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42 km de prejuicios

Peleando contra el tabú de la menstruación

El periodo menstrual aún se considera un enorme tabú en los deportes y casi nunca se discute sobre ello. Hablamos con Kiran Ghandi, quien eligió el sangrado libre mientras competía en el Maratón de Londres.
Image via @madamegandhi on Twitter

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Tuve mi primer periodo en el partido entre el Cardiff y el Birmingham cuando tenía trece años. Cuando empecé a llorar por un nuevo cambio de pesadilla desencadenado sobre mi cuerpo, mi madre me tranquilizó diciéndome que la mitad de la raza humana tiene periodos la mayor parte de su vida adulta. En otras palabras, no era especial. Ella tenía razón: el periodo es algo totalmente normal que sucede todos los meses sin que cause alboroto o atraiga osos al pueblo. Las migrañas, la fatiga, la hinchazón, los calambres y los pechos inflamados son sólo una parte del hermoso paquete que trae consigo el útero.

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Sin embargo, a pesar de ser tan normal, la menstruación todavía se considera un enorme tabú para las mujeres en el deporte. Heather Watson, tenista británica, tuvo que llamar a un médico al final de su primer set en la primera ronda del Open de Australia de 2015, debido a que estaba experimentando mareos, nauseas y tenía poca energía. Consecuencias que las integrantes de la comunidad uterina conocen muy bien.

La actuación de Watson motivó a la ex número uno de Gran Bretaña, Annabel Croft, a decir que los problemas mensuales de las mujeres se arrastran por debajo de la alfombra y que este estigma obliga a las deportistas a sufrir en silencio. Una investigación realizada por la UCL y la Universidad St. Mary encontró que más de la mitad de las mujeres atletas encuestadas cree que su ciclo menstrual afecta su entrenamiento y rendimiento. Cuando tu carrera depende casi por completo de tus habilidades físicas, es obvio que va a ser difícil rendir al máximo cuando tu útero se está desangrando y te sientes como una vaca lechera.

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Con tantas deportistas informando cómo es que su ciclo menstrual impacta en su rendimiento, parece extraño que la menstruación sea un tema totalmente ausente del discurso deportivo. Los comentaristas van a salir con exactamente la misma mierda al tratar de explicar las bajadas de rendimiento —como el cambio de entrenador o que tu madre es Judy Murray— pero el efecto de un fuerte periodo nunca se discute.

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Si alguna vez has tenido a un estúpido ex novio que te pregunte si estás en tu periodo sólo porque NO ENTIENDE POR QUÉ ESTÁS MOLESTA, estarás de acuerdo que no es ideal escuchar a comentaristas masculinos especulando si una mujer está o no menstruando. Sin embargo, cuando las lesiones y los límites mentales se discuten con tanta extensión, es solo falta de voluntad siquiera reconocer que una ocurrencia mensual pueda afectar a las mujeres deportistas. No hablar de ello sólo sirve para contribuir a estigmatizar el periodo menstrual.

Cuando la nadadora china Fu Yuanhui admitió que su periodo le impidió desempeñarse al 100% durante los recientes Juegos Olímpicos de Rio, una serie de aficionados dijeron que ni siquiera entendían cómo una mujer puede nadar durante su periodo. Yo eso lo usaba como mentira para intentar convencer a mis profesores de que no podía hacer educación física durante mi pubertad, pero es repugnante como los tabúes sobre el periodo han llevado a muchos a la desinformación total acerca de la menstruación.

La nadadora china Fu Yuanhui. Imagen vía PA Images

Para hacer frente a tales actitudes anticuadas sobre el periodo, una mujer decidió tratar de cambiar estos conceptos erróneos. El año pasado, Kiran Gandhi corrió el maratón de Londres y dejó de lado las compresas y los tampones y prefirió el "freebleed" o "sangrado libre" durante su carrera. Kiran recorrió los 42 kilómetros completos con su entrepierna cubierta de sangre porque a nadie de gusta la sensación de una empapada bola de algodón en el interior de su vagina. Aprovechó su caso para iniciar una conversación global acerca del estigma del periodo, de las mujeres atletas y del acceso a artículos sanitarios en el 'primer' mundo.

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Con todo esto en mente —y dada mi predisposición natural para hablar en voz alta y sin cesar de la menstruación— decidí pasar mi último periodo al estilo freebleeding, para ver cómo se siente vivir y funcionar como un ser humano normal cuando estás sangrando por todas partes.

La semana avanzó con toda la suntuosidad sumándole una ceremonia de un conjunto de sábanas manchadas de sangre y hasta me forcé a salir a correr el primer día. A pesar de hablar mucho en los días antes de mi periodo, en realidad yo estaba un poco aterrada ante la perspectiva de pasearme por los alrededores de Manchester con mi entrepierna cubierta de sangre.

Esperaba que fuera una carnicería absoluta y predije que me sentiría asquerosa durante los diez kilómetros. Pero, para mi sorpresa, estuvo totalmente bien. El ejercicio es inherentemente horrible, y lo odio, pero de alguna manera me sentí más cómoda obligándome a correr sin algún objeto extraño metido hasta el cuello uterino. La distancia que estaba cubriendo se queda corta en comparación con el maratón de Kiran, pero todo el asunto era bastante agradable. Efectivamente, había un poco de sangre, pero quedaba lejos de ser el festival del chorro que había previsto y no necesité ninguna operación industrial de limpieza una vez que llegué a casa.

La reacción de los medios de comunicación por el maratón sin protección de Kiran sugirió que nuestras actitudes hacia la menstruación no son mucho más avanzadas que desterrar a una mujer contaminada a la salida del pueblo durante cinco días o no dejarla estar cerca de una iglesia. Ambas son cosas que suceden en algunos lugares, además de que el exilio de mujeres durante su menstruación sigue siendo totalmente legal.

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Es por eso que las acciones como las de Kiran son tan importantes para llamar la atención sobre la manera en que las mujeres se ven afectadas por el estigma del periodo. Kiran me dijo que pensaba que mucha gente entendió mal el mensaje de su maratón, haciéndose a la idea de que lo que trataba de decir era que los tampones son opresivos y todas las mujeres deben optar por el freebleeding. La realidad es que para ella, el freebleeding significa dar prioridad a su propia comodidad sobre la vergüenza que otros han construido en torno a la menstruación.

"Vivimos en un mundo en el que no podemos hablar de algo que es tan normal", me dijo. "Y la razón por la que no podemos hablar de ello se debe a que dan prioridad a la comodidad de los hombres, hemos construido algo desagradable de algo que tendría que ser normal del todo. Como consecuencia, las ramificaciones son tan problemáticas para la igualdad de la mujer en nuestra sociedad que hay que hablar de ello ahora.

"En el peor de los casos, en países en desarrollo se les impide a las mujeres ir a la escuela y en el hemisferio norte hemos estado tan restringidas que sólo han habido tres innovaciones para el periodo de las mujeres en los últimos 500 años —una almohadilla, un tampón y una taza—, y la razón es porque no podemos hablar de ello. ¿Eso es opresivo? Sí. ¿Usar un tampón es opresivo? No".

Image vía Instagram

El segundo día decidí hacer un poco de yoga en mi habitación. Sea cual sea el vídeo de yoga que elijas —desde uno sobre Hatha básica hasta uno de Bikram que te haga sudar como nunca— tu instructor siempre te dirá que "escuches a tu cuerpo".

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La menstruación siempre se ha presentado como este terrible inconveniente que tenemos para ser arbitrarias, pero en realidad es tu cuerpo haciendo algo importante y poderoso. Y fue mucho más cómodo hacer el saludo al sol sin sentir un tampón en mi vagina.

Los productos sanitarios que se comercializan con más frecuencia son promocionados bajo el concepto de que nos de pena nuestro periodo. La atención se centra en mantener el flujo discreto y secreto para garantizar que nunca tendrás una fuga vergonzosa, hecho que podría dar lugar a una especie de pena que los consuma todo y que al final te haga estallar en llamas por la vergüenza.

El acceso a artículos sanitarios es, sin duda, un privilegio que gozan las mujeres en el mundo desarrollado. A lo largo de mi búsqueda por hacer ejercicio sin tener que usar algodón luché con la pregunta de si mi viaje de auto descubrimiento fue una indicación deplorable de mi inmenso privilegio. El freebleeding era sólo una idea divertida y liberadora para mí porque era una opción de lo que estaba haciendo, y soy muy consciente de que muchas mujeres no tienen esa opción, ya que están completamente privadas del acceso a artículos sanitarios.

Kiran no se fija en las críticas: "Sinceramente, es el argumento que utilizan cuando la gente en el mundo occidental trata de hacer cualquier tipo de activismo. Nací en una situación extremadamente privilegiada, pero yo no elegí. Pero lo que puedo elegir es cómo actúo con tales privilegios. En mi contexto, sé que si corro una maratón y sangro libremente, no seré baleada por los talibanes cuando cruce la línea de meta. Saberlo es una enorme fuente de poder. Mientras que si estoy en otro contexto y elijo sangrar libremente, las consecuencias son tan graves que no tengo el lujo de poder elegir".

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El día más pesado de mi periodo llegó como una sentencia de muerte ya que a pesar de sentirme como Carrie en el baile, había hecho planes para jugar a fútbol. Ser la única chica en un equipo lleno de muchachos ya es lo suficientemente complicado sin tener el temor de que vas a estar jugando con la sangre de tu periodo escurriendo por tus muslos.

Imagen vía Instagram

Sabia, sin lugar a dudas que iba a sangrar. No hubo preocupaciones acerca de lo que podría salir mal porque elegí exactamente lo que iba a pasar. Esta vez empecé a sangrar a través de mi ropa interior, por lo que tuve que protagonizar una operación de limpieza cuando llegué a casa, pero nada muy preocupante. Me sentía cómoda sabiendo que estaba jugando mientras mi cuerpo estaba funcionando de tal manera que los cuerpos de los demás jamás podrían llegar a hacerlo.

Como acto personal o político, el freebleeding trata de hacer visual algo que se oculta y es estigmatizado. A las mujeres se les dice que deben mantener sus periodos en secreto para evitar la vergüenza de ser vistas por los demás y esto es parte de una cultura que considera a la menstruación como algo sucio y vergonzoso. Cuando hablé con Kiran sobre nuestras experiencias, expresó sus frustraciones priorizando su propia comodidad a la aceptación de la pena que otros han colocado en ti.

"Lo segundo que me di cuenta durante la maratón, fue la propia vergüenza que tenía tan interiorizada. Creía que estaba poniendo la comodidad de los transeúntes por delante de la mía y eso aún me hizo querer más 'sangrar libremente'", dijo Kiran.

A pesar de que ocurre cada mes y afectar seriamente el rendimiento, todavía se espera que las mujeres finjan que los calambres, la coagulación y la hinchazón no existe. Es por eso que la decisión de Kiran del sangrado libre durante la maratón de Londres fue tan destacada porque es importante mostrar que simplemente dar prioridad a la comodidad propia por encima de una construcción patriarcal representa un acto revolucionario.

Hablar abierta y honestamente acerca de la menstruación es muy importante, ya sea en la pista, en el parque o en el terreno de juego. En una sociedad en la que estamos más acostumbrados a sexualizar a las deportistas que escuchar que alguien está en sus días, nos hace pensar que estamos muy atrasados. Las discusiones francas y abiertas son cruciales para romper las barreras y eliminar el estigma del periodo, no sólo en el deporte sino en todos los ámbitos de la vida pública.

Sigue a la autora en Twitter: @EmiliaBona