La espera casi llega a su fin.
Después de desgarrarse el ligamento cruzado anterior durante el entrenamiento de primavera —una lesión que se esperaba lo dejara fuera por el resto de la temporada— Marcus Stroman está listo para debutar el sábado, en medio de una carrera por el banderín, frente a los rivales de la división, los Bronx Bombers, en el Yankee Stadium. Más dramático que eso no podía ser.
El martes, Toronto despertó con una ventaja de medio partido para posicionarse en primer lugar, por encima de los Yankees, en la Liga Americana del Este.
Stroman, de 24 años, obtuvo resultados mixtos en sus dos pitcheos de rehabilitación, el más reciente el lunes cuando lanzó en tres entradas cuatro bases por bola y cinco ponches antes de alcanzar su límite de lanzamientos. Sin embargo, insistió que se siente muy bien, y que está encomendado a lanzar con el uniforme de los Blue Jays este fin de semana en un encuentro donde hay mucho en juego.
Stroman reemplazará a un Mark Buehrle maltrecho, quien se tomará un respiro y regresará a Toronto para recibir una inyección de cortisona.
Después de una tremenda temporada como novato en donde logró un promedio de carreras limpias permitidas (ERA por sus siglas en inglés) de 3.65 y un promedio de bases por bolas y hits permitidos (WHIP) de 1.17 en 130 2/3 de entradas, Stroman era el favorito para abrir en el Opening Day antes del incidente en los campos de práctica en marzo que lo obligó a someterse a una cirugía de rodilla.
Después de seis agotadores meses de rehabilitación, el diestro ha sido lanzado al ruedo frente a los impredecibles Yankees y ha entrado a la rotación de Toronto —al menos temporalmente— mientras el equipo busca terminar con la sequía de playoffs más longeva de las ligas mayores y llegar a la postemporada por primera vez desde 1993.
Stroman declaró en marzo, después de conocer su desalentador diagnóstico, que su regreso sería legendario. Y vaya que es justo lo que pidió.
Cero presión.