Por qué hay chicas hetero que utilizan Grindr para pillar

FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

Por qué hay chicas hetero que utilizan Grindr para pillar

​Hay chicas heteros que usan aplicaciones de cruising de chicos gais para buscar rollo.

Este artículo se publicó originalmente en Broadly, nuestra plataforma dedicada a las mujeres.

Para las mujeres a las que les interesan los hombres, la opción de buscar citas por internet suele ser una basura. Es un hecho que se ha demostrado ampliamente en artículos, blogs y en redes sociales. Las nuevas aplicaciones como Bumble, Hinge y Siren afirman remediar esas carencias, aunque, en opinión de Adriana DiGenaro, la solución es tan sencilla como descargarse Grindr.

Publicidad

Grindr se anuncia como «la primera aplicación del mundo exclusiva para hombres gais, bi y curiosos». Es una aplicación basada en una red geosocial o, dicho de otro modo, una forma muy cómoda que usan los gais para encontrar a otros tíos con los que follar. A primera vista, parece el sitio menos adecuado en el que una mujer podría buscar sexo, pero Adriana insiste en que el tiempo que lleva utilizando Grindr ha sido muy provechoso.

Lo de los encuentros por internet no es nada nuevo para Adriana, quien asegura llevar doce años utilizando OKCupid. Durante ese periodo calcula que habrá conocido en persona a más de 300 hombres. «Me daba cuenta de que, cada vez que visitaba el perfil de algún tío, me sentía más atraída por él si decía que era bisexual que si solo indicaba que era hetero», explicó a Broadly. «Porque yo soy queer y me va mucho ese rollo».

Adriana se decidió a descargarse Grindr después de que su amiga –que es genderqueen, está metida en la escena fetish y lleva la frase «NO REGRETS» tatuada debajo de cada nalga- le contara la buena experiencia que había tenido con la aplicación. Empezó enviando mensajes a los chicos que le llamaban la atención («Les decía, "Estás buenísimo; lástima que yo sea una chica"»), pero pronto decidió que era mejor esperar a que contactaran con ella los posibles interesados. Según afirma, hasta la fecha ha conocido a tres hombres en persona, a través de Grindr.

Publicidad

Uno de ellos se identificaba como hetero y muy dado a las mamadas. «No le gusta practicar sexo con hombres ni besarlos, pero le vuelve loco hacerles mamadas a saco», explicó Adriana, a quien le extrañó esa actitud, inicialmente. «Yo pensaba, ¿En serio? Si te gusta meterte una polla en la boca, muy hetero no puedes ser». Pero ahora es capaz de apreciar los matices de la sexualidad de aquel chico: «No era más que un intento por mi parte de clasificar a la gente en un tema que desafía a todas las clasificaciones imaginables. El tío es hetero».

Todas las fotos por Sam Clarke.

En una ocasión, el entusiasta de las mamadas invitó a un amigo, también hetero y entusiasta de las mamadas. Adriana guarda muy buenos recuerdos de aquel encuentro. «No me lo podía creer. Había estado esperando un momento así toda mi vida. Siempre he querido hacer un trío con dos hombres», explicó. «Así que se trajo a su amigo y estuve mirándolos mientras se la chupaban el uno al otro. Fue la primera vez que vi a un tío haciendo algo con otro, y me puso tan cachonda que tuve que dejar de mirar. Era como mirar directamente al sol. No podía. Me lo perdí todo, el espectáculo entero. Fue como un eclipse».

Adriana tiene un máster en poesía por Sarah Lawrence, lo que resulta evidente en las elaboradas metáforas que utiliza para describir sus encuentros por Grindr. Ella y los otros dos chicos siguieron con el trío. En palabras de Adriana, la doble penetración era como «estar en una cálida cama hecha de hombres; es como si enchufaran una manta eléctrica en tus partes bajas y tú fueras la que proporcionaba la electricidad… Ellos se enchufan a ti y se ponen calientes y suaves y mientras estás tumbada entre ambos. ¡Es increíble!».

Publicidad

En general, Adriana asegura que sus experiencias con la aplicación han sido buenas, aunque le retiraron el perfil por violar las condiciones de uso, según ella por ser mujer. Desde entonces, siempre que se refiere a su género, lo hace de forma indirecta.

Algunos hombres le han enviado mensajes porque estaban molestos con su perfil, aunque después de que les hubiera explicado cuáles eran sus intenciones, se han mostrado más comprensivos. «Les digo que el tema del género y la sexualidad es supercomplicado, que no estoy ahí para buscar a un tío gay que quiera ser mi mejor amigo. Estoy ahí porque me gusta lo mismo que les gusta a ellos. Entonces me dicen que vale y que lo sienten». También recibe muchos mensajes de apoyo: en una carpeta de capturas de pantalla que compartió con nosotros había varias imágenes de conversaciones en las que los usuarios le dedicaban frases como «Me gusta tu estilo de vida» o «No te comas el coco intentando ponerte etiquetas».

El perfil de Adriana, con algunos de los mensajes que recibió. Capturas de pantalla cortesía de Adriana DiGennaro.

La primera vez que hablamos con Adriana, en un principio la consideramos una anomalía. Lo poco que se ha dicho sobre las mujeres que usan Grindr se centra principalmente en todas esas chicas heteros desubicadas que anhelan encontrar «a sus mejores amigos gais». Cuando compartimos algunas de las frases y capturas de pantalla de Adriana con otras amigas en un chat privado, una de nuestras compañeras de trabajo heterosexuales –a la que llamaremos Lisa- nos confesó que ella también usaba Grindr.

Publicidad

Sin embargo, sus motivos eran mucho menos sexys que los de Adriana: su amigo, que es gay, quería elaborar una tesis antropológica sobre esta aplicación. Un día, Lisa y su amigo decidieron crearse una cuenta de Grindr. Según cuenta, quedó fascinada con el «tema de la geolocalización», porque había estudiado geografía en la universidad. «Mi amigo y yo flipábamos viendo la aplicación desde el punto de vista antropológico y geográfico», recuerda Lisa. «Te olvidas de quién eres y de qué estás haciendo. Era un poco tabú, porque estás en un espacio en el que se supone que no te corresponde estar».

«Prácticamente se podría decir que entré por un estudio sobre cómo el cruising está perdiendo el factor espacio y me quedé por las fotos de los tíos buenos», añade.

Sin embargo, algunas chicas heterosexuales se abren cuentas en Grindr por motivos menos académicos. Según informaba el San Francisco Examiner el año pasado, hay mujeres que se crean cuentas de Grindr por el morbo de hacerse pasar por hombres gais, y publican fotos falsas de hombres sin camiseta para experimentar con las «normas laxas que imperan en la cultura de los hombres queer». El artículo afirma que a ciertas mujeres les atrae la idea de crear un perfil falso de Grindr por dos razones: es un tema tabú que nunca se materializará en una cita en la vida real y, sobre todo, las aplicaciones de sexo gay son mucho más directas que las de citas heterosexuales.

Publicidad

«Aunque me cueste admitirlo, es mucho más interesante ojear Grindr que Tinder», explicó Lisa.

Mientras que las parejas heterosexuales suelen fingir que están teniendo una cita incluso cuando se han descargado Tinder para conocerse, Grindr carece de ese trasfondo: por lo general, los hombres en Grindr son muy directos; suele haber un intercambio de mensajes en los que manifiestan sus preferencias –si son activos o pasivos o versátiles y si les gusta el sexo oral- y luego se envían fotografías junto con la geolocalización y se concreta el encuentro.

Muchos hombres gais de Bushwick y de otros barrios de Brooklyn llenos de graduados en artes liberales y adoctrinados en el culto al construccionismo social esperan encontrar perfiles de mujeres en Grindr. Un redactor de 24 años al que llamaremos Craig asegura que encuentra perfiles de mujeres con cierta regularidad. Las mujeres forman parte de su vida al igual que las aplicaciones de sexo gay. Suele consultar su perfil de Grindr y el de otras aplicaciones como Scruff de vez en cuando, pero se enrolla con chicos unas pocas veces al mes. Aunque se identifica como gay, también responde a chicas que le escriben si las encuentra atractivas (cosa que raramente ocurre). Afirma que no deja de ser extraño encontrar de repente una chica por Grindr.

«No creo que sea tan fácil como decir que Grindr y Scruff son espacios para hombres gais», explica Craig. «La mayoría de las chicas con las que he hablado en estas aplicaciones han sido bisexuales o trans, y a mí, personalmente, no me ofende que estas plataformas sirvan de punto de encuentro de personas LGBT de todo tipo, sobre todo porque conozco aplicaciones similares dirigidas solo a mujeres que han sido un completo fracaso».

Publicidad

Las observaciones de Craig ponen de manifiesto un fenómeno de mayores dimensiones: las mujeres están recurriendo a la cultura sexual masculina como forma de alivio sexual. Durante los pasados cinco años, las mujeres han comprado gran cantidad de artículos eróticos dirigidos a un público gay masculino. Según Crackdoubt, exjefa de marketing de una conocida editorial de novela homoerótica de Nueva Jersey, si bien la literatura erótica entre hombres atrae a lectores de todas las edades, son las mujeres, principalmente, las que escriben y leen su contenido.

«¡Incluso a la abuela le gustan los gais!», explicaba Crackdoubt. «Son muchas las mujeres que piensan que, si un hombre desnudo suena bien, dos serán aun mejor».

Pero Crackdoubt también señaló razones sociológicas que justifican el interés de las mujeres en el erotismo gay. Según explica, las novelas eróticas de hombres gais representan un desafío a los estereotipos perpetuados en el erotismo y en las novelas románticas heterosexuales. «La novela homoerótica masculina rompe con muchos de los tropos y los roles de género estereotipados que tanto abundan en los medios convencionales -machos alfa o tipos malos sexys y solitarios- y explora la sexualidad de los personajes masculinos más en profundidad».

Todas estas razones más complejas han coincidido con una tendencia de las mujeres a ver porno gay y cuentas de Tumblr de sexo gay. Las adolescentes dicen que les encanta el sexo gay porque no se maltrata a las mujeres. «Me encanta ver que la gente recibe placer», dijo una. «No me gusta pensar en el dolor, a no ser que se trata del que proporciona una gratificación inmediata».

Para Adriana, su experiencia con Grindr le ha servido para reconocer que definir con claridad el género y la sexualidad es una tarea increíblemente compleja. «Con la infinidad de posibilidades que hay, ahora mismo podría decirse que me apetece estar con hombres gais», explica.

Si bien la sociedad puede considerar que la cultura gay es por y para los hombres gais, las tendencias más recientes demuestran que llega a grupos muy diversos y que la definición de cultura gay, e incluso de identidad sexual gay, es mucho más complicada de lo que se creía inicialmente. En general, el colectivo de hombres gais ha acogido el interés de las mujeres por el sexo homosexual. Como dice Craig, «No todos los tíos que usan aplicaciones de este tipo son exclusivamente homosexuales, por lo que no podemos decir que no haya lugar para las mujeres en Grindr».

Traducción por Mario Abad.