Canadá instala dispensadores de jeringas para proteger la vida de los adictos

Las autoridades de sanidad de la ciudad de Ottawa, en Canadá, instalarán dispensadores automáticos de jeringas en un intento por reducir la transmisión de enfermedades en los adictos. Este nuevo dispositivo llega en medio de una epidemia de opioides en el país. En Alberta y la Columbia Británica las sobredosis ya han superado récords, cosa que obliga a declarar una emergencia sanitaria.

Los dispositivos estarán equipados con agua potable, algodones con alcohol, y un espacio designado para botar las jeringas usadas. Sin embargo, estos dispensadores automáticos no contarán con Narcan, un antídoto utilizado en casos de sobredosis, también bastante difícil de conseguir en Ottawa, a pesar de las promesas del Estado para ponerlo al alcance de los ciudadanos.

"Hemos visto un aumento de sobredosis causadas por opioides, son menos que en Vancouver, pero sabemos que la situación puede empeorar rápidamente", explicó Vera Etches, responsable de salud pública en Ottawa.

Etches dijo que los cinco dispensadores hacen parte de un proyecto piloto que va a sumarse a las medidas ya puestas en marcha: los centros de reducción de riesgos y el intercambio de jeringas. También tienen una camioneta que va en busca de personas con problemas de drogadicción durante el día. "Muchas veces, los consumidores de drogas se niegan a pedir ayuda", dijo Etches. Los dispositivos también brindarán información sobre cómo acceder a otros servicios sanitarios enfocados en adicciones.

Etches asegura que el objetivo es llegar a tanta gente como sea posible, ya que el estado de salud de los consumidores preocupa a las autoridades sanitarias en Ottawa. Por ejemplo, un 13% de los 5.000 adictos que se inyectan en la ciudad son portadores de VIH, mientras que un 70% tiene Hepatitis C.

Por otro lado, la responsable de salud pública en Ottawa dijo que solo los inscritos en el programa podrán tener acceso a los distribuidores a través de fichas especiales.

En 2014, las autoridades sanitarias instalaron dispensadores en Vancouver, que es donde se registran los niveles de adicción más altos de ese país. Estos dispensadores proveían pipas limpias para fumar por solo 25 centavos de dólar canadiense, una medida que sirvió para frenar la transmisión de ciertas enfermedades.

Etches señala que otros países, como Nueva Zelanda y Australia han tenido resultados positivos después de haber instalado dispensadores de jeringas y pipas.

Otras organizaciones de Ottawa planean solicitar al gobierno la instalación de salas de consumo, ya que Vancouver es la única ciudad en Canadá que cuenta con este tipo de espacios.

El mes pasado, el ministro de salud de Canadá propuso una nueva ley, que de ser adoptada, permitiría gestionar las leyes de drogas y así facilitar la apertura de salas de consumo en todo el país.

Este artículo fue publicado originalmente en VICE News, nuestra plataforma de noticias.