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La zona norte de la periferia de Alepo, la ciudad más grande de Siria, se ha convertido en el último campo de batalla estratégico de la desquiciada carnicería en que se ha convertido la guerra civil siria — y podría ser, además, el escenario en que la estrategia estadounidense de liquidar al autoproclamado Estado Islámico (EI) se vaya al carajo.
La coalición liderada por Estados Unidos llevaba meses apoyando a los rebeldes de Alepo, quienes, a su vez, luchaban por hacerse con la última franja de la frontera con Turquía, todavía controlada por los combatientes yihadistas de Estado Islámico. Sin embargo, los rebeldes en cuestión, curyo gran aliado es el Frente al-Nusra, la franquicia de Al-Qaeda en Siria, quedaron abandonados a su suerte después de la implacable ofensiva en su contra orquestada por las fuerzas del régimen sirio, lideradas por el dictador y todavía presidente de Siria Bashar al-Assad, con la inestimable ayuda de Vladimir Putin.
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Estados Unidos acudió entonces a pedir ayuda a las fuerzas kurdas, proverbiales enemigas de Turquía, y repentinamente convertidas en la última esperanza para derrocar a los yihadistas. Claro que los kurdos, a su vez, han decidido aprovechar su envidiable posición estratégica para arremeter contra los rebeldes, en el penúltimo intento por hacerse con lo que queda de la periferia norte de Alepo.
El norte de Alepo también se ha convertido en el cuadrilátero en el que Rusia y Turquía se han aprovechado de la guerra atomizada que allí se libra, para desahogar las ganas de enfrentarse que llevan acumulando desde que el ejército de Erdogan derribara al piloto de Putin que osó sobrevolar cielo turco, y que fue abatido por su temeridad.
A falta de un enfrentamiento directo, que podría desembocar en una nueva guerra fría, Rusia y Turquía han preferido perseguir a sus respectivos aliados para escenificar su retorcida batalla. Así las cosas, los kurdos y sus aliados, avanzan gracias a los abrumadores bombardeos de Putin, los mismos que están permitiendo el avance de las fuerzas de Assad y el retroceso de los rebeldes a los que apoya Estados Unidos. Este sábado, Turquía empezó a bombardear la posiciones kurdas en el interior de Alepo. Los kurdos, ni cortos ni perezosos, han continuado con su asedio a las aldeas que todavía controlan los rebeldes.
Y mientras todo ello sucede, Estado Islámico se frota las manos y contempla desde la distancia la masacre en la que se han enzarzado todos sus enemigos.
“Toda esta batida de proyectos extranjeros se han vuelto en contra de la oposición y de las tropas del Ejército Libre Sirio”, cuenta a VICE News Haitham Abu Hammou, representante de prensa de la facción rebelde al-Jabhah al-Shamiyah, a través de una aplicación de mensajes gratuitos. “Es como si… los intereses enfrentados de los países se hubiesen confabulado para terminar yendo en nuestra contra”.
Esas fuerzas kurdas en el campo de batalla a las que alude, son el ala militar del Partido de la Unión Democrática (PYD), la filial siria del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK); y son, además, una de las mil y una facciones armadas que ha proliferado desde el arranque de la guerra siria. A diferencia de la mayoría de rebeldes árabes y yihadistas que luchan en Siria, el PYD ya ha dejado claro que su interés no es otro que conseguir la autonomía del pueblo kurdo, antes que derrocar al régimen de Assad. Las fuerzas kurdas han logrado hacerse con el control de las zonas del norte de Siria y se han convertido en un aliado estratégico para Occidente en la lucha contra Estado Islámico.
Además, las fuerzas kurdas, conjuntamente con otros pequeños aliados han conseguido reagruparse alrededor de una nueva facción, la Fuerzas Democráticas Sirias (SFD en sus siglas inglesas), lo que les ha conferido una dimensión puramente multiétnica. Y pese a todo, los oficiales kurdos no han querido moderar su llamamiento al autogobierno kurdo, y han expresado abiertamente su deseo de unificarse a las distintas facciones kurdas repartidas por el norte de Siria. Ahora mismo, la avanzada de los kurdos que luchan en el norte de Alepo está discurriendo por Afrin, un enclave kurdo rodeado por territorio turco y por franjas controladas por los rebeldes sirios y facciones yihadistas.
“Los kurdos son nuestra gente y necesitamos defenderles a ellos y defender su identidad”, ha dicho Abu Hammou. “Sin embargo, el PKK y las SDF están involucradas en conspiraciones extranjeras cuyo objetivo es dividir Siria”.
Los portavoces de las fuerzas kurdas y de las SDF se abstuvieron de hacer declaraciones.
‘Lo que sí vemos es cómo los cazas rusos están bombardeando las aldeas del campo, al norte de Alepo’.
Mientras tanto, Turquía lleva librando una guerra durante décadas contra el PKK. Además, actualmente, el gobierno turco está intentando exterminar a la insurgencia declarada en el sudeste del país, también liderada por el PKK. Y la administración Erdogan ya ha proclamado que no permitirá que los kurdos se incorporen a los territorios sirios para alinearse alrededor de una sola entidad, cuyo objetivo no es otro que ocupar la gran parte del territorio que queda al otro lado de la frontera sur con Turquía.
Tareq Abu Zeid, portavoz de una de las milicias árabes de las SDF, la milicias Jeish al-Thuwar, ha declarado a VICE News que la coalición liderada por Estados Unidos tan solo ha suministrado apoyo aéreo a las fuerzas del SDF en su lucha contra Estado Islámico en la Siria oriental, pero que no las ha apoyado en su avance por Afrin. La coalición ha preferido prestar su apoyo en Alepo a los rebeldes árabes y turcomanos (turcos que viven en Siria e Irak) en su lucha contra Estado Islámico.
Ahora las fuerzas del régimen se dirigen, casi en su totalidad, rumbo al sur, en un intento por rodear la ciudad de Alepo, todavía bajo control rebelde. Sin embargo, los kurdos de Afrin se han aprovechado del caos generalizado para desplazarse hacia las zonas rebeldes que les separan de Estado Islámico. Ayer, las informaciones apuntaban a que habrían atravesado la vanguardia de los combatientes yihadistas, lo que les deja en una posición inmejorable para poner cerco al este de Alepo, todavía en manos de EI, y emplearlo para anexionar todas las zonas kurdas de Siria.
Igualmente, las fuerzas kurdas en Afrin también parecen haber dado con un flamante y todopoderoso patrón. A pesar de que la naturaleza exacta de la colaboración que une a Rusia con las SDF es todavía incierta, los rebeldes aseguran que son los bombardeos rusos los que están permitiendo el avance de las tropas de las SDF.
Un portavoz de Jeish al-Tuwar, la principal milicia árabe de las SDF, desmintió que exista ningún avance coordinado con Rusia y ha subrayado que los bombardeos rusos están siendo únicamente orquestados junto a las fuerzas del régimen de Assad. Pese a todo, los residentes de Alepo se muestran de lo más escépticos.
“Qué broma”, exclama el periodista de Alepo Muhammad al-Khatib. “¿O sea que me estás contando que los bombardeos rusos contra las posiciones que están atacando las SDF son pura coincidencia?
“La verdad, honestamente, es que no sabemos si existe coordinación alguna entre las SDF y Rusia”, ha proclamado el coronel Ahmed Uthman, el comandante responsable de una facción local llamada Firqat al-Sultan Mourad. “Claro que también es verdad que estamos viendo como los cazabombarderos rusos destruyen aldeas en poblaciones rurales al norte de Alepo y que acto seguido, las SDF llegan y se hacen con su control”.
A diferencia de las fuerzas kurdas, los miembros de Jesih al-Thuwar (el Ejército de los Revolucionarios) siguen reivindicando ser los abanderados de la revolución contra el régimen sirio. Pese a todo, por ahora parecen exclusivamente concentrados en atacar a los rebeldes de Alepo a los que llaman terroristas, y a miembros de Al-Qaeda. (Los rebeldes de Alepo aseguran que la filial de Al-Qaeda en Siria, la organización yihadista Jabhat al-Nusra tan solo dispone de un puñado de unidades en la zona, a pesar de que algunas otras brigadas radicales también están presentes).
El portavoz de Jeish al-Thuwar, Tareq Abu Zeid, ha relatado a VICE News que el objetivo de su brigada es terminar con el terrorismo, sea cual que sea, y que ahora mismo están luchando por llevar a sus tropas hasta la vanguardia de las de Estado Islámico.
Algunos de los miembros de Jeish al-Thuwar proceden de las Fuerzas Sirias Revolucionarias, de Harakat Hazm y de la 30a división del Ejército Libre Siria. Todas ellas habían sido milicias rebeldes respaldadas por Estados Unidos que fueron destruidas por el Frente al-Nusra, mientras otras facciones se hacían a un lado. En ese sentido, la ofensiva de Alepo también podría considerarse, en parte, como la venganza de las antiguas y abandonadas milicias rebeldes apoyadas por Estados Unidos, contra las nuevas.
Abu Zeid ha negado que haya nada de personal en el hecho de que su brigada esté luchando junto a los rebeldes de Alepo. “Los miembros de Jeish al-Thuwar son miembros de todas las facciones imaginables. Nuestro móvil no es la ‘vendetta’, ni siquiera hablamos de ello”, ha dicho.
Abu Yousef al-Muhajir, portavoz militar y ex comandante en la provincia de Alepo de la milicia de línea dura Ahrar al-Sham, no está de acuerdo. “Hay un sentimiento de venganza en contra de toda la revolución. Los hombres que se han unido a Jeish al-Thuwar son los peores de las demás facciones”, asegura.
Ahora la pregunta no es otra que cuán lejos y hasta dónde pueden llegar las tropas kurdas dirigidas por las SDF en su avance hacia el este, y cuán duro será el intento de Turquía por contenerlas. Algunos rebeldes ya han dicho que creen que Turquía no permitirá que las SDF se hagan con el control del principal cruce fronterizo del norte de Alepo, pero, de momento, las ofensivas de la artillería turca han sido incapaces de disuadir a las tropas de las SDF de seguir avanzando.
Mira el documental de VICE News ‘Yihadistas vs. el régimen de Assad: el avance rebelde en Siria’:
Mientas tanto, el frente de los rebeldes con Estado Islámico en la zona rural del norte de la ciudad está en uno de sus momento más tranquilos, a pesar de que las fuerzas concentradas en Alepo estén convencidas de que se trata de una clásica situación de calma antes de la tormenta.
“Que Da’esh (el acrónimo árabe de Estado Islámico) esté tan calmado en el frente es muy extraño”, asegura un periodista de Alepo que habla a condición de hacerlo anónimamente. “Terminarán por intervenir mientras todo el mundo esté combatiendo contra las fuerzas del régimen y contra las de Jeish al-Thuwar”.
Las fuentes de Alepo han declarado a VICE News que los rebeldes locales se han negado a sellar una tregua con Estado Islámico. Y aún así, los rebeldes aseguran que tienen prioridades más urgentes que Estado Islámico — por ahora.
Según el coronel Uthman, de las milicias Firqat al-Sultan Mourad, “cuando reconquistemos las aldeas que el régimen nos ha arrebatado, entonces será el momento de trabajar en el frente de Da’esh, de expulsarles del norte con la ayuda de la coalición internacional”.
Un oficial del departamento de Defensa de Estados Unidos también ha conversado con VICE News a condición de hacerlo anónimamente. Según cuenta, la estrategia de Estados Unidos y de la coalición sigue sin cambiar. “Nuestro objetivo sigue siendo ir a por ISIL (Estado Islámico) y apoyar a las fuerzas moderadas que están trabajando para derrotar a los yihadistas”, ha contado vía correo electrónico.
Sin embargo, sigue sin quedar claro qué parte de esa estrategia es todavía aplicable a Alepo. Ahora mismo los kurdos de Afrin parecen tener una relación profesional más estrecha con Rusia que con Estados Unidos, y es Rusia quien les está ayudando a liquidar a los aliados turcumanos y árabes que Estados Unidos tiene sobre el terreno. Al mismo tiempo, la ofensiva de los kurdos podría abocar a los turcos a enfrentarse a los mismos aliados kurdos de Estados Unidos que luchan contra Estado Islámico — lo que, a su vez, podría motivar un giro monumental, no solo en la estrategia de la coalición en Alepo, sino en toda Siria.
Pase lo que pase, la mayor parte de la oposición al régimen de Assad será la que termine perdiendo. Tal y como ha comentado para VICE News un oficial político de la brigada Tajammu Fastaqim Kama Umirt, que también está luchando en Alepo, “no entendemos de qué manera puede resultar de ningún interés para el mundo que los terroristas ganen a las facciones de la patriótica revolución siria. No importa que se trate de Da’esh o de estos comunistas [los kurdos], o de los iraníes”.
Y lo cierto es que, pase lo que pase, ya son muchos los rebeldes sirios convencidos de que Estados Unidos cada vez tendrá un papel menos decisivo en la resolución del conflicto.
“La verdad es que la manera en que Estados Unidos se ha comportado con la guerra siria dista mucho de ser la de una superpotencia”, sentencia el coronel Uthman. “Hasta ahora, Estados Unidos se encargaba de liderar a la comunidad internacional en todas las crisis mundiales. Claro que no está haciendo lo mismo en Siria”.
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