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Buenas noticias para los capullos malhumorados

Podríais estar sufriendo hipersensibilidad electromagnética.

(Imagen original vía)

Hace poco, dos investigadores de la Universitat de València publicaron los hallazgos de 10 años estudiando la hipersensibilidad electromagnética. La EMHS (por sus siglas en inglés) no tiene nada que ver con esa historia de fantasmas en la que un ordenador poseído se enciende pese a estar desconectado de la corriente y deletrea amenazas de muerte personalizadas en su pantalla, sino que se refiere a una reacción fisiológica debida a las ondas de radio producidas por los electrodomésticos y aparatos electrónicos que nos rodean en nuestro día a día.

Resumiendo: todo, desde los móviles hasta los portátiles y los microondas, emite un campo electromagnético. Además, de igual forma que la cantidad de productos electrónicos de consumo ha aumentado en los últimos 10 años, también lo ha hecho el número de gente que se queja de síntomas como náuseas, dolor de cabeza, insomnio y la falta de atención cuando están cerca de estos aparatos.

Sin embargo, pese a titulares como éste, todos los estudios científicos previos realizados sobre el tema han sido poco concluyentes, relegando la enfermedad a un tipo de “tierra de nadie”, anteriormente ocupada por enfermedades como la EM (Eritema multiforme). Pese a que unas investigaciones que datan de 1991 sugerían que el EMHS era una realidad, un análisis publicado en 2005 mostraba serios errores en la forma en que la investigación se había llevado a cabo. Al realizar tests de “nocebo” la mayoría de los sujetos respondían de igual forma cuando se les decía que estaban siendo expuestos a campos electromagnéticos que cuando se les decía todo lo contrario. Lo que es el equivalente científico a llamar a alguien “farsante de mierda”.

Enrique Navarro es uno de los coautores de este nuevo informe que lleva en marcha desde 2003. En declaraciones al Levante-emv, Enrique dice que el equipo de la Universitat de València ha reaccionado a preocupaciones similares sobre los datos obtenidos cambiando la metodología para poder tener en cuenta el miedo popular a la radiación electromagnética como una variable más. La conclusión del informe revisado es que "la enfermedad de la radiofrecuencia, que se conoce como electro sensibilidad, existe".

Dado que hoy en día, a no ser que seas un monje tibetano o el protagonista de una película de Sean Penn, es imposible evitar lo que Navarro describe como la “Niebla electromagnética” que nos rodea, el estudio puede ser tomado como una muy mala noticia. Aunque visto de otra forma, es una excusa cojonuda para todos esos malhumorados y estresados bastardos que buscan una explicación a por qué se sienten como una mierda todo el rato pero que no quieren dejar de fumar, tomar café y beber entre semana.