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¿Me podrías hablar de algún otro paciente que estés tratando? ¿Qué les llevó a este tipo de tratamiento y cómo decidiste que la terapia con LSD les resultaría beneficiosa?Había un paciente muy interesante, un chico joven que está estudiando el doctorado en Filosofía y sufre un trastorno de ansiedad grave. Padece estrés debilitante cuando tiene que hacer actividades en grupo o hablar en un seminario. Ya ha hecho un tratamiento largo con terapia médica, psicológica y psicoanálisis junguiano. Le gusta su terapeuta, pero dice que solo le ayuda hasta cierto punto, porque no es capaz de lidiar con su ansiedad social en un entorno tan controlado.Acudió a mí y le dije que debería probar a participar en alguna de las sesiones de terapia en grupos pequeños que he estado organizando. No fue fácil convencer al Gobierno de que la terapia grupal era tan beneficiosa como la individual, pero hace poco también conseguí la aprobación. Supongo que el paciente esperaba que la terapia fuera individual e inicialmente le espantaba la idea. En la sala solo éramos tres pacientes y yo, pero para él fue un reto superar aquello. Cuando salió me aseguró que había sido una experiencia fantástica. Dijo que había sido la primera vez en su vida que no se sentía amenazado en un entorno de grupo. Yo interpreté eso como un avance. Ahora va a intentar aplicar esa experiencia a su vida diaria y al entorno de trabajo. Lo curioso es que me aseguró que no sentía la necesidad de repetir una sesión de este tipo al menos durante una temporada. Primero prefiere trabajar el aspecto de la integración y volver a intentarlo en primavera.Cuando tomas LSD, no todo es siempre bueno. Puedes tener malas experiencias y quizá necesites un terapeuta o un orientador que te ayude a integrar o a aceptar esas vivencias complicadas.
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