En la década de 1970, el fotógrafo Yan Morvan pasó casi tres años con motociclistas parisinas —documentando los recorridos, el consumo excesivo de alcohol y las peleas entre bandas rivales—. Cuarenta años más tarde, después de haber trabajado con uno de los asesinos en serie más conocidos de Francia y de haber cubierto una serie de conflictos en todo el mundo, Morvan se está preparando para publicar un libro sobre esa primera experiencia.
“Todo comenzó en 1975”, explicó Yan Morvan, que en ese momento estaba fascinado con la obra de Hunter S. Thompson en Hells Angels, y con Bike Riders, del fotógrafo estadounidense Danny Lyon. “Tenía 21 años, era un estudiante un poco rebelde de la universidad de Vincennes”, continuó. “Y al mismo tiempo tomaba fotos de actualidad para una agencia. Un día, en junio, vi por primera vez a un motociclista — un ‘Blouson Noir’ (Chamarra Negra)— cuando iba caminando alrededor de la Place du Tertre. Traía unos jeans acampanados y una chamarra Perfecto de imitación con estoperoles e insignias. Lo seguí tímidamente un rato antes de hablarle “.
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Unas semanas después de convencerlo para que posara, Yan se volvió a encontrar al mismo Blouson Noir con sus amigos en el mercado de pulgas de Clignancourt. Esta vez, le preguntó si podía seguirlos para documentar su vida diaria. Les encantó la idea y ese fue el comienzo del proyecto que convirtió a Morvan en un fotógrafo profesional.
París en la década de los 70 estaba repleto de diferentes subculturas pero Yan fue el único periodista francés que mostró interés en ellos. “Todos ellos tenían códigos y rituales diferentes”, explicó. “Para mí, esta inmersión en el grupo motociclista fue mi primer recorrido dentro del mundo de las tribus urbanas.”
La mayoría de los Blousons Noirs eran de origen italiano, español, portugués, polaco, del norte de África o del Caribe —sus padres llegaron a Francia durante el período de entreguerras a trabajar—. “Muchos de esos jóvenes motociclistas vivían en una zona viviendas de protección oficial a las afueras París con sus padres”, explicó Yan. “Se reunían los sábados por la noche y conducían hasta los Campos Elíseos o cerca de la Bastilla. Sus fines de semana consistían en beber litros y litros de alcohol, presumir sus guitarras cubiertas de calcomanías de bandas de rock y perseguir miembros de otras subculturas por toda la ciudad, siempre armados con cadenas de bicicleta, cables eléctricos y navajas”.
Una de los Blousons, Johnny de Montreuil, dejó una impresión muy particular en Yan. “Era como un líder espiritual. Su carácter era magnético y trágico al mismo tiempo”, dijo Morvan. Morvan tenía un moto que usaba para andar alrededor de foros de conciertos y bares de mala muerte con Johnny. “Johnny manejaba muy rápido y me costaba mucho trabajo seguirle el paso —aunque se tenía que bajar de la moto cada que tenía que cruzar una colina—.”
Yan y Johnny acostumbraban reunirse en una fábrica abandonada en Boulogne-Billancourt, donde se hacían las famosas “fiestas CSP” (cervezas, sexo y peleas). Los Blousons reunían ahí cada fin de semana y había mucho “alcohol, cantos nazi, rituales de apareamiento y cassoulet enlatado”, explicó Yan. “En resumen, el grupo se reunía para revolcarse en su autodesprecio y en su odio hacia los demás”. Traían esvásticas en la ropa para demostrar su postura xenófoba y antisemita. También iban armados con “cuchillos, rifles y chacos, aunque la mayoría no tenía idea del verdadero significado de sus actos”, aclaró Yan.
Después de recibir una nueva moto como regalo de parte de su novia —una Norton Commando 850 a la que añadió un tanque para combustible roadster y una faro rojo en la parte posterior en la forma de un águila—, el fotógrafo se acercó a otro grupo de motociclistas: los Hells Angels de la zona République. “En ese entonces solo había dos tipos de Hells Angels ahí”, dijo. “Los que trabajaban para pagar su moto y creían ciegamente en el poder de la Harley Davidson— y los que se juntaban con ellos: güeyes sospechosos que vendían y se metían muchas drogas. Su lema era: “Vive deprisa, muere joven y deja un bonito cadáver “.
Los Hells Angels de la zona République eran los enemigos jurados de los de la pandilla Crimée en París, y las dos pandillas se peleaban con frecuencia. Una de las peleas más violentas que presenció Morvan fue durante una reunión entre los dos clanes en un bar en Boulevard Voltaire en París y participaron cerca de 50 integrantes. Morvan estaba estacionado al otro lado de la carretera, frente al bar, y desde ahí escuchó dos disparos y vio como las ventanas se rompían en pedazos. Todo el grupo salió corriendo del para seguir la pelea en la calle. Uno de los Crimée vio a Morvan y fue corriendo hacia él con un pico. Justo cuando Morvan estaba tratando de encender el motor, el hombre lo agarró del brazo. En ese momento, Morvan arrancó y el tipo se estrelló contra el piso. “Me di vuelta y vi que no se levantaba”.
Poco después, Morvan dejó atrás la escena motociclista pero sin antes antes de acompañar a los Hells Angels en un recorrido de fin de semana por todo el país. Esa vez, Morvan vio “adictos a la heroína coger en el pasto” y a “una chica fanática de la pandilla fue dada como iniciación a uno de los integrantes conocido como ‘El cerdo’, quien, según todos, tenía un pene enorme”. Aunque no sabe qué fue del grupo, Yan cree que probablemente todos hayan muerto jóvenes por su estilo de vida y el consumo exagerado de drogas y alcohol”.
El proyecto fotográfico de Yan Morvan sobre los Blousons y los Hells Angels fue mal recibida en los periódicos porque no se creyeron de idea de ese “mal viaje por los suburbios”, según como lo describió un periódico. Su propia agencia de fotografía dijo que las fotos no iban a vender porque representaban estereotipos violentos y agresivos. Después de publicar un par de fotos en el libro Le Cuir et le Baston (El cuero y la pelea) de Maurice Lemoine, Yan empezó a trabajar como fotógrafo independiente en Paris Match y finalmente publicó su serie de motociclistas en la revista. A los Hells Angels no les gustó mucho el título del texto que acompañaba las fotos escrito por Jean Cau, así que organizaron una incursión de la casa del Cau. Por suerte, como Morvan sabía de lo que eran capaces, se cambió de casa antes de eso.
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“Sabía de forma inconsciente que estos chicos eran los precursores de cierto caos urbano y desintegración que llegaría después. Fueron la primera generación atrapada entre su propio país y el país de origen de sus padres, los primeros en identificarse con y el sueño de la cultura dominante que procedía de Estados Unidos”, dijo Morvan. Eso significa que Yan Morvan fue uno de los primeros fotógrafos en ilustrar la desorientación de los jóvenes en los suburbios franceses.
Yan Morvan abrió un perfil en una página de crowdfunding para financiar un libro sobre los años que pasó con los Blousons Noirs. Tienes ocho días para donar en la página web KissKissBankBank en apoyo al proyecto y recibir una copia del libro.