Desde hace varias semanas y desde que comenzó el movimiento de los "chalecos amarillos", muchos periodistas y fotógrafos de VICE se han enfrentado al gas lacrimógeno y a las pelotas que les pasaban rozándoles la cabeza para informar de una situación bastante caótica y violenta. Las imágenes de coches de lujo ardiendo frente a los edificios haussmanianos del distrito 7, de los bancos cerrados a cal y canto por miedo a ser asaltados y de chalecos amarillos gravemente heridos por fuerzas policiales de gatillo fácil han ocupado nuestras pantallas durante largos fines de semana . Es lo normal, ya que esto es exactamente lo que ha sucedido. Antes de ver qué pasará con un posible “acto V” el sábado 15 de diciembre, hemos decidido tomarnos un descanso.
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En medio de estos espacios de guerras urbanas que parecen hacer de París una "no-go zone" una vez más a los ojos del mundo, nos llega el mensaje de que la vida sigue. Pasando entre barricadas en llamas o policías llenos de testosterona, nuestro fotógrafo Viktor Poisson se ha recorrido la ciudad para inmortalizar cosas diferentes, escenas grotescas o incluso divertidas que solo un movimiento social que apunta directamente al corazón de la ciudad más bella del mundo puede ofrecer. Sus fotografías nos recuerdan que los franceses son muy grandes y que, a nivel mundial, nada tiene sentido.Estas son las fotografías:
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