga y la empujaron dentro de un tanque lleno de diesel”, dijo Mathy, quien contó a los investigadores que ella tenía 12 años cuando esto sucedió.
En las respuestas publicadas en el anexo del informe, Apple aseguró que el trabajo infantil “nunca ha sido tolerado en nuestra cadena de suministro, y estamos orgullosos de haber liderado sistemas de control pioneros en la industria”. La compañía sostuvo que está “vigilando activamente si hay violaciones”.
Microsoft afirmó que no “tolera el uso de mano de obra infantil, involuntaria o forzada” en su cadena de suministro, pero añadió que “no puede asegurar con absoluta seguridad” si el cobalto de sus productos proviene de la región de Katanga.
Samsung SDI indicó que “hasta ahora, no ha habido ningún caso de violaciones por trabajo infantil detectadas en las plantas de Samsung SDI o en sus suministradores”. Pero, al igual que Microsoft, la compañía coreana tampoco puede determinar si el suministro de cobalto ha sido originado en Katanga.