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Sexo

Una productora porno colombiana nos contó cómo cuida la salud sexual de sus actores

El supuesto contagio de Nacho Vidal de VIH prendió las alarmas en la industria, por eso averiguamos cuáles son las medidas salubres de regulación para los actores porno en Colombia.
Andrea García, productora y directora de cine porno.
Imagen cortesía de Andrea García.

Artículo publicado por VICE Colombia.


Existe un sinnúmero de prejuicios, mitos y estigmas alrededor de la industria del porno y de quienes participan en ella. Existe la creencia de que en la industria se replican narrativas que a lo largo de su historia han afectado su imagen y se relacionan con la violencia sexual, el tráfico y la prostitución, la infidelidad y el bajo autoestima, y la propagación de enfermedades, incluso llegando a ser considerada un problema de salud pública. Sin embargo, con el auge de Internet, la producción pronográfica ha aumentado, diversicando e incrementando la industria más allá de los mitos y formando parte importante de la vida de una sociedad globalizada.

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Y aunque algunos de estos mitos son ciertos (como la conexión entre la pornografía y el tráfico sexual), muchos otros solo hacen parte de los imaginarios colectivos. Existen estudios que han comprobado que el alto consumo de pornografía, más que incentivar las dinámicas de violencia sexual, lleva a tasas menores de violación sexual en algunos países. Además, muchas de las fundaciones dedicadas a la salud sexual de los actores como la AIDS Healthcare Foundation y la Free Speech Coalition, han comprobado que muchos de los casos de contracción de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) en actores de la industria se dan fuera de ella, dentro de círculos personales y no profesionales.

Sin embargo, el terreno de la regulación de la pornografía es oscuro, y no parece ir más allá de las normas que controlan la pornografía infantil, lo que pone en peligro a la industria en términos de propagación de enfermedades e infecciones que podrían crear una cadena de contagio. Recientemente, fue el famoso Nacho Vidal quien encendió las alarmas de la industria cuando un medio catalán publicó que el actor podría estar contagiado de VIH.

La noticia llegó solo una semana antes del viaje de grabación y audiciones de Vidal a Colombia y por eso, VICE habló con Andrea García, quien es quizás la productora y directora de cine para adultos más reconocida del país, para averiguar las medidas salubres de regulación y control del porno nacional. García lleva más de 15 años en la pornografía y fue una de las pioneras del negocio en el país, con la creación de la que fue por mucho tiempo la única productora registrada legalmente, y con el que fue el primer canal pornográfico de Colombia, Kamasutra TV.

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Según García, aunque en el país no existen regulaciones dentro de la industria para prevenir la propagación de enfermedades, este suele ser un espacio muy seguro. “La mayoría de escenas las hago en locaciones diferentes y pocas veces en estudios, pero siempre son espacios muy limpios, con encargados de la desinfección, y los actores y las actrices se bañan antes y después de cada escena. Aunque parezca increíble, los casos de ETS se dan más en la vida cotidiana que en la industria”, dijo García.

Las ETS y la industria del porno son viejos amigos, especialmente cuando el virus del VIH se convirtió en la causa de preocupación más grande dentro de los sets de grabación de Estados Unidos y Europa en la década de los 80. Para ese entonces, la industria entró en paro por más de 60 días, por un un brote que provocó la muerte de 27 estrellas porno entre 1985 y 1992. Desde entonces, en Estados Unidos y Europa se empezaron a exigir pruebas a los actores para identificar ETS cada 14 días. Aunque en Colombia y varios países de Latinoamérica las normas no son las mismas, según García, actualmente los miembros de la industria son “muy cuidadosos, siguen todos los protocolos de seguridad a diferencia de cuando tienen sexo en su vida íntima con sus parejas. Los índices de contagio de ETS se dan más fuera de grabación”.

Y es que la noticia de Nacho Vidal dejó al descubierto las implicaciones que tendría el que un solo actor, con una larga trayectoria y con múltiples colaboraciones, contraiga un virus dentro de un ámbito en el que el sexo sin protección suele ser la norma. A pesar de que Vidal puso freno a las producciones en Europa para dar tiempo a los actores y actrices involucrados de hacerse pruebas de ETS, los protocolos de seguridad entran en jaque cuando se trata de las vidas personales de los actores.

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“Aunque no existen regulaciones en ese ámbito es algo que depende de cada producción. Normalmente, mi productora graba el 80 por ciento del contenido con preservativo, para evitar contagios, pero hay otros que lo hacen sin preservativo. Cuando es así, los actores acá en el país deben someterse a una cuarentena de exámenes, deben hacerse unas pruebas de ETS y VIH por lo menos con 40 días de anticipación a la escena y tener el compromiso de cuidarse y protegerse mientras se graba el contenido”, dijo García.

Según ella, el debate central de las regulaciones del porno gira alrededor de los consumidores, quienes en su mayoría se incomodan con las escenas con preservativo y no se concientizan de la forma en que eso podría afectar a los actores. Es por eso que en varios estados de Estados Unidos no solo se ha contemplado la posibilidad de exigir condones para todas las casas productoras de cine porno, sino también de exigir gafas de seguridad y cuadro de látex para el sexo oral.

“Por ahora, acá en Colombia solo se les hace una prueba antes de comenzar y si están limpios se les programa otra vez 40 días después para otra escena. Acá por lo menos todos los exámenes son pagados por las productoras, no exigimos nada más aparte de eso y del condón cuando queramos”, agregó García. Y es que a pesar de que la pornografía es una industria que mueve más dinero que Hollywood y tiene más influencia económica que Netflix, su sistema de prevención de riesgos, por su naturaleza controversial, es precario.

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Es más que obvio que en Colombia no existe un modelo de cobertura de parte de las ARL para la protección de los actores de la industria porno, sobre todo porque trabajan con contratos de prestación de servicios y no fijos. Es más, tampoco existen medidas de prevención cuando se trata de enfermedades mentales. Se ha comprobado que a causa de la estigmatización que sufren quienes trabajan en la industria, estos son muy propensos a padecer ese tipo de afecciones, que se suman a las altas tasas de cansancio y agotamiento físico.

“El trabajo en la industria se basa en las responsabilidades de cada persona que decide entrar: tienen que saber que es un peligro que deben asumir, como cualquier otra profesión de alto riesgo. Yo siempre estoy cuidando la salud y el bienestar de mis actores, pero ellos también deben tener conciencia de sus acciones, de sus parejas sexuales, de sus métodos para cuidar su salud mental”, dijo García.

En la industria, por lo menos en Colombia, los aspirantes a actores suelen contar con buenos niveles de salud y estados físicos que les permiten aguantar largas jornadas, además no deben ser propensos al consumo excesivo de alcohol ni drogas, y deben contar con una resistencia mental favorable. Es por eso que cuando uno de los actores llega a contraer una ETS, las productoras inmediatamente deben asegurarse de parar la producción y rastrear las parejas sexuales de ese actor por los últimos tres meses.

“Aunque nunca me ha ocurrido con ningún actor o actriz, acá lo que hacemos es declarar una cuarentena general, toda la industria se detiene porque es una cadena de contagio y el virus no se manifiesta de inmediato. Aún así, si se demuestra que al momento de grabar todas las personas tenían sus exámenes vigentes y eran negativos, es algo que no recae en la productora”, dijo García. Sin embargo, según la directora, hablar de epidemias en la industria pornográfica es un escenario exagerado, ni siquiera tratándose de actores como Nacho Vidal, “toda la gente se escandaliza, pero la mayoría de contagios no suceden en la industria, eso solo pasa cuando no se siguen bien los protocolos”, concluyó.

Han pasado casi tres semanas desde el anuncio del supuesto VIH de Nacho Vidal, y a pesar de que el actor no ha dado declaraciones, canceló su visita al país y será demandado por dañar el buen nombre de una actriz que fue acusada de contraer el virus gracias a él. Su caso, tan publicitado, solo deja en evidencia la vulnerabilidad de las medidas de seguridad salubres de una industria con un crecimiento exponencial, y que abre el debate sobre la regulación de sus efectos en sus actores.

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