Música

C. Tangana: La construcción de un ídolo en doce tracks

“El tiempo pone a cada uno en su lugar, ¿no?”, cuestionaba Crema hace una década. Antón Álvarez perteneció a una escena de rap español que se ahogaba en argumentos de legitimidad y terminó por quedarle pequeña. Las aspiraciones en su saga, desde muy temprano fueron otras, su visión del género la más claramente por encima de sus contemporáneos. C. Tangana es el artista a través del cual los nuevos ritmos del rap comenzaron a habitar cómodamente el español. Y con el estreno de Ídolo, afirma su lugar en las grandes ligas y anuncia la llegada a una cumbre artística.

Aunque el primer disco que sacó bajo el mote de C. Tangana es del 2011, en realidad no fue sino hasta 2014 con uno de los temas seminales del rap español de últimos años, “Alligators” que a Pucho lo voltearon a ver de todos los rincones de Hispanoamérica. Desde hace cinco años era claro que estaba adelantado a su tiempo, y el nombre en sí es un guiño indulgente a la figura de un Antón que abandonó el de Crema y un cobijo más explícito en Agorazein, con el fin de convertirse en la vara con la que se habrían de medir la horda (cada vez más grande) de MCs que comenzaron a sobrepoblar los canales de música, de Islas Canarias a Buenos Aires.

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Ídolo no es el simple autorretrato de esta pequeña deidad en una playera Gucci y con las manos en los huevos, no es orgullo y jactancia bañada en chapa de oro. Más bien es el detrás del pensar, el sentimiento y la preocupación del madrileño, un ensayo en colores metálicos. “El disco no debería llamarse Ídolo, sino La construcción del ídolo” dijo, pues más allá de la falsa forma de adoración, de la celebridad, de la apariencia y la imagen, aparece el monstruo a partes iguales vulnerable y poderoso, la culminación de uno de los mito más afianzados en el imaginario actual de la música en español: l’enfant terrible odiado y amado pero nunca ignorado, con cara de sufrimiento y sonrisa adorable.

El disco, que originalmente se llamaría Nuevo Pop, es el patrón definitivo de lo que puede ser el género en español. La intención de C. Tangana fue –y lo planteó desde el principio– transformar la música popular española, desde las vísceras del R&B, para plantar su bandera más firme y longeva en el mainstream. Y los 12 tracks libres de colaboraciones dejan claro que tiene la fórmula para lograrlo: más que una recopilación de sencillos con los que ha buscado una forma de validar su estilo, Ídolo es una idea desarrollada a lo largo de todo el material, variando en cuanto a elementos pero no en cuanto a sustancia. Algunas de sus canciones mejor logradas (y que encapsulan de modo definitivo su estilo), lideran la producción: “Mala mujer” y “De pie”.

Prevalece la esencia de un R&B cachondo y meloso que ha trabajado desde hace años, pero hay ingredientes que le dan otro sabor al guiso. Tal vez es esa esencia raperíl que aún prevalece en cortes como “Inditex”, o el dejo de dancehall y afrobeat en la mencionada “De pie”, e incluso el aroma a Caribe que destilan los bongos bachateros de “Espabilao”. Chito tiene variaciones en su entrega y juega con ellas en estos doce cortes a sus anchas. La producción de consagrados del urbano en español como Alizzz o El Guincho, cimenta lo orgánico de la propuesta, que encuentra su contrapeso en los beats en nuevos talentos como livinglargeinvenus, Horror Vacui y Danni Ble.

Ídolo abre con Pucho diciendo que no quiere desperdiciar el tiempo, y parece estar dándole valor a sus palabras con hechos. Ya “Mala Mujer” aportó una dosis de poder a través de millones de streams que, en un verano dominado por la fuerza de un fenómeno colosal llamado “Despacito”, nos hizo olvidarlo aunque fuera por un rato. Poco a poco, el tiempo ha puesto a cada quien en su lugar, y se ha encargado de colocar en la cabeza del nuevo mainstream urbano, a un ídolo en construcción.

Escucha abajo el nuevo disco de C. Tangana y platícale a tus amigues.

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