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La fabricación de la cerveza siempre ha sido un juego de mujeres

Las mujeres han fabricado cerveza desde épocas antiguas como la egipcia y fue hasta la Plaga Negra que se convirtió en un trabajo de hombres. Sin embargo hoy las mujeres la están reclamando como un hijo que dieron a luz.

La industria de la fabricación de cervezas artesanales siempre ha sido vista como una actividad de un club de hombres con barba, fabricantes llevan haciendo esto desde siempre.

En el antiguo Egipto, la cerveza era elaborada por las mujeres dándoles una forma de ganar dinero extra y bienes permutados. Los dioses a menudo recibían ofrendas de cerveza, especialmente Tjenenet, el dios egipcio de la cerveza y el nacimiento. Mientras que los griegos veían el vino como la bebida de un hombre, la cerveza era considerada afeminada, por esta razón era hecha y consumida por mujeres.

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Por toda Inglaterra medieval, las esposas fabricaban la cerveza en los estrechos confines de la esfera doméstica para toda la familia y para que diario pudieran tomar un sorbo de ella. La cerveza estaba hecha de granos, agua y luego se fermentaba con levadura para elaborar cerveza durante un día en grandes ollas efervecientes. La cerveza temprana podía parecerse al agua estancada, pero se limpiaba con minerales, por lo tanto era mucho más seguro beber cerveza que agua. De esta forma la cerveza era una mejor opción para beber.

Al principio, elaborar cerveza era otra tarea de una de las tantas interminables del hogar, pero eventualmente se convirtió en un actividad lucrativa, proveyendo a las mujeres de independencia financiera. A diferencia de otros oficios que requerían propiedad de la tierra, aprendizaje o la educación, fabricar cerveza no implicaba salir de casa por lo que era permitido.

Hasta el siglo 15, las mujeres estaban fabricando y vendiendo cerveza para el uso doméstico y comercial. Si estabas en el hábito de vaciar jarras de cerveza cada noche, siempre estaba el trabajo de una mujer.

Después de la Plaga Negra, esto cambió. Muchas personas en Inglaterra se quedaron sin mano de obra, debido a la cantidad de muertes por la plaga. Sin embargo los salarios aumentaron significativamente y los trabajadores fueron capaces de gastar más dinero en cerveza. Cuando las casas de Ale abrieron, las producción de cerveza se movió de la casa a la fábrica. Cuando la fabricación de cerveza se volvió más comercial, se movió a las manos de los hombres. A diferencia de las fabricantes mujeres, los hombres empezaron a poseer los recursos financieros, culturales y legales para conquistar esta gran industria. Y así el club de los hombres empezó.

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Para principios del siglo 17, toda la cerveza europea había brincado, gracias a una monja alemana. Cinco siglos antes Hildegarde von Bingen, un científico natural y herbolario, fue el primero en descubrir que agregar el lúpulo a la cerveza aumentaba radicalmente su vida útil. Bingen vivió hasta la edad de 81 años, que era mucho para su tiempo.

Ahora, sin embargo, estamos llegando al punto de partida, con un número creciente de mujeres que se dedican a fabricar cervezas artesanales. En Inglaterra, 197 micro-cervecerías abrieron el año pasado y ahora muchas de ellas, hay mujeres valientes en el centro de este auge preparando cerveza de forma independiente, en lotes pequeños. Casi un cuarto de ellas tienen un diploma de fabricadoras de cerveza.

Jenn Merrick, la directora de la cervecera Beavertown en el norte de Lodres, es una de ellas y es ampliamente conocida por su gusto por los sabores poco salvajes. "En este momento ese tanque está fabricando cerveza sabor cereza y cerveza grosella" menciona. "Fermentamos los azúcares fuera de la fruta, así que todo lo que queda es lo que le da el aroma y el color. Sabe casi como a un vino dulce".

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Adentro de Beavertown Brewery. Imagen cortesía del fabricante.

Nacida en la montañas rocosas de Salt Lake City, Merrick creo una relación con la levadura que inició con la cocción en lugar de elaboración de la cerveza. Rápidamente se aburrió de la tienda de Bagels en la que trabajaba y se cambió a la cerveza. "Empecé mi carrera de bebedora en el local de cerveza en Rocky Mountains, pero después de mucho me di cuenta de que tenía que aprender a cómo hacerlo, así que me moví a Inglaterra".

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En el noreste en la ciudad de Sunderland, Merrick se metió en un curso intensivo para fabricar cerveza en el Brew Lab College, en donde dijo que no fue fácil poner un pie como mujer, sin embargo esto cambió cuando la calificaron. Aún así, cuando empezó a trabajar en York Brewery después de graduarse, le tomó tiempo a la vieja escuela acostumbrarse. Estaba lleno de hombres de Yorkshire que llevaban trabajado allí 40 años. Si bien la mayoría eran bienvenidos, otros no lo eran tanto. Me daban una palmadita en el hombro o bien no tomaban en cuenta mi opinión. Me imagino que era porque desde hacía muchos años había sido una industria de hombres y no estaban acostumbrados a que hubieran mujeres".

Al igual que todos los fabricantes de cerveza que empezaban, Merrick tuvo que trabajar duro. "Tenía que pasar mi tiempo levantando y llenando barriles" menciona. Definitivamente no es una opción profesional para cualquier persona que no puede hacer el trabajo de un día duro".

Merrick hizo su camino a través de un puñado de fábricas de cerveza antes de que finalmente se uniera a Beavertown como maestra cervecera en 2013. Al igual que manejar a un equipo de 15 personas, pasa su día inventando recetas, retomando otras antiguas y asegurándose de que la cerveza sepa bien. Es un gran negocio. "En este momento tenemos más peticiones de las que podemos aceptar". Estamos ahora vendiendo a los bares y tiendas de cerveza en Escocia y Escandinavia".

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Con mucho tiempo en la escena de la cerveza artesanal, Merrick menciona que su actitud experimental hacia el sabor se extiende por su personalidad. "Fabricar cerveza se trata de hacer diferentes cervezas, probar con todo. Si tienes 70 fábricas pequeñas de cerveza en lugar de una gran compañía multinacional grande, vas a crear oportunidades mucho más amplias para los trabajadores involucrados. Por otro lado también menciona que "las nuevas generaciones de bebedores creen que hay mucho más que la brecha de género en la escena de cerveza artesanal, al final ¿Qué importa quién la fabricó?"

Sara Barton

Sara Barton. Imagen cortesía de Sara Barton.

Afuera del acogedor mundo de la cerveza artesanal, el acto de beber continúa siendo asociado con tropas de machos. El mundo de la cerveza está llena de anuncios sexistas. Sara Barton , quien en 2012 ganó el título de "Cervecera de año", menciona que la mitad de la sociedad está siendo descontada cuando los anunciantes buscan cerveza en los hombres.

"No sólo la mercadotecnia puso a las mujeres fuera del mundo de la cerveza. Constantemente nos dicen que no es buena para nosotras porque tiene muchas calorías", menciona. "En realidad la cerveza es más sana que cualquier otra bebida alcohólica" Está hecha con ingredientes naturales y frescos, como lúpulo, el trigo y la cebada, las cuales incluyen vitamina B Not only does the marketing put women off beer, we're constantly told that it's bad for us, that it's high in calories," she says. "In reality, beer is much healthier than other spirits and alcopops out there." Not only , naicin, y zinc.

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Después de trabajar en una gran cantidad de fábricas de cerveza, Barton decide poner el suyo en 1998 "No pude experimentar la pasión de hacer cerveza en una escala industrial. Por lo que decidí poner la mía, aunque fuera más pequeña y así fue como puse Brewsters."

De acuerdo a Claire Monk, quien puso su propia cervecera Wellbeck Abbey, cuando tenía 23 años, la denuncia de Bartonwhen sobre su título fue inspiración. " Empecé mi propia cervecera desde cero, menciona Monk y "tenía que hacer todo, desde fabricar hasta vender, encontrar nuevos clientes, mantenerlos, llevar las órdenes, hacer facturas". Desde que se fundó en 2011, Welbeck ha crecido rápidamente y ahora cosecha 18,000 botellas en una semana, distribuyendo a 300 bares independientes en un radio de 35 millas de radio. Monk decidió dedicarse a esto después de graduarse en microbiología. "Siempre he sido una especie de geek de la ciencia, entonces quería saber porqué la cerveza tenía ese color y sabor".

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Claire Monk. Imagen cortesía de Claire Monk.

Monk menciona que está contenta de que la imagen de la cerveza y fabricante esté cambiando. "Cuando las personas se dan cuenta de que eres una mujer joven que hace cerveza, se impresionan", menciona. "Las personas definitivamente están empezando a abandonar la imagen anticuada de hombres barbones bebiendo cerveza".

Puede que todavía haya mucho camino por recorrer antes de que las mujeres estén plenamente consideradas como consumidores de cerveza, ya que hay dinosaurios en todas las industrias. Pero desde que una productora de cerveza sacudió la industria, se ha empezado a diversificar lentamente, abriéndole camino para no sólo regresar, si no también apropiársela y volverla su profesión. La cual alguna vez fue suya.