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informes desde río

La más loco de la saga de Lochte es que haya sido investigada siquiera

Toda la saga de Lochte comenzó porque la policía investigó un robo —algo que para millones de cariocas, resulta casi sin precedentes.
Jack Gruber-USA TODAY Sports

La saga de Ryan Lochte ha destilado tantas narrativas a una misma historia que es muy difícil seguirlas todas. Además de retratar el comportamiento de un tipo muy específico del pendejo estadounidense, también, en palabras del New York Times, "ha desatado una discusión dentro de Brasil acerca de la percepción del privilegio, la responsabilidad y el peligro en una sociedad en la que muchos brasileños lamentan lo expuestos que están a niveles alarmantes de crímenes violentos y corrupción policial".

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Uno de los elementos menos discutidos es el grado al que el sistema de justicia existe para los ricos y los extranjeros en Rio pero no para el resto de la población. Recordemos que en un principio esta fue una investigación en la que Lochte y otros estadounidenses eran las víctimas. La cantidad de recursos policiales destinados a descubrir si un grupo de nadadores fue asaltado prácticamente no tiene precedentes para millones de cariocas.

Los Juegos Olímpicos en general ya destacaban por la inequidad en términos de seguridad antes de las payasadas de Lochte. En Copacabana, Barra de Tijuca y en los sitios olímpicos alrededor de Maracaná y Deodoro, la policía y el ejército son visibles en casi cada cuadra, así como formados en las rutas que los unen. Pero cuando manejé por el barrio de Ramos, en la zona norte fuera de la burbuja olímpica, no vi a un solo policía o oficial del ejército.

El caso de Lochte es un ejemplo extremo pero preciso del tipo de personas a las que atiende la policía de Rio. "En [las favelas] y los suburbios, no es muy común tener una presencia policiaca visible ni que los crímenes se investiguen, contrario a los barrios que tiene mayor poder adquisitivo, como en la zona sur y en Barra da Tijuca", dijo Lidiane Malanquini, coordinadora de asuntos de seguridad pública para la ONG Redes de Desenvolvimiento da Maré. "En aquellas zonas, los residentes no buscan a la policía cuando se hallan en situaciones de conflicto o crimen".

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La gasolinería donde Lochte y otros tres nadadores orinaron ya es un destino para los medios. Photo by Glenn Andrews-USA TODAY Sports

Malanquini explica que décadas y décadas de desconfianza, corrupción y violencia hacia los residentes de las favelas y de las zonas de clase trabajadora han dado como resultado una atmósfera tóxica en la que los ciudadanos no sienten que pueden acudir a la policía para reportar cualquier tipo de crimen. "Hay una historia de interacción entre la policía y el barrio de Maré que está marcada por serias violaciones de derechos humanos como el allanamiento de morada, la violencia física, verbal y psicológica". Malanquini dijo. "En este sentido, la relación entre los residentes con la policía está marcada por la desconfianza mutua y el descreimiento en la efectividad del trabajo policial". Esa falta de confianza se extiende no solo a las capacidades de investigación de la policía, sino a sus hallazgos también, así como al modo en el que son presentadas por los medios, que tratan a los residentes de las favelas como criminales.

Todo esto quiere decir que, para millones de cariocas, la cantidad de recursos policiacos destinados a investigar el supuesto robo a mano armada en el caso Lochte no tiene precedentes. Cuando alguien de Maré o de cualquier otra favela va a la policía, los casos apenas si se investigan, y mucho menos se involucran jueces ni policía federal. Incluso las investigaciones de crímenes más serios, como el asesinato de once residentes de Maré en junio de 2013 a manos de la policía, no han sido llevadas a término. Y no solo sucede así cuando quienes jalan del gatillo son los policías. Malanquini dice que solo el cinco por ciento de los homicidios en Maré terminan en un arresto y sentencia.

Malanquini cree que la policía hizo de este caso una prioridad porque involucraba a nadadores estadounidenses y porque sucedió durante los Juegos Olímpicos. "La policía civil no habría sido capaz de armar una investigación ni de responder en tan corto tiempo".

Aún así, hay una parte del caso Lochte al que Malanquini sí le parece relevante: "El robo a mano armada en Rio de Janeiro es parte de la vida diaria de los residentes. En cuanto me enteré, pensé que le podría haber ocurrido a cualquier otro residente o turista".