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De raite

Paralizaron la ciudad durante diez días y se esparcieron por todo el país.

El MPL toma las calles de Sao Paulo después del anuncio del incremento en la tarifa de transporte. La manda dice: “3 reales es un robo”.

El Movimento Passe Livre de Brasil (MPL) es un ejército nacional semiorganizado de jóvenes que exigen al gobierno la creación de un sistema de transporte nacional gratuito.

El MPL se enorgullece de no tener líder, de ser descentralizado, de no formar parte de partido alguno, y se concentran únicamente en el problema de transporte de Brasil. El grupo se compone de estudiantes preparatorianos que, en los últimos años, han protestado; otros dirían ocasionado disturbios en las calles y por lo mismo han recibido gas lacrimógeno, balas de goma y bastonazos por parte de policía en ropa de civiles. A pesar de que los principales medios de comunicación los clasifica como vagos, el MPL ha tenido un éxito muy notable: en 2005, el gobierno canceló el incremento a las tarifas por sus protestas. La campaña del 2011 del MPL comenzó el 3 de enero, cuando estudiantes comenzaron a protestar por un incremento de 20 centavos en la tarifa de autobús en Salvador, capital del estado de Bahía. Estas protestas duraron tres días, y le recordaron a todos los últimos disturbios de transporte de 2003, que paralizaron la ciudad durante diez días y se esparcieron por todo el país. En junio, una sección del MPL en el estado de Espírito Santo, paralizó tres ciudades en tres días. Había llantas quemándose frente a edificios gubernamentales, avenidas cerradas, y muy predeciblemente, la policía perdió el control y disparó miles de balas de goma y arrestó a 30 personas. Ese mismo mes, el MPL se levantó en Natal, la capital de Rio Grande do Norte, donde la aceptación de la alcaldesa, Micarla de Souza, apodada la alcaldesa mariposa, era de al rededor de diez por ciento. Los protestantes marcharon durante ocho kilómetros, estableciéndose frente a oficinas del municipio en tiendas de campaña, preparándose para un largo tiempo. Curiosamente, aparecieron condones y porros en todo el campamento, frente al canal de televisión Ponta Negra, del cual la alcaldesa mariposa es dueña, claro. A pesar de la cobertura negativa de medios, las protestas no fueron violentas. En agosto, fue en Teresina, y esa rama del MPL estaba más comprometida con la no violencia que sus primos de Natal. En los cinco días de protestas, el número creció de dos mil a quince mil, con jóvenes respondiendo con rocas al gas lacrimógeno de la policía, e incendiando carros y camiones para usar de barricadas. Cuando todo terminó, la ciudad aceptó reducir las tarifas: una clara victoria para el MPL. Los medios internacionales han ignorado al MPL. Tal vez porque esos movimientos parecen concernir sólo a Brasil, o tal vez las protestas por transporte son menos sexy que otras protestas en el mundo. Pero si éstas continúan con la misma magnitud, todos vamos a ver más sobre estos chicos brasileños en los próximos meses.