“Debido a la falta de recursos para mantenerlo, el MAMBO se arrienda”, publicó muy temprano el Museo de Arte Moderno de Bogotá en su página de Facebook, después de haber instalado tres pendones enormes con un aviso que anunciaba lo inesperado para cualquiera que entienda la importancia de este espacio para el círculo del arte en Colombia: “SE ARRIENDA”.
Si uno llamaba al 321-347-2690, el número de celular que aparece sobre los avisos, la boca le quedaba a uno abierta. Del otro lado del teléfono hablaba Carlos Muñoz, quien dice ser asesor inmobiliario del MAMBO e, insistía, es el encargado de hacer todo el trámite para el arriendo del edificio por “falta de recursos”.
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La información era sorprendentemente precisa: los espacios del Museo tienen 4.200 metros cuadrados, cinco plantas, doble techo en altura, iluminación natural, ubicación estratégica, un local de sesenta y cinco metros cuadrados, dos cocinas —una que no funciona y otra a la que hay que hacerle muchos arreglos—, ocho baños con problemas de tubería, ningún parqueadero privado, zona de descargue y una cubierta habitable de 570 metros a la que hay que hacerle una impermeabilización.
“El arriendo es de 120 millones negociables al mes. Un aproximado de 30 mil pesos el metro cuadrado”, me dijo Muñoz. Si uno le preguntaba por una visita guiada, la invitación era a ver el inmueble el día de hoy, 5 de febrero, de 4:30 a 5:30 de la tarde, en el MAMBO. Las reacciones en internet fueron, sobre todo, violentas: los tuiteros aprovecharon para cagarse en Peñalosa —no entendemos por qué—, cuestionaron de nuevo la gestión administrativa del Museo e hicieron toda clase de especulaciones: ¿una instalación? ¿una campaña para conseguir plata? ¿en verdad lo arriendan?.
Según el voz a voz, lo que parecía estar detrás de este despliegue era “La TOMA del MAMBO“, un proyecto liderado por doce colectivos y organizaciones culturales con el que buscan “dinamizar el papel del museo y generar un diálogo constructivo entre la institucionalidad del arte y los espacios independientes”. Esto ocurrirá a través de una serie de acciones gratuitas que se harán durante tres días, empezando este jueves 8 de febrero y culminando el domingo 12.
Además de exposiciones, talleres e improvisación libre, este fin de semana habrá un performance de skate liderado por el parche de Casa B, una intervención de serigrafía comestible de El Honorable Cartel y El Primitivo, así como una mesa de radio en vivo a cargo de Radio Mixticius. (Haga clic aquí para ver toda la programación). En últimas, como apunta el grupo Más Arte Más Acción, una de las fundaciones que está detrás del proyecto, la idea es “activar el museo como espacio físico y repensar la institución del arte por medio de diversas acciones que toman la forma de talleres, intervenciones, instalaciones y conciertos, abiertos gratuitamente a todos los públicos de la ciudad”.
A pesar de los chismes y aseveraciones que circularon en diversos medios durante todo el día, fuimos esta tarde a un recorrido con el supuesto asesor inmobiliario, quien nos hizo una visita guiada por los espacios del Museo que se pondría en arriendo. “Que si el MAMBO se está arrendado: sí, se está arrendando”, afirmó con contundencia Muñoz, el mismo detrás del teléfono, un señor vestido de paño, cano con gel, que se presentó de nuevo como el asesor inmobiliario contratado por el Museo para hacer las gestiones de su arriendo.
El recorrido fue como el de cualquier inmueble que va a ser negociado. Bajamos primero al Auditorio y a la Sala Sonia y Carlos Haime, donde Muñoz habló de los espacios, dio un pequeño recorrido indicando el metraje e invitando a ver. “Acá más abajo está el depósito, taller y puertas de ingreso de las mercancías y el material, pero no se puede entrar por medidas de seguridad”, recalcó. Circulamos por la Sala Marta Traba, la Alejandro Obregón, todas vacías, con las paredes de pintura raída, sin un solo cuadro. En las esquinas había materiales para resanar paredes, brochas, cables. Incluso la Sala Carlos Rojas, en el último piso del Museo, “de 1.000 a 1.200 metros cuadrados”.
Todo el MAMBO sin una sola pieza, desahuciado, abriendo aún más el espacio para especulaciones.
La masa de periodistas desconcertados —VICE incluido— cazamos a Muñoz para que aclarara de una vez por todas los rumores. Y en una rueda de prensa al final del recorrido por el Museo todo fue aún más confuso. “Esperamos que la visita haya sido de su agrado”, dijo, antes de recibir las preguntas de los reporteros. “IDARTES sacó un comunicado que dice que el MAMBO no se arrienda sino que se lo toman diversos colectivos de artistas, ¿esto es cierto?”, preguntó una mujer al fondo. “No sé nada del comunicado de IDARTES, solo sé que, como asesor inmobiliario, a mí me informaron que el MAMBO sí se arrienda”, respondió Muñoz. “Falta de ingresos y mantenimiento, ese es el motivo del arriendo”.
¿Desmentir frente a las cámaras el comunicado del Instituto Distrital de las Artes? Movida arriesgada. Más cuando, frente a las preguntas sobre el silencio de Claudia Hakim, la directora del Museo, y todo el equipo de comunicaciones del MAMBO, Muñoz no dijo nada. Solo afirmó que él llevaba 15 años de asesor inmobiliario, sin detallar tampoco otros proyectos que hubiera vendido. Tampoco respondió a la pregunta sobre la posible muerte del MAMBO con el arriendo. “No creo que muera, se puede trasladar”. Y lo único que dijo es que ya tenían cinco propuestas sólidas que “estudiará nuestro equipo jurídico y directivo” para que algún arrendatario se hiciera con el inmueble. No respondió frente a las preguntas de la cancelación del cronograma que algunos artistas presentes en la visita suponían tras ese anuncio del arriendo.
“Lo único que puedo decir —me respondió a la pregunta de qué hacer si quería arrendar el inmueble de inmediato— es que envíe un email con su propuesta y el equipo inmobiliario le dará una respuesta”.
Su despedida fue con una entrega masiva de tarjetas personales con sus datos: Carlos Muñoz, asesor inmobiliario, 321-347-2690, y el e-mail. Hubo una extraña manera de responder. Hubo silencios frente a las preguntas clave (¿quién dio la orden? ¿por qué van a hacer esta movida? ¿por qué ningún empleado sabía? ¿qué dice del comunicado de IDARTES?). Esto lleva a dudar —al menos un poquito— sobre la apariencia de una estrategia de reposicionamiento del Museo o una acción publicitaria de alguna de las piezas de la “TOMA” que ocurrirá este fin de semana. La contundencia sobre el arriendo era impresionante. Más aún porque dos artistas de colectivos que participarán en el evento del fin de semana —que prefirieron mantenerse anónimos— se mostraron genuinamente sorprendidos con el anuncio. “Que yo sepa, y soy participante de la TOMA, esto no lo sabía nadie. No sabemos qué quiere el Museo con esta vuelta”, le dijo uno de ellos a VICE.
Una vez ido Muñoz y aún con la severidad con la que afirmó que el MAMBO sí está en arriendo y que quien esté interesado solo debe contactarlo en su tarjeta, quedan más dudas que respuestas. Lo más probable es que sea, como afirmó uno de los periodistas de The City Paper, un stunt publicitario. El más arriesgado que han hecho en tiempos de crisis. Un símbolo, sin duda, de las quejas que tendrían sus directivas por la falta de apoyo institucional a las actividades que allí se realizan.
Habrá que estar con los ojos en el Museo a ver realmente qué se traen entre manos.