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El número de la reencarnación

Oreja a las de la diáspora

Como parte de esa gran nación que es hoy nuestra diáspora global, un grupo diverso de mujeres colombianas está pariendo algunos de los proyectos más rompedores de todo nuestro paisaje musical.

Kali Uchis: De Dosquebradas, Risaralda, a la inmortalidad.

Este artículo hace parte de la edición de abril de VICE.

Como parte de esa gran nación que es hoy nuestra diáspora global, un grupo diverso de mujeres colombianas está pariendo algunos de los proyectos más rompedores de todo nuestro paisaje musical, y lejos de los lugares comunes a los que esta industria falocéntrica suele llevar a los productos frente a dos por chicas. Más bien todo lo contrario.

Desde Nueva York, el alter ego de Gabriela Jimeno, Ela Minus, el de Valerie Teicher, Tei Shi, y el dueto del que hace parte Juliana Ronderos, Salt Cathedral (en honor a la catedral de sal de Zipaquirá), han salido más que bien librados en el difícil campo del pop experimental, con productos futuristas que abren puertas hacia nuevas estéticas y sensibilidades. Por la misma línea, igual de contundente ha resultado la propuesta de Laura Carvajalino, Lao Ra, desde Londres, o la de Elsa Carvajal, Elsa y Elmar, desde California, aunque esta mucho más folky y entusada.

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Con aires más sudacas y un llamado espiritual, Lulacruza, el dueto residente en Argentina compuesto por la Alejandra Ortíz y su pareja, propone un sonido selva dentro que es hoy favorito de festivales de new age en escenarios de Australia y Asia. Proyectado por una voz dulcísima y una poética activista, Lido Pimienta, guajira residente en Canadá, ha hecho resonancia en una escena alter latina que se empeña en invocarla a pesar de lo intermitente de su canto (este año, por fin, saca su dilatado segundo trabajo discográfico).

Desde Berlín, el proyecto de bass tropical de la paisa Isabel Toro, ISA GT, ha resultado necesario para una escena carente de referentes femeninos. Allá también vive hace varios años Lucrecia Dalt, de los pocos nacionales a quienes realmente les queda el adjetivo de avant-garde, la pereirana que ha prensado con el sello Other People, de Nicolas Jaar, y colaborado con nombres como Julia Holter y Laurel Halo.

Otra pereirana, Kali Uchis, ha llegado a las grandes ligas del sonido urbano gringo, atrayendo colaboradores como Snoop Dogg, el retorcido combo Odd Future y el productor revelación KAYTRANADA con un soul retro y un look de barrio con colores pastel.

Y eso no es nada: entre todos los DJ colombianos, Adriana López es quizás la compatriota que más lejos ha llevado la tricolor, coronando con su techno escenarios tan relevantes como el Berghain berlinés, sellos como Modularz, y llegando con el suyo, Grey Report, a tiendas como Hardwax, la más importante del mundo cuando de esta vuelta se trata.

Así es que suficiente de James y Sofías Vergara, de coronas de segunda y serpientes que no nos quieren abrazar. Si vamos a ponernos a izar banderitas, hagámoslo en nombre de las que, solas y contra todos los pronósticos, las están poniendo más allá, y como es.

Un contenido original de Noisey, la plataforma de música alternativa de VICE.