En Alien, Ripley llevaba un Casio F-91W, al igual que Obama antes de asumir la presidencia de Estados Unidos. También es el único objeto de marca que se ha visto a Osama bin Laden llevar en público. Treinta años después de su lanzamiento, Casio sigue produciendo tres millones de unidades al año, por lo que es muy probable que hayas visto, si no llevado, uno alguna vez.
En la década de 1980, a los nuevos empleados de Casio se les obligó a realizar un entrenamiento militar antes de empezar a trabajar. Quizás aquella experiencia influyó en el diseño de Ryusuke Moriai del F-91W, el cual definió como un reloj “pequeño, plano y sencillo”. Sin saberlo, el diseñador había creado el reloj de combate perfecto.
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El gerente de marketing de Casio en Reino Unido asegura que la empresa no comercializa el F-91W como un modelo “moderno o en voga”, sino como un artículo “fiable y a buen precio por la calidad que ofrece”. En cualquier caso, los relojes Casio de la serie F, en su día considerados “milagros de muñeca”, han atraído siempre a rebeldes de todo el mundo; los puedes ver en las muñecas de DJ, creativos, miembros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y de los combatientes franceses del Estado Islámico.
Gran parte de la popularidad de este modelo se debe tanto a su precio (entre 15 y 30 euros en Europa) como a su disponibilidad, aunque también desempeña un papel importante el hecho de que sea uno de los accesorios favoritos de Al-Qaeda, hasta el punto de que se sabe que la banda terrorista los repartía en los campos de entrenamiento en Pakistán y Afganistán.
Los combatientes yihadistas sentían gran aprecio por el F-91W y sus decenas de variantes por su enorme resistencia. Ya puedes pisotearlo con un coche, golpearlo con un martillo o meterlo en agua hirviendo o helada: el bicho aguanta lo que le eches. Si algo tienen de bueno las organizaciones terroristas es que saben escoger accesorios resistentes y fiables, y al igual que los Kalashnikovs o las camionetas pickup de Toyota, el F-91W es buen ejemplo de ello. Además, puede ser un ingrediente clave en la fabricación de una bomba.
Al parecer, puede usarse el reloj para detonar explosivos improvisados gracias al prolongado intervalo de su temporizador, según se detallaba en NPR en 2011. Por esa razón, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos tiene clasificado el reloj como uno de los detonadores favoritos de Al-Qaeda. El terrorista Ahmed Ressam, que planeaba cometer un atentado con bomba en el aeropuerto de Los Ángeles la Nochevieja de 1999, fue arrestado cuando llevaba cuatro dispositivos explosivos encima, todos ellos equipados con relojes F-91W.
Calificado por un experto en antiterrorismo como un “genio” de la fabricación de bombas, se sabe que el miembro de Al-Qaeda Ramzi Yousef también usaba un F-91W. El reloj era tan popular que una vez Yousef lo usó para montar una bomba en el lavabo de un avión. Al parecer, otro de los veteranos de Al-Qaeda, Tariq al-Harzi, enseñó a varios aspirantes a terrorista a fabricar detonadores similares.
El servicio de inteligencia de los Estados Unidos se dio cuenta enseguida de la omnipresencia de estos relojes entre los combatientes islamistas. Los archivos secretos sobre el campo de detención de Guantánamo publicados por Wikileaks señalan que las autoridades pakistaníes descubrieron entre 600 y 700 relojes Casio en dos talleres de Karachi, y que el simple hecho de tener uno le hacía a uno susceptible de ser interrogado. La ficha de evaluación de un prisionero confirma que “existía una correlación entre los explosivos y una tercera parte de los hombres capturados en JTF-GTMO [la unidad responsable de Guantánamo] que llevaban uno de estos relojes”.
El problema es que, a diferencia de los antiguos detonadores fabricados a partir de cartuchos de SEGA que solían usar los terroristas de Al-Qaeda, el F-91W es demasiado popular como para incriminar a alguien que lo lleve. Así lo señaló un supuesto miembro de la banda terrorista capturado por las fuerzas de Estados Unidos, que dijo: “Hasta vuestro personal militar lleva este reloj. ¿Significa eso que ellos también son terroristas?”.
Fuera del ámbito del terrorismo, el F-91W es muy popular entre fuerzas militares como el ejército de Singapur, los campos de adiestramiento de las Fuerzas Aéreas estadounidenses y la Real Fuerza Aérea británica. La simpleza de su diseño también resulta muy atractiva para los modders, coleccionistas a los que les gusta modificar objetos y darles un propósito distinto al original. En el caso del F-91W, le inyectan aceite mineral para hacerlo más resistente al agua. Al parecer, una versión mejorada con aceite de oliva sobrevivió tres días en un tanque en que se simulaba una profundidad de 1000 metros.
Treinta años después, el veterano Ryusake Moriai lidera el diseño de relojes en Casio G-Shock. Hoy la marca es conocida por sus diseños más voluminosos, también de inspiración bélica. En comparación, el F-91W parece una pieza delicada.
Este artículo apareció originalmente en VICE Francia.