América frita en un palo

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El número de ¿Y tú qué coño estás mirando?

América frita en un palo

Los terrores y delicias de la Feria Estatal de Wisconsin en retratos

El fotógrafo de Magnum Bruce Gilden –que resulta que es mi esposo– ha fotografiado a los yakuza en Japón, recorrido los barrios chabolistas de Haití demasiadas veces como para llevar la cuenta y acechado los rostros extraños que pasan por las calles de Nueva York. Sin embargo, fue una reciente visita a la Feria Estatal de Wisconsin la que produjo su más exótico trabajo hasta la fecha.

Durante once días de agosto, un total de 1.012.552 visitantes atravesaron los torniquetes del Parque Ferial del Estado en West Allis, una localidad periférica de Milwaukee. Acudieron por la fondue de masa de galleta frita en un palito, la mantequilla de cacahuete y jalea frita en un palito, los s’mores fritos en un palito, las barritas Milky Way fritas en un palito, el queso en crema frito en un palito (y beicon) y los gruesos Elvises fritos en un palito. Vinieron por las bombas de crema, los pasteles de queso, las salchichas empanadas de 45 centímetros, los muslos de pavo a la barbacoa del tamaño de pantorrillas de niño, los hot dogs a la cerveza con beicon y queso cheddar, los bocaditos de macarrones con queso y beicon a la cerveza. Y, por supuesto, se presentaron también por las cervezas locales: Miller Lite, Miller Genuine Draft, Miller64 y la cerveza artesanal Leinenkugel (propiedad de MillerCoors LLC). Una vez Bruce hubo digerido el viaje, le hice unas cuantas preguntas.

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VICE: ¿Por qué escogiste este lugar y evento en concreto para tu reportaje?

Bruce Gilden: Fui a Milwaukee por Postcards from America, un proyecto de colaboración en continuo desarrollo en el que un grupo diverso de fotógrafos elige un lugar que les intriga y se reúnen allí para actuar, como una banda visual. Martin Parr y yo fuimos a Milwaukee en agosto, y dos grupos de fotógrafos más irán entre enero y abril. Este es el tercer segmento en el que participo. El primero fue en Rochester, Nueva York, y el segundo en Miami. Ahora tenemos una beca del Guggenheim para dar continuación a este proyecto en otros sitios.

¿Hay algún vínculo entre los tres segmentos de Postcards?

Obviamente todo son retratos de Norteamérica, así que para mí es una continuación de series anteriores que hice sobre ejecuciones hipotecarias en Estados Unidos. Lo bueno de Postcards es que es un proyecto que se sostiene por sí solo, pero para mí, al igual que para muchos de los fotógrafos participantes, es también un espacio creativo experimental que luego se refleja en nuestros trabajos individuales.

¿De qué manera?

En Rochester, el trato era que teníamos que hacer cien fotos en dos semanas. Bastante duro, así que, para ganar confianza, además de mi medio habitual, el carrete en blanco y negro, empecé a utilizar una cámara digital Leica M9. Comencé haciendo retratos de personas, ya que las calles estaban vacías y necesitaba cien fotos. Después fui a Florida e hice todo el proyecto en color, fotografiando sobre todo rostros con una cámara digital de tamaño mediano.

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¿Así que ahora fotografías en color?

No. Seguiré trabajando en color, pero no cierro las puertas al blanco y negro. No había hecho nada en color desde 1968, y me dejó sorprendido lo fácilmente que me adapté. Cuando llegué a Milwaukee me propuse hacer todo el trabajo en color y digital.

¿Y fueron sobre todo retratos en primer plano?

Sí, casi todo, pero estas imágenes no surgieron de golpe en mi cabeza. Llevaba al menos 20 años pensando en hacer retratos de gente, sólo sus caras, y ahora finalmente lo estoy haciendo. Ha sido una idea muy meditada y un largo proceso, desde su concepción hasta su realización física.

¿Estaban en la feria todas esas personas a las que fotografiaste?

Cuando llegué a Milwaukee traté de fotografiar gente en la calle, pero no había nadie, supongo que porque había 120.000 personas yendo a la feria cada día. Así que decidí ir allí. No hice muchas fotos. Por lo general, entre cinco y diez retratos al día.

¿Qué características te atraen de un rostro?

Para mí hay belleza en todas partes, pero soy muy maniático. Hay un determinado detalle que me interesa visualmente, y es en ese detalle donde reside la fuerza de la foto. Tienes que ser capaz de ver aquello que hará que una foto sea buena, y después, para que se convierta en realidad, debe haber una colaboración entre tú mismo y la persona a la que fotografías. En la feria, un porcentaje muy alto de gente accedió cuando les pedí permiso, pero eso no significa que la imagen funcionara en todas las ocasiones.

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¿Qué clase de cosas te pasaban por la cabeza cuando estabas haciendo esos retratos?
Toneladas de pensamientos: Nunca había visto gente tan enorme. ¿Qué han comido estos tíos para alcanzar este tamaño? Este chico se va a pinchar él solo en un ojo con el palo de esa salchicha empanada gigantesca. Este hombre se va a casa con doce bombas de crema después de hacer cola durante media hora. Hay tantas mujeres con los ojos azules más hermosos del mundo, ¿son de verdad o llevan lentillas? Los pies de algunas mujeres están tan hinchados que me duele a mí con cada paso que dan. Después de siete horas casi sin dejar de caminar, diciéndome a mí mismo, sólo una vuelta más por la feria, en lo único que pensaba era en cenar y dormir para, al día siguiente, poder repetir el mismo ciclo.

¿Cuál es tu próximo proyecto?

Depende de los rostros.