Después de uno año de darle en la madre a todos, Corea del Sur ha decidido impartirle al mundo un diferente tipo de impacto cultural administrando instrumentos de represión a Baréin, una de las naciones más autocráticas del Medio Oriente.
La Primavera Árabe ha crecido desde su inicio en febrero 2011 y sus líderes no se han cansado de luchar. El gobierno en lugar de prestar atención a las demandas de los manifestantes, ha optado por munición y balas de goma durante manifestaciones pacifistas.
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Un documentó que filtro una organización del Reino Unido, Bahrain Watch, afirma que el país planeó importar gas lacrimógeno de Corea del Sur para usarlo contra civiles. El cargamento es de aproximadamente 1.6 millones de botes de gas lacrimógeno y 90 mil granadas, dejando al país con más producto de lo que necesita para sus 1.3 millones de ciudadanos.
¿Por qué hay demanda de gas lacrimógeno?
Baréin está ubicado entre Arabia Saudita e Irán. Arabia Saudita es un aliado del Occidente y proveedor de los suníes en Siria; Irán es enemigo del Occidente, aliado de Asad y rival de Arabia Saudita. Bajo la amenaza estadounidense de bombardear a Siria por el supuesto uso de armas químicas, Washington presentó un plan para resolver el conflicto en Baréin. La esperanza era de que Irán estuviera agradecido con Estados Unidos por resolver lo que se supone que sería una guerra civil y neutralizar su involucramiento con el gobierno de Asad.
Ya que Irán nunca ha dejado de apoyar a Asad aprobó públicamente la resolución de Estados Unidos en Baréin. El futuro de Baréin parecía muy positivo, pero ahora que Siria no es tema de importancia para Estados Unidos, el Departamento del Estado y el Pentágono no vieron la necesidad de resolver los problemas de Baréin.
El régimen de Baréin se vio con la necesidad de renovar su operativo contra los disidentes. Autoridades se armaron con suficiente gas lacrimógeno para enfrentar a manifestantes, detuvieron al líder opositor —Khalil Marzooq— y encarcelaron a decenas de personas por supuestamente ser participes del movimiento del 14 de Febrero, una coalición de jóvenes que son culpados por fomentar manifestaciones violentas.
Esto ha sido acompañado por una cantidad de reportes de que el gobierno de Baréin está buscando un tratado con el Reino Unido para extraditar a “terroristas shiítas”. Es muy poco probable que el Reino Unido firme ese tratado, especialmente porque el gobierno de Bahréin quiere arrestar a ciudadanos británicos. Así que una explicación del tratado puede ser que el régimen sunitas quiere condenar a los musulmanes shiítas como los “villanos”.
Los manifestantes tienen que cuidarse de la exorbitante cantidad de gas lacrimógeno que se implementará en las manifestaciones. Según fuentes, la policía de Baréin ha matado de 26 a 77 personas con gas lacrimógeno, debido a complicaciones respiratorias y disparando botes de gas lacrimógeno al cuello y cabezas de los manifestantes. Es difícil corroborar el número de personas que han sido atendidas ya que muchos asisten a clínicas privadas e incluso se tratan en casa, ya que los hospitales son controlados por el gobierno y la gente tiene miedo de que se sepa que son heridas debidas a una manifestación.
Esto ha estado sucediendo en Baréin por más de dos años. Así que cualquier país o proveedor que le haya vendido gas lacrimógeno a Baréin ahora sabe para que fue usado el gas.
Tanto Reino Unido como Estados Unidos afirmaron que no exportan equipo que se usa como dispositivo de represión, según ellos porque no es bien visto por su propio país y además violan leyes de derechos humanos. Sin embargo, los dictadores de Baréin bien podrían asistir a la feria de armas, como esta que toma lugar en Londres para comprar armas de compañías de otras partes del mundo.
Y quizás es la razón por la que Baréin empezó a buscar armas en país que no le prestan atención a los derechos humanos . Y voltearon a ver a Corea del Sur que cuenta con compañías como DaeKwang que parece que se ha convertido en el principal proveedor de gas lacrimógeno para Baréin.
El contrato con DaeKwang se calcula en un valor de entre 25 a 30 millones de dólares, tomando en cuenta que cada bote cuesta entre diez y veinte dólares cada uno y también es muy probable que el número final cuente con comisión extra, mejor conocido como mordida.
A principios de 2011, este tipo de corrupción unió a la gente de Baréin contra el régimen. Los que estaban en puestos de poder se encargaron de dividir y conquistar al pueblo, dividieron a los manifestantes shiítas y sunitas para romper la unión del pueblo. Y con todo esto, el régimen de Baréin se convirtió en el peor enemigo.