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Identidad

Las mujeres saudíes que luchan contra el sexista sistema 'tutelar' de su país

Bajo el sistema de tutela de Arabia Saudí, las mujeres están obligadas a que un hombre apruebe su decisión de viajar, trabajar e incluso someterse a determinados procedimientos médicos. Hablamos con una activista que está intentado cambiar esto.
Courtesy of Aziza al-Yousef

Las mujeres de Arabia Saudí están desafiando el sistema de tutela del país, que las obliga a conseguir aprobación de un tutor masculino para poder viajar, casarse, divorciarse e incluso someterse a algunos procedimientos médicos, entre otras cosas. El pasado verano, la activista saudí Aziza al-Yousef inició una petición para emprender acciones que acaben con este sistema de tutela, que ha obtenido casi 15.000 firmas de hombres y mujeres saudíes. El pasado lunes 26 de septiembre las presentó ante el Tribunal Real de Justicia del país, donde le recomendaron que las enviara por correo postal.

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Al-Yousef no envió la petición por correo hasta el lunes 3 de octubre, pero fue por una buena razón: conforme dicha petición iba acaparando la atención de los medios, una avalancha de gente solicitó firmarla también. A pesar de que se ha producido un número limitado de reformas en Arabia Saudí con referencia a la tutela, como que el Rey Abdullah designara 30 mujeres para el Consejo de la Shura, al-Yousef espera que esta petición suponga un cambio más importante.

En 2008, el Observatorio de Derechos Humanos publicó un informe sobre el sistema de tutela y la segregación sexual en Arabia Saudí. Dado que este sistema tutelar es igual que la relación que se establece entre los menores y sus tutores (de modo que las mujeres son tratadas como niñas y los hombres como padres), el ODH lo tituló Menores Perpetuas. El informe llamaba la atención sobre la carga que coloca el sistema sobre las mujeres saudíes todos los días: las mujeres que quieren viajar solas se ven obligadas a esperar la llegada de su tutor, con frecuencia un padre, marido o hijo, para que sea él quien firme los formularios que aprueban su viaje. Si una mujer saudí contrae matrimonio con un hombre no saudí, sus hijos no obtienen la nacionalidad. En caso de divorcio, los hombres obtienen automáticamente la custodia de las niñas de más de siete años y de los niños de más de nueve.

Además, puede denegarse a una mujer el acceso a determinados procedimientos médicos si su tutor no está presente. En su informe, el jefe del directorio general de hospitales de Arabia Saudí explicó al ODH: "Es bien sabido que un médico debe ofrecer atención sanitaria siempre que un paciente lo necesita, pero existen numerosos factores sociales en juego que limitan la aplicación de la ley".

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No estamos lidiando con la religión, estamos lidiando con las leyes que implementa el gobierno

Durante una entrevista telefónica, al-Yousef explica que las mujeres no son las únicas que se ven afectadas de forma negativa por el sistema de tutela. "Es una carga incluso para los hombres", afirma. "Ningún hombre desea estar todo el día trabajando y además yendo y viniendo para firmar los papeles de su hija, su esposa o su hermana".

El pasado verano, el ODH publicó otro informe condenatorio titulado Arrinconadas, esta vez únicamente en torno al sistema de tutela. Tras el informe, las redes sociales ayudaron a propulsar el movimiento que pretende terminar con la tutela mediante dos hashtags que se hicieron virales en Twitter: #IAmMyOwnGuardian ("yo soy mi propia tutora") y سعوديات_نطالب_باسقاط_الولايه#, que significa "las mujeres saudíes exigen acabar con el sistema de tutela". La imagen de una mujer cubierta con el tradicional keffiyeh árabe, el pañuelo blanco y negro conocido como símbolo del orgullo de Oriente Medio, y con las palabras انا ولية امري ("Yo soy mi propia tutora") escritas sobre el rostro apareció en tuits, carteles, grafitis y pegatinas. Desde entonces se ha convertido en el símbolo del movimiento.

Al-Yousef también se ha convertido en un símbolo del movimiento, ya que esta no es la primera vez que la activista defiende los derechos de las mujeres en su país. Por teléfono contó a Broadly que en 2011 empezó a organizar talleres en Arabia Saudí para informar a las mujeres sobre la tutela y explicar por qué no es un mandato del Islam. En 2013 escribió al rey de Arabia Saudí y a su más elevado organismo de asesores religiosos, el Consejo de Ancianos Eruditos, pidiéndoles que emprendieran acciones para acabar con el sistema de tutela, pero no recibió respuesta. En 2013 se puso tras el volante en protesta por las leyes nacionales que prohíben conducir a las mujeres, por lo que fue arrestada. Tras ser detenida por la policía tuvo que esperar en una comisaría hasta que su tutor firmó los papeles que le permitían marcharse.

Ella está convencida de que esta vez las cosas serán distintas. A diferencia de la generación más joven de feministas saudíes que iniciaron el hashtag, Al-Yousef puede recordar una época en que el sistema de tutela no existía en su país. "Estas leyes no existían en Arabia Saudí antes de la década de 1980", explica a Broadly, antes de añadir riendo, "soy suficientemente vieja como para saberlo". Al-Yousef desea que las mujeres de hoy tengan potestad sobre sus decisiones como ella recuerda haber tenido durante su juventud. "Fui a la universidad en 1977. Asistí a la Universidad King Saud y no tuve que obtener permiso de nadie".

Al-Yousef es consciente de que muchas mujeres no pueden permitirse hablar tan abiertamente como ella. "Ese es el problema", afirma. "Hay un montón de mujeres maravillosas con ideas fantásticas, pero como no reciben el apoyo de su tutor no pueden participar". Cuando le preguntamos cómo han reaccionado los hombres de su vida a su labor, responde: "Están muy orgullosos. No podría hacer lo que hago dentro del marco del sistema de tutela de Arabia Saudí si no tuviera hombres maravillosos en mi vida que me apoyan en todo".

Al-Yousef quiere dejar claro que su lucha no es contra la religión. "No estamos lidiando con la religión, estamos lidiando con las leyes que implementa el gobierno, que exigen que un tutor masculino firme un papel para que las mujeres puedan hacer cualquier cosa", indica. También subraya el hecho de que este no es un movimiento en contra de los hombres saudíes. "No es una lucha entre hombres y mujeres. Es un movimiento a favor de los derechos humanos: hombres y mujeres juntos, defendiendo nuestros derechos".