El terrorista del IRA que pidió perdón a sus víctimas

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El terrorista del IRA que pidió perdón a sus víctimas

Shane Paul O'Doherty fue jefe de explosivos del IRA. Tras estar 14 años en la cárcel, salió con otras ideas y dispuesto a pedir perdón por sus crímenes.

Imágenes del documental "Aitrhí"

Shane Paul O'Doherty llegó a ser jefe de explosivos del IRA. Su actividad terrorista le llevó a estar en la cárcel durante 14 años. Al salir, decidió pedir perdón a sus víctimas, convirtiéndose en el primer miembro de la banda que lo hacía. El director Carlos Hernando se ha acercado a su figura a través del documental Aitrhí, que es una palabra que en el idioma gaélico irlandés significa contrición. Es decir: el arrepentimiento de la culpa cometida.

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"Éste es el proceso que vivió el protagonista para acabar pidiendo perdón por sus crímenes. Eso es lo que me interesó desde el principio de la historia de O'Doherty. Primero, en un plano ideológico, cuáles son los condicionantes sociales, económicos, políticos, etc., que llevan a una persona normal a ejercer la violencia extrema contra sus semejantes. Y segundo, el proceso interior de arrepentimiento por el que atraviesa un ser humano que ha cometido actos atroces", asegura Carlos Herrando.

La película de este director, que fue nominado al Goya por su trabajo El violinista de Auschwitz, acaba de estrenarse en los Laemmle Theatres de Los Ángeles con motivo de la celebración del Día Internacional de las Víctimas del Terrorismo y de la Ayuda Humanitaria. "De momento, hay algunas críticas positivas y otras negativas. Hay personas que consideran que estoy glorificando las acciones de un terrorista. Creo que se equivocan". Uno de los objetivos a corto plazo es poderlo exhibir en festivales de Irlanda y Gran Bretaña.

Vice: ¿Cómo llegas hasta la historia de Shane Paul O'Doherty?

Carlos Herrando: Siempre que tengo hambre de nuevas historias que filmar suelo visitar mi librería habitual. Allí me paso horas y horas mirando libros de cualquier temática. Hace años, encontré uno que me llamó la atención. Se titulaba "No más bombas" de Shane Paul O'Doherty. Leí el libro en una tarde. Lo que más me impresionó de la historia de O'Doherty es el proceso que lleva a un chico de clase acomodada de la ciudad norirlandesa de Derry a enrolarse en las filas del IRA y acabar como jefe de explosivos de la banda. Una de las razones por las que siempre quiso desde pequeño convertirse en un patriota irlandés fue la lectura de libros de historia que enaltecían a quienes luchaban contra el opresor británico. Siempre me ha interesado la impresión que los metarrelatos nacionalistas acaban provocando en las sociedades. Por eso, coincido plenamente con el planteamiento crítico de las metanarrativas que hizo Lyotard para definir la condición posmoderna. Una metanarrativa inoculada a los jóvenes que crean estar viviendo una situación de opresión acaba derivando en violencia y muerte. Hoy en día, mucha gente se pregunta por qué tantos jóvenes europeos se hacen yihadistas. La respuesta se puede encontrar en un poema de Juaristi -inspirado en Rudyard Kipling- que dice así: "¿Te preguntas, viajero, por qué hemos muerto jóvenes, por qué hemos matado tan estúpidamente? Nuestros padres mintieron: eso es todo".

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¿Y puso problemas para colaborar?

Al principio, tuvo dudas pero, al final, se involucró totalmente en el proyecto. El año pasado contacté con O'Doherty a través de una red social. Me dijo dónde vivía y me planté en su casa de Irlanda con mi cámara. Su primera reacción fue de sorpresa. No entendía cómo a un cineasta español le podía interesar tanto su historia. Me dijo que se lo pensaría. Al cabo de unos días, mientras grababa recursos de la isla, me llamó y accedió a que le entrevistara. Además, pude convencerle para ir en coche hasta su ciudad natal. El documental tiene algo de road-movie ya que es el viaje de O'Doherty desde su actual residencia en Irlanda hasta su ciudad natal, Derry, el que le lleva a revivir los sitios que marcaron su infancia y su adolescencia. Lugares marcados por la violencia de los años 60 y 70 y que se grabaron en su memoria.

Realmente, ¿qué le convierte en un personaje especial dentro del proceso de desintegración del IRA?

O'Doherty fue arrestado en 1975 y se le condenó a 30 cadenas perpetuas. Tras permanecer su primer año en prisión en confinamiento solitario, lo primero que hizo el "héroe del IRA" O'Doherty, después de un proceso de contrición, fue pedir a los funcionarios de la prisión que le permitieran escribir cartas a sus víctimas en las que pedía perdón por sus crímenes. Esto fue un golpe muy duro para la banda irlandesa ya que su lucha armada podía perder apoyos al ver que uno de sus miembros más destacados renunciaba a la violencia que sostenía la actividad criminal del grupo. De hecho, el IRA le amenazó de muerte. No hizo caso a estas amenazas y siguió haciendo campaña contra la violencia y pidiendo no solo un proceso de paz sino el uso de la política para terminar con el conflicto. De hecho, el 17 de febrero de 1978, un periódico de Derry publicó una carta suya en la que manifestaba su repulsa contra el uso de la violencia. O'Doherty se convirtió en la primera voz que clamaba por el fin de la guerra. Además, cuando salió de la cárcel en 1989, colaboró en los medios de comunicación entrevistando a gente del IRA intentando convencerlos de usar la vía política para terminar con el conflicto norirlandés.

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¿Cómo fue el trabajo? ¿Dónde filmaste?

La cinta se rodó en una semana durante el mes de junio de 2014 en varias ciudades de Irlanda y en las localidades norirlandesas de Derry (también llamada Londonderry) y Belfast. La entrevista con O'Doherty se grabó en una casa de campo entre los condados de Roscommon y Westmeath, cerca del río Shannon. Tras registrar su testimonio, decidí visitar las localidades que más sufrieron la violencia durante el conflicto norirlandés en el que murieron más de 3.500 personas (casi 2.000 eran civiles). Me impactó cómo la guerra se había impregnado tanto en aquellas ciudades. Todavía hoy se conservan los murales que ensalzan las acciones tanto del IRA como del UVF. En Belfast, tras visitar Shankill Road, Falls Road y el muro de Cuper Way que separa a las comunidades católicas y protestantes, decidí que el documental se enmarcaría dentro del género situacionista con el objetivo de componer un collage visual sobre la huella que dejó la violencia en las paredes de las ciudades norirlandesas mientras el protagonista cuenta la impactante historia de su trayectoria como "niño soldado" del IRA. Otro de los aspectos formales que hay que destacar es el uso del Super-8, un formato, desarrollado por Kodak en los años 60 y que alcanzó su apogeo en los 70. Elegí este formato ya que tiene la misma génesis que el conflicto norirlandés. Se puede decir que el Super-8 y el conflicto entre protestantes y católicos en Irlanda del Norte tuvieron un nacimiento y desarrollo parecido. Además, el Super-8 llena de nostalgia fílmica los recuerdos del protagonista y aporta un aire nostálgico que sitúa al espectador en la época en la que O'Doherty entró en el IRA.

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¿A qué conclusiones has llegado tras rodar este documental?

Decía Faulkner que "el pasado no está muerto, ni siquiera es pasado". Tenía mucha razón. Una de las conclusiones a las que he llegado es que hay que deconstruir los metarrelatos de todo tipo: nacionalistas, ideológicos, religiosos… Que hay que terminar con las desmesuradas dosis de falacias en vena que se inyectan a los individuos por parte de una élites –en su mayoría extractivas- que para proteger sus privilegios enseñan a odiar y destruir a los enemigos que ellos mismos fabrican. Sobre el actual problema del auge del yihadismo, podemos decir que un joven de algún país árabe creerá más fácilmente que su desesperada situación es culpa de Occidente y no de los gobernantes corruptos que imposibilitan la democracia y el acceso a una verdadera igualdad de oportunidades en su propio país. Hoy en día, podemos ver cómo muchos movimientos políticos de diferente pelaje apelan al pasado para explicar el fracaso de las sociedades que dirigen.

¿Qué opina él sobre el proceso en España con ETA?

O'Doherty dice que "si el Gobierno cree que ETA está acabada, debe tratar el tema de los presos". Él cumplió su condena en Londres, lejos de su familia. Su madre sólo podía verle dos o tres veces al año. Considera que fue muy duro para su madre porque era inocente. Sus familiares ni siquiera simpatizaban con el terrorismo y sufrieron un castigo. Él cree que "la manera más rápida de acabar con el conflicto es mantener a los presos cerca de su comunidad" ya que "a mayor número de visitas, mayor número de personas te dirán que pares la guerra". Un día, me dijo que toda la gente que fue a verle a la cárcel le preguntaba por qué estaba perdiendo su vida en prisión, y por qué no volvía a hacer una vida normal. Y eso, según O'Doherty, es una gran motor para cualquier proceso de paz.

Y a propósito del terrorismo yihadista.

Durante un pase privado a la prensa celebrado hace dos meses, O'Doherty declaró que "la principal diferencia del terrorismo yihadista con el del IRA o con cualquier tipo de terrorismo, es que mientras el atacante quiere escapar y vivir, al terrorista islámico no le importa morir". "Salvo eso, la historia es común, la base es una: la ideología, la utopía. Los jóvenes miran YouTube y ven cómo el califato les enseña un lugar mejor. Pura propaganda. A la gente de Irlanda le habían dado una historia falsa de la guerra, de la independencia, de la revolución; algo bonito con canciones, música, novelas y libros. Lo que atraía a la gente joven de Irlanda era la ideología, liberar a Irlanda", aseguró.