David después de haber tomado testosterona durante un tiempo.
A David lo conocí cuando él acababa de cumplir veinte palos, aún no había decidido hormonarse y conservaba su anterior nombre. Yo estaba en clase de arte feminista esperando a que llegase la profesora y, con ella, venía él. Me fijé en David porque era súper inteligente y me pareció bastante guapo. Las demás chicas, feministas sí, pero también modositas (comparadas con él), estábamos alucinando con esa hostia de punkismo real en carne viva, sin anestesia. Pelo rapado, cadenas y New Rock negras (encima de la mesa). Ahora le quedan dos asignaturas para licenciarse y lleva tres meses inyectándose testosterona. Hablo con él sobre sus cambios físicos y cómo afectan a su día a día.VICE: ¿Cuándo decidiste que querías dar el paso y cómo lo abordaste? ¿Te resultó complicado?David: Hacía tiempo que tenía en mente la idea de hormonarme, pero no me atraía la gestión médico-legal del tema (la patologización, la monitorización, etc.) y lo iba dejando ir. El año pasado, sin embargo, hablé con un amigo que ya había avanzado bastante en su transición y lo que me dijo me hizo decidirme. Entré en contacto con otros chicos trans de Galiza y fue entonces cuando tomé la decisión de ir por la vía médico-legal, sabiendo que estaba en un lugar óptimo para hacerlo, con bastante información y empoderamiento.
La ansiada cápsula.
Publicidad
Publicidad
¿Te sientes más seguro a la hora de enfrentarte a lo cotidiano siendo percibido como un chico? ¿Ahora disfrutas de más privilegios?Hasta parece que en el súper te tratan mejor cuando pasas de ser visto como una bollera muy masculina a un tío. Lo que me da seguridad es el hecho de no tener la sensación de que estoy en todo momento a examen. Antes la gente por la calle me miraba insistentemente a la zona de las tetas como si eso les fuera a revelar "qué" soy. Hay una obsesión tremenda con que las cosas sean blancas o negras. Pero si te salen pelos y tienes la voz grave, esa tensión social desaparece. Eres un tío y ya. Transito la ciudad mucho menos tenso, pero me cabrea que la gente que decide no hormonarse o no puede acceder a ciertos tratamientos tenga que seguir aguantando todas estas mierdas día tras día. A mí me cansaba mucho todo este tema y hubo una época en que estaba tan hasta el coño que a la peña que miraba demasiado le preguntaba qué coño quería o directamente les ladraba. Era muy efectivo."Hasta parece que en el súper te tratan mejor cuando pasas de ser visto como una bollera muy masculina a un tío"
Publicidad
Publicidad
Publicidad
¿Qué cosas cotidianas resultan complicadas para ti? Ir a probarse ropa a una tienda o entrar en el baño de tíos…Por poner un ejemplo muy básico, llevaba tres años yendo al mismo gimnasio y me tuve que dar de baja porque no me apetecía de repente cambiarme de vestuario y encontrarme a saber qué reacciones. La mayor parte de cosas cotidianas las llevo con alegría y empoderamiento, pero no todo el tiempo puedes estar militando, o pensando en la liberación trans. También me importa mi calidad de vida y estar siempre en entornos seguros y donde me sienta cómodo. Por eso ahora voy a otro gimnasio donde no me miran raro. Hace tiempo que voy a los probadores de tíos y nunca he tenido problemas. Donde sí los tenía era en los de tías, lógicamente. La categoría hombre es mucho más flexible que la de mujer.¿Con qué reacciones te encuentras a la hora de ligar? ¿Lo petas más con las tías?Tengo la suerte de vivir en una burbuja feminista y no necesito dar explicaciones cada dos por tres. Pero me reiría mucho si alguien me preguntara cómo folla una persona trans. Ligo lo mismo, no noto muchas diferencias. Pero ahora las bolleras pasan de mí y se me acercan más chavalas hetero que antes.¿Desde que te hormonas, el sexo es diferente? ¿Ha cambiado tu forma de ver el sexo o de enfrentarte a él?"Me tuve que dar de baja en el gimnasio porque no me apetecía cambiarme de vestuario y encontrarme a saber qué reacciones"
Publicidad