Síguenos en Facebook para saber qué pasa en el mundo.
Henry tenía poco más de un mes de vida cuando murió después de haber sido circuncidado por un soldador devenido en médico improvisado, en el aula de una escuela ocupada en Torino, el 30 de mayo.
Videos by VICE
La cirugía, realizada probablemente con una hoja de afeitar y sin anestesia, causó una infección que resultó fatal para el bebé de ascendencia ghanesa.
Se trata del caso fatal más reciente de un fenómeno, el de las circuncisiones masculinas clandestinas, que afectaría entre el 25 y el 40 por ciento de la población musulmana en Italia — de acuerdo con Mustafa Qaddourah, pediatra y director del Centro Cultural Islámico de Roma.
El problema, explica, son los prohibitivos costes de este tipo de intervenciones, excluida del Servicio Nacional de Salud, que en una clínica privada puede costar hasta 1.000 euros.
“Solo los hijos de diplomáticos o políticos pueden hacerlo, el otro 94-95 por ciento de la población musulmana no se lo puede permitir”, afirma el doctor. Y entonces recurren a personal no cualificado que por menos de 100 euros realiza la operación, como lo hizo la familia de Henry. “Hemos pedido [al Estado] que actúe, para que suspenda o detenga a estos estafadores que realizan intervenciones en domicilios — o incluso en sótanos — con escasas o ninguna norma de higiene”, explica Qaddourah, quien defiende la formalización de la circuncisión como la única solución para el problema.
“Esto significaría que nos basáramos en la estructura pública. Obviamente, algo se tendrá que pagar, pero una cifra aceptable, tanto para el paciente como para la estructura”.
En la región de Lazio, donde ya se ha firmado un acuerdo regional con el hospital general romano “Umberto I” con un coste de la intervención que oscila entre 430 y 480 euros, sigue siendo inaccesible. Por el mismo precio, o incluso menos, una alternativa para las familias inmigrantes es viajar a su país de origen y hacer allí la intervención.
“Tomemos como ejemplo a un ciudadano egipcio. Probablemente podría viajar a Egipto con toda la familia, realizar la circuncisión y regresar, gastando menos de 480 euros”. Sin embargo, esta opción, la cual según Qaddourah es utilizada por el 35 por ciento de la población musulmana en Italia, excluye a aquellos de ingresos más bajos, quienes acaban en el mercado clandestino.
Mutilación Genital Femenina, corrupción y silencio. Leer más aquí.
El rito de la circuncisión masculina — que es la extirpación parcial o total del prepucio del pene — se reconoce dentro de la libertad de culto tanto para musulmanes como para la comunidad judía en Italia. Y dado que se trata de un acto religioso, la operación no puede realizarse a cargo de la salud pública.
El Dr. Mortara, médico y presidente de la Asociación Médica Judía, señala que quienes tratan de enmascarar la circuncisión como una práctica terapéutica dentro del sistema de salud pública corren el riesgo de sufrir una condena por fraude al Estado, tanto los médicos que la practican como los padres de los pacientes que someten a sus hijos a la circuncisión religiosa en una estructura pública o subvencionada.
A diferencia del ritual islámico, que a menudo se realiza en niños y adolescentes, en el universo judío esta cirugía se realiza ocho días después del nacimiento, y es efectuada por un médico o un mohel — un especialista en circuncisiones —, competente y responsable con respecto a las prácticas y normas de higiene necesarias para la protección de la salud del bebé, añade Mortara.
“En Israel hay un reglamento que establece los requisitos para la obtención del certificado de circuncisiones y control de la autoridad rabínica para la regulación de estos procedimientos”, explica, añadiendo que incluso en Europa se está experimentando un programa similar, bajo la supervisión del tribunal rabínico europeo.
No hay ninguna lista de precios estándar para este servicio profesional, que puede ser llevado a cabo no sólo en clínicas, sino también en lugares de culto preparados, dice el médico, pero insiste en que, dentro de los límites que un porcentaje mínimo de inevitables complicaciones en el ritual de la circuncisión judía imponen. Comúnmente es organizado y controlado de manera eficiente, de acuerdo con un protocolo que se ha mantenido inalterado durante siglos y con costes que resultan accesibles para los miembros de esta comunidad.
En consecuencia, existe una situación diferente a la del mundo musulmán, en el que todavía se tiene que establecer un entendimiento más adecuado entre las instituciones religiosas y las autoridades italianas.
Mira el documental de VICE ‘Festival indonesio de la circuncisión’:
El 10 de junio, la noticia de otro caso de infección grave en un niño marroquí de tres años, irrumpió en Torino. La familia contrató a un improvisado médico porque no sabía dónde acudir. Afortunadamente, una vez en el hospital, el niño se salvó.
“Hay muchos casos de muertes, malformaciones, infecciones y hemorragias”, afirma el Dr. Qaddourah a VICE News. “Hemos solicitado oficialmente al Estado italiano que nos ayude para que los musulmanes en Italia puedan realizar la circuncisión en instalaciones públicas”.
Respecto al acuerdo de la región de Lazio de realizar la cirugía por un recio cercano a los 500 euros, Qaddourah explica: “Hemos solicitado la posibilidad de reducir ese coste, y que la intervención se realice en un centro público regulado, pero por el momento no obtuvimos respuesta. Obviamente, si no hay respuesta oficial, los estafadores siguen haciendo su negocio”.
Mientras tanto, después de la muerte del recién nacido ghanés, la Orden de Médicos de Torino reiteró en un comunicado que “el [ritual] de la circuncisión no está funcionando bajo la tutela de protección de la salud del SSN [Servicio Nacional de Salud] y no puede ser incluido entre las prestaciones esenciales, al no existir razones éticas para ser pagado por el SSN”.
Sigue a Cristiana Bedei en Twitter: @critalks
Sigue a VICE News En Espñ en Twitter: @VICENewsEs
Imagen por Shubert Ciencia vía Flickr, bajo licencia de Creative Commons