FYI.

This story is over 5 years old.

Identidad

La cistitis es infernal

Las infecciones del tracto urinario (ITU) pueden provocar un dolor terrible y en ocasiones desembocar en una ceguera temporal.
Photo by Sean Locke via Stocksy

Si 2014 fue el 'Año dedicado a la lectura de obras de mujeres', 2015 fue el 'Año dedicado a leer consejos en internet sobre cómo curar las ITU (Infección de tracto urinario)'.

Hice este mismo chiste en Twitter hace unos meses, sin ser consciente de hasta qué punto sería desgraciada y terriblemente cierto. Antes de ahora, la ITU ha ido apareciendo y desapareciendo de mi vida con suficiente irregularidad como para permitirme ignorarla, gestionarla emocionalmente de una forma efectiva y reírme de ella (mientras cruzaba las piernas). Ahora, sin embargo, es diferente. De repente, me he vuelto en cierto modo "susceptible", es decir, me he convertido en una mujer que toma diariamente suplementos de arándano, lleva Uristat en el bolso y se asegura de saber decir "cistitis" en los idiomas de todos los países que visita. Es un tormento tanto psicológico como físico, sobre todo porque hay formas de prevenirlo, pero en ocasiones no funcionan. Infecciones del tracto urinario: provocadas por el sexo, pero también por otros motivos; tratables con productos que contienen arándano, más o menos. Algunas fuentes indican que es preciso mear antes y después de tener sexo, aunque es más importante después y parece imposible conseguir ambas cosas; otros médicos afirman que morirás sin remedio si orinas antes del sexo. El sexo se convierte en algo de lo que recelas y que te provoca ansiedad, en una experiencia tras la cual cruzas los dedos (y, efectivamente, haces pis).

Existen muy pocas representaciones de las ITU dentro de la cultura popular, de hecho, una búsqueda rápida en inglés de "ITU en la cultura popular" (UTIs in popular culture) en Google solo te dirige a artículos sobre "cultivos de orina" (urine cutures), ese tedioso proceso mediante el cual un profesional médico te diagnostica algo que tú ya sabías que tenías. "Pues sí, tienes una ITU", dice la enfermera de urgencias vestida con bata blanca, meneando la cabeza mientras te escribe una receta. Esta confirmación es uno de los pocos consuelos que te quedan en esta situación. Esperamos que estas historias lo sean también.

Foto por Daniel Wirgaard vía Stocksy

Sophie, 25

Hace algunos años me embarqué en una expedición "mochilera" de un año de duración con mi novio de la universidad. Probablemente tuve una ITU leve cociéndose durante todo el tiempo,lo que no resulta sorprendente teniendo en cuenta que nuestra intimidad se veía relegada a espacios incómodos o de algún otro modo indeseables. Uno de aquellos espacios era una especie de estructura inclinada ubicada en una aislada ladera de una montaña en Ecuador. Por supuesto, cuando nuestra semana de estancia casi tocaba a su fin, la ligera irritación que yo había estado ignorando se convirtió en una violenta ITU. Mis intentos desesperados por expulsar totalmente el demonio de mi interior fueron un fracaso. En lugar de arrastrarme montaña abajo para visitar a un médico, opté por tomarme los antibióticos genéricos (y yo sospecho que caducados) de mi novio. Sin embargo, mi alivio fue muy breve, porque desarrollé una floreciente infección por levadura. Tuve que soportar lo peor de esta dolencia especialmente desagradable mientras viajábamos toda la noche en un autobús a través de las montañas, pasé todo el viaje gruñendo teatralmente y mirando amargamente a mi novio mientras dormía. Sigo teniendo la cara cubierta de sangre y me siento muy confusa

Louisa, 25

Tengo diez años y estoy comiéndome un kebab con mi tía Paula en mi restaurante de kebabs favorito cuando de pronto me doy cuenta de que estoy a punto de mearme encima. "No cagues donde comes", reza el viejo dicho. O, en mi caso, "no te mees en el suelo de tu restaurante de kebabs favorito si esperas que te dejen volver", así que voy a toda velocidad hasta el lavabo y llego justo a tiempo. Las cosas ahí no marchan bien, por decirlo finamente. Abro la puerta de una patada y salgo del lavabo gritando "¡He ido a hacer pis Y HAY SANGRE!!!" Los hombres que hay en el restaurante —cobardes como son— se hunden más en sus sillas y se esconden tras sus panes de pita mientras mi tía me mira con esa expresión autocomplaciente que a día de hoy todavía no puedo sacarme de la cabeza. "Vamos, cariño. Tenemos que hablar", me dice en voz baja, riendo para sus adentros mientras me acompaña hacia el coche y me explica que se trata de una parte natural de la vida de toda mujer. Paso el resto de la semana pensando que mi interior va a arder como los fuegos del Monte del Destino cada puto mes hasta que me llegue la menopausia o me suicide, pero más tarde descubro que en realidad eso no es la regla, sino más bien una ITU inducida por mi propio hedonismo. En esta ocasión fue por permanecer en un jacuzzi durante horas, aunque el resto de mis ITU también pueden atribuirse al hedonismo. El pasado fin de semana estuve en un jacuzzi de Airbnb y tuve otra ITU. Y probablemente esto me volverá a suceder.

Zing, 24, editora de Broadly UK

Me encontraba en el Festival de Glastonbury del año pasado en el Reino Unido y estaba especialmente emocionada por ver la actuación de Kanye West. Cinco horas antes de que empezara el concierto sentí aquellas punzadas tan familiares e inmediatamente empecé a cagarme en la puta. Me imaginé saliendo disparada a la carrera para llorar y mear en el arbusto más cercano mientras Kanye tocaba alguno de sus super hits, como "Black Skinhead" o "Jesus Walks". Y aunque en Glasto puedes obtener toda una gama de oscuras drogas con nombres que literalmente son solo una hilera de números y letras, lo tienes muy jodido si quieres zumo de arándano. Debí de ir al lavabo como cinco veces seguidas mientras esperaba que Kanye empezara, incluso recurrí a un jipi que me dio un masaje chi en el interior de un tipi nativo americano, con la esperanza de que pudiera expulsar la ITU de mi cuerpo a base de masajear. Finalmente mi amiga recordó que llevaba encima pastillas de D-manosa, que básicamente actúan como un extracto de arándano muy potente. Mi ITU desapareció como por arte de magia justo antes de que Kanye empezara. Puede que llorara durante "Bound 2", pero os aseguro que el 90 % de mis lágrimas se debían al tremendo alivio.

Kristen, 27

Tuve una ITU durante un viaje para hacer snowboard en Corea del Sur con diez colegas surcoreanos entre los que solamente había una chica. Lloré en la montaña. Lloré durante el almuerzo. Fingí que Corea del Sur me abrumaba, pero es que no sabía hablar coreano suficientemente bien ni para comprar un triste paracetamol. .

Callie, 25, editora ejecutiva

Tengo ITU todo el tiempo, pero los médicos no están seguros de si es porque tengo una bella y frágil uretra (bastante probable) o porque mi novio tiene la maldición del temido Semen del Infierno (también probable). Normalmente me limito a beber zumo de arándano y quejarme hasta que la ITU se decide a largarse. No obstante, a principios de 2015 ignoré una durante mucho tiempo y empecé a tener la visión borrosa como una semana después. "Oh", pensé, "me estoy quedando ciega. Bueno, no pasa nada". Fui al oftalmólogo y me compré unas gafas carísimas, pensando que tendría que acostumbrarme a llevarlas durante el resto de mi vida. Pero más tarde me enteré de que una infección de riñón había provocado mis problemas visuales y mi vista mejoró tan pronto como empecé a tomar medicación. Ahora, cuando intento llevar mis carísimas gafas me duele la cabeza. Foto por Mattia Pelizzari vía Stocksy

Andrea, 29

Acababa de empezar en un nuevo trabajo y la primera semana tuve que volar a Dubái con un puñado de colegas que no conocía de nada. La noche antes del vuelo me di cuenta de que tenía una ITU. Me entró un pánico agonizante: ¿cómo iba a conseguir soportar un vuelo hasta Dubái? No podía perderme el viaje. Acabé pagando 150 libras a un médico privado de urgencia para que viniera y me diera un tratamiento en medio de la noche porque sabía que perdería el vuelo si iba a urgencias por mi cuenta. Llegué al aeropuerto sintiéndome como una piltrafa. Estaba tan desesperada que le expliqué mi situación a una de mis nuevas compañeras, que parecía simpática. No pude disfrutar de ninguna de las abundantes bebidas alcohólicas gratuitas que mis compañeros estaban degustando durante el vuelo, así que acabé pareciendo una tía completamente estirada en comparación con ellos. ¿La guinda del pastel? La chica a la que confié mi secreto se emborrachó muchísimo durante el vuelo y gritó en medio del avión "¿Cómo llevas la infección de vejiga, cariño?", delante de todos mis nuevos compañeros.

Katie, 29

Antes de someterme a sedación consciente para una cirugía dental, le explico a mi dentista que creo que estoy teniendo una ITU. Ella me dice que probablemente solo estoy nerviosa por el tratamiento. Tras estar bajo sedación consciente durante más de siete horas, tan pronto como desaparece el efecto del sedante me doy cuenta de que tengo la peor ITU que el hombre haya conocido jamás: no he ido al lavabo ni he bebido una gota de agua durante más de siete horas. El dolor que me provoca la ITU es tan fuerte que me veo obligada a ir a urgencias nada más despertar de la cirugía de mi muela del juicio. Sigo teniendo la cara cubierta de sangre y me siento muy confusa. No me dejaron ir sola porque técnicamente seguía sedada, así que la pobre enfermera de mi dentista me tuvo que acompañar. ¡No metas demasiados penes ahí!

Lindsay, 26, redes sociales

Antes tenía ITU constantemente, con frecuencia durante las vacaciones, normalmente en casa de mi padre y rara vez contando con un seguro médico. Esto significa que acabé visitando la sala de urgencias de un montón de ciudades de la costa oeste. Los hospitales me provocan mucha ansiedad, en gran parte porque a menudo carezco de seguro y porque he acabado en urgencias muchas veces a lo largo de mi vida. Cuando estudiaba, mi universidad se puso en contacto conmigo para ver si estaría dispuesta a participar en un estudio sobre mujeres que padecen ITU con mucha frecuencia. Debería haber participado para conseguir medicamentos gratis, pero me sentí demasiado insultada y horrorizada pensando que mi universidad daba por supuesto que yo seguiría padeciendo ITU durante todo el tiempo que estudiara allí. Y así fue. De cualquier forma, como siempre acababa en diferentes clínicas de la costa oeste a horas intempestivas con diversos niveles de quemazón en mi entrepierna, acabé hablando con algunos médicos bastante profesionales sobre mi tracto urinario. Mi consejo favorito para evitar las ITU me lo dio una enfermera noruega de avanzada edad en una ciudad cercana a la frontera con Canadá. Sacó la cabeza de entre mis piernas y me dijo, "¡No metas demasiados penes ahí!". También me diagnosticó erróneamente una infección bacteriana.

Meher, 25

Cuando estaba estudiando en Jordania salía con un tío alemán. Ambos vivíamos con familias jordanas árabes bastante estrictas, así que tratar de tener relaciones sexuales era como hacerlo en el instituto, excepto por el detalle de que tener sexo antes del matrimonio allí es delito. Íbamos a hostales realmente asquerosos cuando estábamos desesperados, así que cuando nuestro programa de estudios nos llevó al Mar Rojo durante una semana, hicimos algunos cambios en la reserva y acabamos consiguiendo dos o tres noches en la misma habitación. Creo que nos sobreexcitamos un poquito, porque acabamos follando en una bañera, cosa que normalmente me parece algo asqueroso y engorroso, pero éramos jóvenes y estábamos teniendo relaciones sexuales en secreto en un país musulmán bastante conservador, así que resultó emocionante y divertido. Al día siguiente nos metieron junto al resto de miembros del programa en un autobús para regresar a la capital, un viaje de seis horas a través del desierto. Me desperté con una feroz ITU, sabiendo perfectamente lo que me esperaba. Encargué a mis amigas que me encontraran medicamentos para la ITU, pero eran muy raras y un poco ineptas, y además el farmacéutico se sentía realmente incómodo por el mero hecho de que le estuvieran pidiendo aquello. Una vez en el autobús, me senté en la parte de atrás agarrándome la vagina y lanzando miradas asesinas al novio alemán. Se disculpó muchísimo, yo creo que jamás había visto una ITU tan bestia en acción. Sin embargo, lo peor fue que todas las veces que levanté la mano y decidí que necesitaba intentar mear un poquito nos encontrábamos en medio del desierto, así que no había arbustos ni matorrales tras los que esconderse. Lancé dolorosas gotitas hacia el seco viento del desierto con todos mis compañeros de programa fingiendo que no me miraban ahí, en cuclillas, agachada tras un pequeño montículo de arena.