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Se supone que serían los “juegos verdes” para un planeta azul. Pero a sólo cuatro días de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, es claro que la ciudad y las autoridades han fallado en cumplir con los compromisos que hicieron en 2009, cuando se ofrecieron para ser sede del evento deportivo.
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“De todas las promesas hechas, los beneficios ambientales fueron los más publicitados y los más importantes”, dijo David Zee, profesor de oceanología en la Universidad del Estado de Río de Janeiro. “Al final [esas promesas] terminaron en último lugar”.
Uno de las compromisos incumplidos, es respecto a la enorme cantidad de aguas residuales — sin tratar — que fluyen en la Bahía de Guanabara, donde los eventos de navegación se llevarán a cabo.
Los organizadores de las Olimpiadas aseguraron que un 80 por ciento de las aguas residuales, producidas por los nueve millones de personas que viven alrededor de la Bahía, serían limpiadas para cuando comenzaran los Juegos. Ahora, los oficiales admiten que las plantas de tratamiento instaladas apenas se han encargado de un 48 por ciento de éstas, aunque algunos aseguran que la cifra de limpieza es mucho menor.
Marineros de varios países reportaron haber contraído enfermedades infecciosas después de que entraron a esas aguas hace unos meses, y además los atletas han señalado que no se sienten bien de tener que competir en las fétidas aguas.
“Los atletas deberán tener la total confianza de que el Comité Olímpico Internacional y las autoridades brasileñas pondrán la salud en primer lugar”, dijo esta semana a los reporteros Richard Budgett, encargado del equipo médico del Comité Olímpico Internacional, buscando disipar los temores. “Estoy seguro de que el agua será de una calidad suficientemente buena para garantizar una competencia segura”.
Las autoridades de los Juegos de Río tampoco se han dado a la tarea de limpiar la Laguna de Jacarepaguá, que rodea el parque Olímpico.
‘Río 2016 podrían ser los Juegos más falsos en materia ambiental’.
Los planes para dragar el fondo de la laguna fueron suspendidos por un tiempo, luego de que la Fiscalía Federal encontró irregularidades en el proceso de licitación y otros problemas, como la falta de un estudio sobre el impacto ambiental.
En agosto de 2015, cerca de una tonelada de peces muertos tuvieron que ser removidos de la laguna. Se reportó que los peces murieron después de que los fuertes vientos removieron contaminantes, concentrados ahí durante décadas, que liberaron sus toxinas en el agua.
Atletas molestos con las pésimas condiciones de la Villa Olímpica en Río de Janeiro. Leer más aquí.
Zee, el biólogo, enfatizó que aunque no se lleven a cabo eventos en la laguna, ésta se encuentra cerca de la Villa Olímpica, donde se hospedan los atletas.
“La descomposición de las aguas residuales y el material orgánico puede producir sulfuro de hidrógeno. Las fuertes corrientes de viento pueden agitar el fondo de la laguna y liberar el gas”, explicó. “Éste puede causar náuseas y dolores de cabeza si se está expuesto por mucho tiempo”.
‘No pueden decir que nada se ha hecho’.
El alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, ha negado que hayan fallado en desarrollar un plan ambiental. Recientemente habló del controversial campo de golf, construido en un área protegida, como evidencia de las mejoras.
Así mismo, Paes afirmó que el trabajo de saneamiento en la Bahía de Guanabara es un éxito relativo porque el tratamiento de las aguas ha avanzado de un 15 a un 50 por ciento, aunque el objetivo original de 80 por ciento sigue estando lejos. “Ese es un incremento del 30 por ciento”, dijo. “No pueden decir que nada se ha hecho”.
La fallas que ha habido en Río 2016 para cumplir compromisos ambientales son similares a las promesas rotas que dejó la Copa Mundial de Brasil en 2014. De acuerdo con la Asociación Nacional de Empresas de Transporte Urbano, sólo un 18 por ciento de los 125 proyectos de movilidad prometidos para el torneo de futbol operan hoy en día.
Y también es eco de otras decepciones olímpicas.
La mayoría de los brasileños cree que los Juegos de Río de Janeiro no valen la pena. Leer más aquí.
Los Juegos de Londres en 2012 sí redujeron sus emisiones durante los trabajos de construcción y mejoraron la red de transporte en la ciudad. Pero a pesar de ello, un reporte realizado en conjunto por WWF-UK y BioRegional criticó la incapacidad de los eventos para alcanzar sus metas de energía renovable. Los ambientalistas también alegaron que los trabajos de construcción en los Juegos de Invierno en Sochi, Rusia, dañaron seriamente el ecosistema de la región.
También es cierto que los Juegos de Río han traído algunas mejoras al transporte público, aunque la extensión del metro que conduce a la parte oeste de la ciudad, inaugurada la semana pasada, sólo estará abierta para los atletas, trabajadores olímpicos y espectadores durante el evento. Pero ahora, no cabe duda de que los Juegos están muy lejos de cumplir sus grandes promesas ambientales.
“Estos días se cumple el plazo para los compromisos olímpicos en materia ambiental”, declaró Jules Boykoff, autor de Power Games: A political History of the Olympics [Juegos de Poder: Una historia política de las Olimpiadas]. “Río 2016 podrían ser los Juegos más falsos en materia ambiental”.
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