Todas las reproducciones son cortesía de Rosenberg & Co, excepto el retrato de Beatrice Mandelman,
En 1944, con 32 años, la pintora Beatrice Mandelman se mudó con su esposo de Nueva York a Nuevo México. Una decisión arriesgada para cualquier artista, ya que después de haber presentado su trabajo en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Instituto de Arte de Chicago y la Galería Nacional de Arte en Washington, D.C., la artista había llegado a Taos, una ciudad en la que ni siquiera había una galería de arte.
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Untitled, c. 1960s
Louis Ribak, pareja de Mandelman y también pintor, y Beatrice tuvieron que adecuar a lo que Taos ofrecía: paisajes naturales y cultura indígena. Pasaron de convivir con artistas como Jackson Pollock o Willem de Kooning, a la vida tranquila de Nuevo México. Aunque la aparente razón de haberse mudado había sido la salud de Ribak, investigaciones recientes sugieren que la pareja estaba siendo investigada por el FBI.
Sin embargo, en 1948, Mandelman viajó a París para estudiar con Fernand Léger, esto no sólo influyó en su técnica para pintar, sino que forjó el movimiento de su obra que continuó desarrollando en Taos. El modernismo europeo fue fundamental para el desarrollo del arte de Mandelman y su esposo.
La Sociedad de Artistas de Taos se fundó en 1915 a consecuencia de una buena cantidad de artistas que se habían establecido ahí a finales del siglo XIX; el movimiento se fue deshaciendo. No fue hasta el regreso de Ribak y Mandelman, y con Agnes Martin ya instalada ahí, que comenzó un nuevo movimiento liderado por ellos, Taos Moderns.
A este movimiento se fueron uniendo artistas como Edward Corbett, John de Puy, Oli, Sihvonen, y Cady Wells, entre otros. Los temas recurrentes eran lo que ofrecía Taos: paisajes sureños y nativos americanos.
Untitled, c. 1960s
Pero el arte de Mandelman era diferente. La evolución de su obra después de llegar a Taos se fue convirtiendo en algo más abstracto y con temas variados. En sus collages y pinturas se encuentran imágenes de Twiggy y el movimiento socialista Las Panteras Negras.
Fueron sus ideas socialistas y de “izquierda” lo que provocó que el FBI los hostigara tanto –hasta el punto de abandonar Nueva York, y con ello, parte del posible gran éxito que hubiera podido conseguir. No es que no sea una artista reconocida actualmente (parte de su trabajo está exhibido permanentemente en el Museo de Arte de Harwood y el Museo de Arte de Taos), sino que las ventajas que le había ofrecido Nueva York antes de su partida, habían sido lo que cualquier artista joven hubiera deseado.
Mandelman siempre buscó gran reconocimiento. Entre su trabajo y el de su esposo suman 5,532 obras. Y poco antes de su muerte, en 1998, un artículo de su obra fue publicado en la revista Forbes. Nunca sabremos con certeza qué hubiera pasado si no se hubiera mudado, pero lo que sí sabemos es que su obra puede ser reinterpretada en otros contextos sociales y políticos –como el que vivimos actualmente.
Beatrice Mandelman c. 1950 (Cortesía de The Beatrice Mandelman and Louis Ribak Papers, The University of New Mexico Libraries, Center for Southwest Research)
Beatrice Mandelman estará expuesta en Rosenberg & Co, Nueva York, donde podrás ver su obra hasta el 22 de abril.
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