Este artículo se publicó originalmente en VICE Netherlands.
El día 22 de marzo de 2016, Bruselas sufrió dos atentados terroristas en lugares distintos de la ciudad. A las 7:58 de la mañana se produjeron dos explosiones en el aeropuerto, en Zaventem. Poco más de una hora después, a las 9:11 de la mañana, una tercera explosión tuvo lugar en la parada de metro de Maelbeek.
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Treinta y dos personas perdieron la vida en aquellos atentados, y más de 300 resultaron heridas. La víctima más joven acababa de cumplir los 19 años. Tratándose de los peores atentados de la historia de Bélgica, no resulta extraño que, un año después, a los ciudadanos de Bruselas les siga costando asimilar lo que ocurrió aquel día.
Fuimos a la estación de metro de Maelbeek para preguntar a varios jóvenes de Bruselas cómo vivieron aquel día y cómo influyeron los atentados en sus vidas.
Louise, 26 años
VICE: ¿Dónde estabas en el momento en que se produjeron los atnetados?
Louise: Estaba en la parada de metro de Houba-Brugmann, bastante lejos de Maelbeek. Todavía no me habían llegado las noticias del atentado en el metro, pero sí vi que había mucha presencia policial por la calle y helicópteros sobrevolando la zona. La policía nos dijo que nos resguardáramos en el [restaurante de comida rápida] Quick. Me quedé allí hasta más o menos la una de la tarde.
¿Cómo te sentiste ese día y los siguientes?
Sentía una profundísima tristeza. Fue muy trágico. Una amiga perdió a una conocida en el atentado de Maelbeek que había sido madre seis meses antes. No tengo palabras para describirlo. No me he vuelto más cauta desde los atentados ni nada, pero sí que siento un poco de miedo cuando paso cerca de la parada de metro. Antes me gustaba ir en metro, pero ahora prefiero ir caminando a la universidad.
¿Te sientes más segura ahora que hay soldados patrullando las estaciones?
Me parece bien que estén, pero no dejar de dar una falsa sensación de seguridad, ¿no? Podría volver a pasar algo en cualquier momento y no podrían hacer mucho por evitarlo. Tampoco pueden vigilar a todo el mundo. Yo misma podría entrar con una bomba y nadie se daría cuenta porque no tengo pinta de “sospechosa”.
¿Ha cambiado tu forma de ver la ciudad de Bruselas?
Bruselas me sigue encantando, pero no es la misma ciudad que antes. Es la primera vez que aquí se comete semejante acto de cobardía y esperemos que sea la última.
Jonas, 27 años
VICE: ¿Recuerdas dónde estabas en el momento en que se produjo el atentado de Maelbeek?
Jonas: Yo ya estaba en el trabajo, porque empiezo muy pronto por la mañana. Y pensar que solo una hora antes estaba saliendo de esa misma parada de metro. Ya me había enterado del atentado de Zavetem, así que cuando supe del de Maelbeek, imaginé —y supongo que mucha gente también— que irían explotando bombas a lo largo del día. Fue muy estresante. En mi empresa enseguida bloquearon los accesos, lo que me hizo sentir más seguro.
¿Sigues sintiéndote seguro?
Sigo teniendo que coger el metro para ir a trabajar. Incluso semanas después del atentado, me sorprendía pensando dónde podría esconderme o cómo podría protegerme si volviera a ocurrir algo así. Pero llega un momento en que tienes que olvidarte, dejar de pensar tanto en ello y seguir adelante con tu vida. Tengo suerte de que no me haya pasado nada. Puede sonar macabro, pero a veces, cuando escucho una canción muy buena, pienso, Esta sería una buena canción para que sonara el día de mi muerte.
¿Cómo crees que ha lidiado la ciudad con ese episodio?
Todo el mundo mantuvo la calma tras los atentados. Yo soy francés, pero llevo un tiempo viviendo en Bélgica, y debo decir que admiro la entereza con la que los belgas han reaccionado. Desgraciadamente, en Francia también hemos sufrido un atentado terrorista que ha demostrado que se puede reaccionar de muchas formas distintas ante una situación así. No vale la pena indignarse o sentir frustración por ello.
Célia, 26 años
VICE: ¿Cómo te enteraste de los atentados?
Célia: Estaba en la universidad cuando ocurrieron. Nos dijeron que había explotado una bomba en el metro y nos dijeron que nos fuéramos a casa lo antes posible. Obviamente, nos quedamos muy impactados. Nunca piensas que estas cosas pueden pasar en tu ciudad. La verdad es que fue aterrador.
¿Qué piensas de que las calles estén llenas de soldados patrullándolas?
Al principio se hacía raro ver a tanto soldado, pero con el tiempo te acabas acostumbrando, aunque una nunca debería acostumbrarse a algo así. Por otro lado, ahora me siento más segura, aunque también podría significar que corremos peligro. Si no, no tendrían por qué estar ahí.
¿Ha cambiado tu opinión de la ciudad tras los atentados?
Bruselas es una ciudad con mucha diversidad y gente de todo el mundo. Es una característica que me encanta. Y los atentados no han mermado el amor que siento por esta ciudad.
Hans, 25 años
VICE: ¿Recuerdas dónde estabas cuando se produjeron los atentados?
Hans: Sí, estaba fuera, cerca de la estación de Maelbeek. Vi gente salir corriendo de allí, personas tiradas en la acera y mucha policía. Volví a casa y llamé a mi jefe para decirle que llegaría tarde.
¿Al final fuiste a trabajar ese día?
Sí, es lo mejor que puedes hacer, seguir con tu vida.
¿Qué te pasó por la cabeza cuando viste lo que había pasado?
Que no entendía qué pretendían conseguir los terroristas con aquello. Y sigo sin entenderlo, porque un acto así no soluciona nada. ¿Por qué atacarnos? No hemos hecho nada; somos inocentes.
¿Cómo te han afectado los atentados en el ámbito personal?
No puedo evitar pasar miedo cada vez que cojo el metro, sobre todo en hora punta. Estoy muy alerta sobre lo que pasa a mi alrededor. Las patrullas de soldados en el metro y la calle hacen que me sienta más seguro, más relajado. Soy de China y en mi país se ven aun más militares por la calle. Aparte de eso, poco más ha cambiado. Bruselas es una gran ciudad en la que vivir.
Danyana, 31 años
VICE: ¿Cómo te enteraste de los atentados aquel día?
Danyana: Estaba en casa. Vivo cerca de la estación de metro de Maelbeek y de repente oí un gran estruendo y vi que había muchos policías por la calle. Poco después, empecé a recibir llamadas de amigos y familiares preocupándose por mí.
¿Dirías que los atentados te han afectado personalmente?
Sí, sin duda. Ocurrió muy cerca de mi casa y yo cojo el metro ahí cada dos por tres. No diría que estoy asustada ni nada, pero no dejo de pensar que yo o alguien que conozco podríamos haber sido víctimas del atentado. Para mí eso ha cambiado las cosas.
Alex, 21 años
VICE: ¿Dónde estabas el día del atentado, el año pasado?
Alex: Estaba con mi familia en Luxemburgo. Estudio en Bruselas, por lo que inmediatamente pensé en mis amigos. Ese día mi abuela viajaba de Luxemburgo a Bruselas y durante buena parte del día no conseguimos contactar con ella, así que nos temimos lo peor. Era una sensación extraña… No sabes qué hacer con tu vida. Finalmente logramos hablar con ella. Resultó que tuvo el móvil apagado todo el tiempo.
¿En qué medida han influido los atentados en tu vida?
Me han impulsado a hablar de ello con otras personas. Tenemos que aceptar lo ocurrido, pero también difundir un mensaje de tolerancia. Es lo único que podemos hacer para contrarrestar la negatividad. Puede sonar a tópico, pero todos somos seres humanos. Y creo que es importante no tener miedo. Tengo un hermano y una hermana, los dos de 14 años, y sería una pena que tuvieran que cambiar sus vidas o vivirlas con miedo. No vale la pena, porque eso significaría una victoria para los terroristas. Hay que seguir adelante como si nada hubiera pasado.
¿Es lo que estás haciendo? ¿Actuar como si nada hubiera pasado?
En cierto modo, sí. No tengo miedo. Cojo el metro a diario y si algo tiene que ocurrir, que ocurra. Poco podría hacer al respecto.
Traducción por Mario Abad.