“Primera regla: No hablas sobre el Bunker. Segunda regla: No hablas sobre el Bunker.” Como una referencia a Fight Club, estas fueron las primeras palabras que leí en un email que un anónimo me envío sobre un evento que sucedería más tarde ese mismo día.
El evento lo daría Bunker Club, la infame y notoríamente secreta organización de fiestas emergentes de Hong Kong. Bunker fue concebida más de cinco años atrás como un esfuerzo para traer algo no convencional a la escena de Hong Kong. En esos cinco años, Bunker ha madurado como la organización más renombrada para estas fiestas, ganándose una impresionante nomina de DJs residentes en el proceso de convertirse en el refugio de expatriados y locales por igual. A pesar de su reputación, los organizadores han logrado mantener el estatus de privacidad que hace de estas experiencias lo que son. “Bunker se hace más especial por la gente que viene y por ende, por la gente que no,” se lee en el email.
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Incluso con la naturaleza anónima de la organización, el administrador de Bunker acepta una llamada de Skype. Como solicitó anonimato (obviamente), nos referiremos a él como Peter a lo largo del artículo.
“Queríamos acercarlas más a la gente,” le comenta a THUMP. “Para el verdadero underground necesitas algo más social, algo diferente. Y creo que hemos hecho eso. Lo que estamos haciendo es completamente contrarío a lo que los demás hacen.”
En el 2008, Peter llegó a Hong Kong desde Reino Unido, con un pasado de mercadotecnia y un desprecio por los clubes que fueran poco interesantes, caros y llenos de comercialización. Eventualmente, se hizo cercano a un grupo de personas que estaban haciendo fiestas gratuitas y se involucró. Pidiendo equipo prestado de sus amigos, Peter y el grupo hicieron una fiesta en un fuerte abandonado. Cuando cuarenta personas llegaron, Bunker había nacido. Ya han tenido 27 fiestas. Bunker se equivoca en cuanto a ser precavidos al referirse a sus eventos como excursiones nocturnas en lugar de fiestas en los arbustos. Cada una de sus locaciones es dejada más limpia de lo que estaba y nunca venden alcohol.
Ellos se alejan de la mercadotecnia tradicional por completo, confiando en tácticas de guerrilla y en el boca en boca. Peter y los otros organizadores consideran la creatividad como el elemento más importante en el proceso de planeamiento. Tratan de ampliar los limites y traer algo nuevo a cada fiesta del Bunker.
“Es completamente sin fines de lucro y estamos listos para tomar los riesgos. Todas las donaciones que recibimos son re invertidas en eventos futuros,” dice. “La primera vez que pagamos por un DJ fue cuando conseguimos a Nick [Warren].” El agente de Nick escuchó de Bunker y quiso que lo contrataran para el último evento de la temporada. Aunque se mostraron renuentes al principio, accedieron. Peter no discutió el monto de lo que pagaron, pero al parecer no fue barato.
La propia escena ha crecido exponencialmente. Desde pasantes, expatriados y estudiantes de intercambio, la audiencia emergente se está ampliando. “Creo que las fiestas emergentes han abierto la escena musical [en Hong Kong] de forma masiva. Es evidente por los imitadores.
No es necesario decir que Bunker no existe sin los retos. La seguridad es siempre un problema, a pesar del agua gratis y el equipo de primeros auxilios que está en el lugar. Los bromistas tratando de robar equipo son otro problema. Pero Peter comenta que el reto más grande es mantener al público adecuado. Se pretende que Bunker sea una comunidad—grupos de amigos o al menos amigos de los amigos, es lo que pretenden atraer. El respeto mutuo por los demás mientras se divierten es muy importante para la experiencia en Bunker y eso sólo se puede lograr cuando cierta audiencia asiste.
Peter no quiere que los eventos de Bunker se expandan, en su lugar, él quiere que la organización regrese a los orígenes, se enfríe, y vuelva al underground. Actualmente, Bunker tiene 500 correos en su lista de email, pero sólo avisa a 50 seleccionados por ocasión. “No queremos que nadie se enfade,” bromea. “Pero sólo es necesaria una persona para llamar a los policías.” Cabe decir que la policía no se ha presentado en los pasados eventos de Bunker. La organización tiene completo respeto por las autoridades y acepta sin resistencia si se les pide terminar un evento. “Nuestra reputación importa,” agrega.
Los eventos de Bunker han ocurrido en multiples locaciones remotas dentro y en los alrededores de Hong Kong. Bosques obscuros, montañas cubiertas de niebla y más conocidos por los bunkers de la Segunda Guerra Mundial. Incluso una villa abandonada en Sai Kung ha visto las luces del arsenal de rayos laser del Bunker. La “temporada” corre de octubre a abril y durante el verano, cuando hace demasiado calor para hacer fiestas, el equipo busca nuevas locaciones. En cuanto a la música, DJs residentes como M-Theory, Hyphen Python, Sean Rogers, y Zelazowski se encargan de esa parte.
En mi primer encuentro con Bunker, llegar a la locación secreta no fue una tarea fácil. Requirió pasar puntos de seguridad y cámaras, entrar a un parque cerrado, escalar una montaña y atravesar un cementerio.
Afortunadamente, no estaba solo. Un grupo de diez de nosotros hizo una parada en el mercado local para recoger quince paquetes de cerveza HuiQuan antes de llegar al metro de Hong Kong para la primera parte de nuestra misión. Una vez fuera comenzamos nuestra travesía urbana a los bordes de la ciudad, alrededor de las puertas del parque resguardadas por seguridad. No hay luces, no hay signos en inglés y no hay más gente en este camino.
Nos encontramos con algunos entusiastas agitando varitas luminosas. Tras solicitarnos $200 dólares de Honk Kong por cada persona, nos dieron pulseras. Subimos otros cientos de metros y pasamos algo que generaba zumbidos, nos encontramos mirando lo que era literalmente un bunker colapsado.
Sólo un camión pudo haber transportado la cantidad de varitas luminosas que había tiradas en el suelo. Luces parpadeantes, arboles, muros de concreto. Notas de techno y ecos de bajeo rebotaban en tu cara desde lo más profundo del bunker. Nubes de niebla creadas por ellos cubrían el suelo mientras rayos laser bailaban por todas las paredes. Todos parecían estar hipnotizados en un estado de trance.
Bunker no es sólo un evento, una organización o un lugar. Es un estado mental, una experiencia apuntando a alguna clase de misteriosa fiesta dance post apocalíptica. Y amé cada segundo de ella.
La noche sólo se puso mejor. Hordas de gente llegaron al bunker mientras se acercaba la media noche. Incluso me hice de un casco de Stormtrooper. En un punto cercano puedes relajarte mientras disfrutas una vista de Hong Kong a lo lejos que valdría la pena tener de wallpaper.
A la 1:30 AM nos regalaron a un invitado especial. Desde Bristol, Nick Warren se paró detrás de los decks y volvió a la gente loca con uno de los mejores sets de la noche. El resto de la noche incluyó a DJs de Bunker como Sean Rogers, Jamie Rogers y Hyphen Python. Todos ellos nos tenían bailando con mezclas que combinaban el techno, deep tech house, trance, breaks y lo que uno podría adecuadamente describir como spooky house.
La gente disminuyó mientras la noche se desvanecía con el día. El cansancio invadió a la mayoría. Pero a pesar de que el reloj marcaba las 7 AM, el DJ no parecía tener intensiones de detenerse. Tras un último hoorah, nos pusimos en camino para bajar la montaña. Varios asiáticos ansiamos nos fruncían el ceño antes de comenzar sus usuales ejercicios matinales.
Tan pronto como regresé a mi dormitorio, me tire en la cama. Eran las 9 AM y tenía que estar en otra fiesta en cuatro horas.
Continuará…
Parker Buckley está en SoundCloud.